ESTHER ZYCHLINSKI Y ZVI ZIMAN

El título que nos ocupa podría parecer el encabezado del periódico de hace pocos días, cuando en realidad se refiere a una de las obras más recientes de Bárbara Colio, en cuyo escenario podemos ver tres estructuras que permiten, junto con otros, el desarrollo de la historia.

Los personajes se mueven, se trepan en las estructuras que llegan a los seis metros, algunos por escaleras, y otras por los peldaños de dicha estructura inacabada, como se dijo en la conferencia, así como la Revolución Mexicana.

Personajes como las tres Carmen Serdán, Carranza, Huerta y Madero, así como el resto del ensamble, nos hablan de un presente y de un pasado; mientras una revolución, no es posible definir si se ha terminado o no.

Los actores Teresa Rábago como Carmen Vieja, Carmen Mastache como Carmen joven, Milleth Gómez como Carmen muerta, Rodrigo Vázquez como Aquiles Serdán, Juan Carlos Remolina en varios personajes, Marco Antonio García como el arquitecto y Constantino Morán, Claudio Lafarga, David Calderón, Andrés Weiss y Ana Isabel Esqueira, cada uno ellos con diferentes personajes y bajo la dirección de Mauricio Jiménez que por diversos motivos, que explicó en la conferencia, estaba esperando una obra que hablara de esta mujer.

Inicia dos días antes del 20 de mayo de 1948, cuando Carmen llega a lo que actualmente es el Monumento a la Revolución para tomarse la foto el día de la inauguración. Pero llega dos días antes, por lo cual no puede subir, de hecho esto le pasó a la misma Bárbara cuando este monumento iba a ser reinaugurado, no pudo subir a la parte de arriba.

Carmen, al vivir tantos años ve qué pasó con todos los ideales, de la lucha de muchos que dieron la vida por su patria y los resultados hasta el año de su muerte, en 1948.

Nos habla de una Carmen vigorosa, joven, capaz de hacer cualquier cosa por servir de correo, inclusive bajo el mando de dos presidentes en la post-revolución y los cambios en su forma de pensar a través de los años.

Nos deja ver su amor hacia su hermano, sus reclamos y hay una escena al final donde el hermano la invita a subir a la torre.

Entre la realidad y la ficción, pero con un estudio de mucho tiempo por parte de Bárbara, El por qué se tuvo que adelantar el 18 de noviembre de 1910 dos días antes del llamado de Francisco I. Madero a la Revolución.

Con ese estilo tan propio de Bárbara, nos ayuda a entender a esta gran familia, por entregarse de una forma total sin importar los sacrificios y peligros pero también nos ayuda a entender a cada uno de forma personal, nuestro sentir hacia este movimiento.

Las excelentes actuaciones de todo el elenco, que sin duda, apoyándose en la dramaturgia y la dirección, nos invitan a la reflexión a través de las duras y bien logradas escenas, llevándonos con sorpresas que nos hablan de 1910, 1810 y 2010. Una felicitación por este trabajo que dejaremos a la reflexión de los analistas.

Una obra altamente recomendable.

Teatro Julio Castillo
Domingos del 14 al 31 de julio a las 18 horas.