YANET AGUILAR SOSA/ EL UNIVERSAL

Martes 05 de julio de 2011- En 140 caracteres se puede concentrar un poema: “Los fantasmas bajo la escalera se me convirtieron en misteriosos contadores de historias”; también se puede gestar una noveleta: “Las palabras son semillas de mundo. Al sembrarlas una tras otra se produce un crecimiento arbóreo similar al origen del cosmos”. Ambos son ejercicios literarios en una plataforma tecnológica que tiene más de 106 millones de “tuiteros” en todo el mundo.

¿Se puede hacer literatura en 140 caracteres? Mauricio Montiel Figueiras, Alberto Ruy Sánchez y Cristina Rivera Garza confirman que sus ejercicios literarios en esa plataforma son tan ambiciosos que han empezado a dar resultados y a tener seguidores en la red. Otros escritores como Francisco Hinojosa, José Gordon, Sandra Lorenzano y Aurelio Asiain también encuentran en esa plataforma un espacio creativo

Aunque aceptan que varios “tuiteros” poseen una gran “fibra literaria” que en un futuro podría desembocar en buenos libros, los tres escritores-tuiteros o blogueros aseguran que no todo lo que se escribe allí es literatura, si acaso escritura, y que los experimentos que ellos mismos gestan son otras formas de querer hacer literatura.

Ya sea en la “noveleta de folletuit” de Montiel Figueiras; la crónica de viajes “Cosas que vi en India” y los poemas de Ruy Sánchez; o la fotonovela mensual “Las aventuras de la increíblemente pequeña” que Cristina Rivera Garza desarrolla en su blog, muy nutrido por el twitter, son más que todo escrituras.

“No sé si lo que existe en twitter es literatura, pero sin duda es escritura: en esto estoy muy de acuerdo con lo que decía Josefina Ludmer sobre ciertas escrituras contemporáneas: entre autobiográficas y efímeras, combinando lenguajes/recursos de varios discursos públicos y cruzando fronteras de géneros una y otra vez. Más que literaturas, pues, escrituras a cargo de producir nuestro presente”, dice Rivera Garza.

La escritora que más ha estudiado el fenómeno de las plataformas tecnológicas en México y que se mantiene atenta a lo que ocurre en la red y lo reflexiona en su columna “La Cámara verde” del Periódico de Poesía,dice lo siguiente sobre la maravilla de twitter:

“No sólo es una cuestión de la concisión a la que obliga la regla de los 140 caracteres del tuit, sino también el interesantísmo ejercicio de edición/articulación/yuxtaposición al que obliga la naturaleza efímera, cambiante, proteica del TL (time line o línea del tiempo)”, señala la autora de Verde Shanghai.

Twitter es una herramienta nueva que, según Alberto Ruy Sánchez, permite explorar varios caminos, “ensayarme en él de diferentes maneras como escritor y lector”. Y agrega que es una plataforma en la que escribir no es tarea sencilla, por el contrario, implica “un ejercicio de mucha concentración escritural”, como asegura Montiel.

Mantener al lector en vilo

Justo Mauricio Montiel trabaja en la actualidad en la segunda entrega de su “noveleta de folletuit por entregas” llamada El hombre del tweed, una historia que surgió inspirada por un hombre que en plena primavera vestía un saco de tweed y que en su primera entrega en twitter logró cientos de seguidores en su cuenta @MauricioMontiel.

Ha sido a tal grado el impacto, que no sólo emprendió la segunda parte de esa noveleta, sino que es un proyecto estacional que podría tocar también el otoño y el invierno, como ya lo hizo con la primavera y lo hace con el verano.

Esta noveleta de folletuit, dividida en 25 capítulos, con 70 páginas, quiere recuperar en twitter la novela de folletín del siglo XIX que hacía Balzac. “Quería recuperar esa pulsión escritural que exigían los diarios para estar dando todos los días un nuevo capítulo a los lectores y tenerlos en vilo; hacer una escritura en vivo”, dice Mauricio Montiel Figueiras.

Es una plataforma tan habitable que Alberto Ruy Sánchez tiene varios proyectos paralelos y entremezclados. Comenzó haciendo una crónica de viajes, “tuiteo creando un relato no tradicional de lo que veo y vivo”; después empezó a escribir poemas “como si se tratara de un cuaderno de bocetos y luego lo reescribo todo y lo pongo en mi blog. https://albertoruypoemas.blogspot.com/”.

Más adelante, “comencé a ensayarme proponiendo, formulando o difundiendo ideas y experiencias, exploraciones de la vida cotidiana o comentando lecturas, películas, espectáculos. Creando microensayos fragmentarios”, señala el escritor y editor.

Cristina Rivera Garza dice que no tiene un proyecto literario como tal en twitter, pero no puede negar que mucho de lo que ha ido haciendo en su cuenta ha influido, de una manera u otra, en lo que hace en otras plataformas. “En Las Aventuras de la Increíblemente Pequeña, en mi reescritura de Rulfo: Mi Rulfo mío de mí, y en al menos uno de los dos libros de poesía que publicaré este año”, adelanta la escritora.

Su ingreso a la academia

Pero la creación en esas plataformas tecnológicas no se quedan únicamente en experiencias escriturales, sino que son objeto de reflexión y estudio por parte de Cristina Rivera Garza que este año impartió un curso de ProsePoetry en la Universidad de San Diego, en el que utilizaba, sobre todo, el formato de twitter para explorar las relaciones entre el verso y el párrafo, la línea y su relación con otra línea, la interacción súbita del TL y su efecto narrativo.

Además, mantiene una sección en el Periódico de Poesía de la UNAM “que se dedica sobre todo a escrituras contemporáneas que incluye, pero no se limita, a la escritura en twitter. Lo veo como una investigación, un mantener la atención constante y rigurosa sobre una forma de escritura que emerge y se basa en las tecnologías de hoy”.

Vale destacar el interés que ha despertado la escritura en las nuevas tecnologías. Ruy Sánchez dice que en la UNAM habrá un congreso sobre literatura en la red y las publicaciones culturales que se realizará en noviembre.

“Pero la reflexión más interesante es la que ha hecho en twitter mismo un poeta mexicano que también es ensayista y profesor universitario en Japón, Aurelio Asiain, @aasiain, en tuiter. Él está haciendo algo muy bueno; como lo muestra en la página: https://storify.com/tuiteante/twitter-segun-aurelio-asiain.

Mauricio Montiel espera que su trabajo en El hombre del tweed sea literatura, pero él no cree que haya una twiteratura. “Creo que hay escritores que nos hemos dirigido a twitter para explorar esas nuevas plataformas de escritura, pero no creo que la gente que se dedica únicamente a tuitear sea escritor, no hay equivalencia. Hay tuiteros con mucha fibra literaria y que podrían dar el salto del tuiter a un libro, pero no hay que confundir, el ser tuitero no te hace ser escritor”.

Montiel tiene claro que una cosa es escribir, es decir, pegar una palabra tras otra, y otra cosa es la escritura, que es lograr que esas mismas palabras alcen el vuelo. De ahí que los tres escritores destaquen la labor que están haciendo otros colegas e incluso tuiteros puros. Montiel dice: “Leo a quienes estamos explorando twitter no como una red social, sino como una plataforma nueva de escritura”.

Cristina Rivera Garza dice que no es tan difícil diferenciar a los nativos digitales para quienes la escritura en tuit es su medio y/o plataforma, de los que, como ella, vienen del la página y de la tinta. “Hay una frescura, un desenfado, una manera proteica de relacionarse con el lenguaje entre los nativos digitales que los otros apenas podemos avizorar. Me interesa esa diferencia. Me intriga. No tengo una posición definida al respecto, pero observo el fenómeno con atención”, concluye la escritora.