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“Oficiales” rebeldes libios vendieron a Hizbolá y Hamas miles de bombas de gas mostaza y gas nervioso que cayeron en sus manos cuando asaltaron las instalaciones militares de Muamar Gadafi en Bengasi. Esta captura desató un gran furor en Teherán y los grupos terroristas que apoya, que vieron la oportunidad de hacerse de su primer arsenal no convencional.

Según fuentes estadunidenses e israelíes de inteligencia, los rebeldes habrían entregado por los menos dos mil piezas de artillería cargadas de estos gases a cambio de varios millones de dólares en efectivo. Remesas de estas armas fueron rastreadas desde Libia hasta Sudán, en convoys vigilados por agentes iraníes y guardias de Hizbolá y Hamas. Se cree que no han llegado a Líbano y Gaza, pero sólo están esperando una oportunidad de llevar hasta ahí su mortal carga, sin ser interceptados por agentes occidentales.

Tampoco está claro si las bombas y los gases fueron integrados antes de su entrega o viajaban en contenedores diferentes, y algunas fuentes reportan que los gases podrían ser utilizados no sólo en artillería terrestre, sino en cazas adquiridos recientemente de Irán por Hizbolá.

Teherán dio su apoyo a los rebeldes anti Gadafi por tratarse de una oportunidad única para acceder a los arsenales de gas venenoso del líder libio después de que cayeran en manos de la oposición, y armar a Hizbolá y a Hamas de armas no convencionales sin que Irán apareciera implicado en la transacción.

Poco después de que se inició el levantamiento en febrero, una delegación iraní secreta llegó a Bengasi y se reunió con los jefes rebeldes, algunos de ellos desertores del ejército libio, y cerró el trato para la adquisición de todo el arsenal de gas y su precio. Los rebeldes incluyeron también algunos misiles antiaéreos. Las misiones de Hizbolá y Hamas llegaron en la primera semana de marzo para fijar los términos de la entrega.

La primera fuente autorizada en referirse a la presencia de Hizbolá en Bengasi fue el comandante de las fuerzas estadunidenses de la OTAN, James Stavridis. Al dirigirse a un comité del Senado de EU el 29 de marzo, habló de “rumores de la presencia de insurgentes islámicos de Al-Qaeda y Hizbolá en las filas rebeldes”. No dijo qué estaban haciendo ahí.

ENBREVE es una publicación de APEIM, dirigida por André Moussali.