POR SHULAMIT GOLDSMIT

Dos elementos coyunturales. Tiempo: una década, dos lustros, cinco bienios, diez años. Espacio:un ámbito de apertura, respeto y libertad donde llevar a cabo actividades académicas  relacionadas con el judaísmo desde un enfoque histórico, científico, artístico, filosófico y/o literario. Estas son las características que definen al Programa de Cultura Judaica de la Universidad Iberoamericana el cual, desde su creación en los  inicios del siglo xxi,  está abocado a difundir, intra y extra-muros, la cultura que emana del pueblo de Israel.

En febrero del año 2000, el Rector de la uia, dio vida a este espacio privilegiado, que a partir de ese momento estableció vínculos estrechos  con asociaciones culturales judeo-mexicanas que  permitieron abrir exposiciones, presentar avances tecnológicos, dictar conferencias  e implementar cursos, seminarios y coloquios en los que han destacado múltiples creadores e investigadores de instituciones de enseñanza  superior de nuestro país y del extranjero.

De inmediato, el Programa se abocó a renovar lazos previamente establecidos con la Universidad Hebrea de Jerusalem y estableció nuevos vínculos de intercambio académico de  maestros y alumnos con otras dos importantes  universidades del Estado de Israel: la de Tel Aviv y la Ben Gurión del Neguev

Del aquella fecha a la actualidad, una de las actividades que mayor renombre ha adquirido es el Coloquio Internacional Humanismo en el Pensamiento Judío. En este evento han participado  distinguidos estudiosos provenientes de Argentina, España, Estados Unidos, Italia, Israel y México quienes, año tras año,  han compartido con el numeroso público asistente los resultados de sus investigaciones sobre destacados humanistas judíos que han tenido un impacto sobre el pensamiento universal. A través de los diez años recientes, se ha analizado la vida y obra de pensadores de la talla de Walter Benjamin, Emanuel Levinas, Jaques Derridá,  Maimónides, Baruch Spinoza,  entre otros. Siempre y todos, dentro un nivel de excelencia académico y de un marco de inteligencia e intelectualidad.

Otro objetivo prioritario del Programa es dar a conocer al personal docente, administrativo y de servicios universitario, los orígenes de las festividades del calendario hebreo. Profesores, secretarias, jardineros,  personal de limpieza, es decir, toda la comunidad Ibero, festeja cada septiembre la llegada de Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío, con una copa de vino, una jalá agulá  y una manzana untada con miel, para así asegurar un ciclo vital dulce y completo. Otras celebraciones muy apreciadas son Januká, la Fiesta de las Luminarias en la que los invitados Ibero recuerdan la gesta de los macabeos, encienden las luces de la Janukiá para actualizar el milagro del aceite y degustan latkes (levivot) y ponchkes (sufganiot). Cada primavera se lleva a cabo un Seder o cena de Pascua, donde los comensales leen el relato de la Agadá, comen matzá (pan ázimo) y cantan las canciones tradicionales de esta festividad. Reina en estos convivios un ambiente de sano interés y alegría camaradería.

La creación y el libre desarrollo del Programa de Cultura Judaica en una universidad jesuita, la Ibero, muestra que a través del conocimiento de y la apertura a la otredad, se logra el acercamiento respetuoso y afectuoso entre los seres humanos.