JOSÉ MANUEL ASPIROZ/SCRIBD.COM

Hoy, 23 de junio del año 2011, se estableció un diálogo histórico en Chapultepec. Lugar simbólico en donde se han ganado y perdidobatallas; como la de la invasión norteamericana en 1847, o como la de laguerra civil salvadoreña que concluyó con los acuerdos de paz firmadosen este lugar, por el Gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martípara la Liberación Nacional, en 1992.

Esta mañana, dos partes que parecían irreconciliables se sentaron a dialogar, pero se sentaron sobretodo a escuchar. Vendrán los críticos que dirán que el movimiento legítimo de Javier Sicilia se prostituyó, que claudicó. Otros dirán lo contrario, que nunca fue legítimo, que utilizar ladesgracia familiar para el lucimiento individual es a todas lucesreprobable. De igual forma, muchos criticarán al Presidente, por abrir elespacio al diálogo, por no abrirlo convencidamente o por abrirlodemasiado tarde. Así es. Lo que importa no es la inevitable crítica que vendrá, lo relevante son los siguientes pasos para alcanzar unareconciliación nacional. No importa del lado de quién estemos, porque tampoco es importante estarlo, lo que importa es la capacidad quetendremos para sacar lo positivo de este primer acuerdo, y las acciones que puedan venir después. El éxito de este encuentro, las acciones venideras, dependerán simple y sencillamente de que las partes no se hayan reunido para escuchar-se, si no para escuchar sinceramente al otro. Porque el día de hoy, Chapultepec no fue si no el espacio del otro.El otro que habló de lo que más le duele, de lo que más le preocupa. El otro habló de su verdad, con sus justificaciones y sus razonamientos. El que habló desgarrado describiendo su dolor que no es único, simplemente es suyo.

Hoy más que nunca, es pertinente leer a uno de los escritores israelíescontemporáneos más influyentes: Amos Oz y su obra “Contra el fanatismo” (2007). Oz critica el fanatismo y privilegia los acuerdos. “Basta de pensar que acordar es claudicar, que comprometerse es renunciar”, afirma el autor. Para Amos Oz, llegar a un acuerdo es sinónimo de vida. Aunque en los acuerdos se renuncie, aunque construir acuerdos sea unproceso doloroso ” porque vale la pena aclarar que, en esta vida, los acuerdos no son felices. No son felices porque negociar es estar dispuesto a sacrificar, es ceder, es renunciar”. Cuando se está dispuesto a acordar, se está dispuesto a renunciar al todo, a la verdad absoluta, al triunfo total. Ojalá que a partir del día de hoy, ambas partes esténdispuestas a renunciar a su verdad como la única posible. “No se puede aplaudir con una sola mano. Para resolver conflictos se necesita de dos”,dice desde Jerusalem, el valiente de Amos Oz. Oz escribe para los judíos y los palestinos, pero escribe también paraque lo leamos hoy los mexicanos. Todos. Los que están a favor y los que estamos en contra, los que pensamos que podría ser distinto y los que piensan que podría ser mejor. Todos los que queremos otro país, en donde no seamos rehenes, en donde no vivamos con temor. El primer paso de hoy debe servirnos para no olvidar que ambas partes tienen sus razones y sus justificaciones Si todos gritamos al mismo tiempo, no podemos escucharnos. No hay democracia sin deliberación, y no sepuede deliberar si no se sabe escuchar. Si no se está dispuesto a dialogar y a renunciar, no se está dispuesto a acordar”.

Esta mañana se dio un importante paso para ello, que será importante sólo en función delo que venga mañana. Sin embargo, vale la pena aplaudir el esfuerzo del día de hoy. Aplaudamos todos este inicio, pero hagámoslo con ambas manos.