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El juicio contra John Demjanjuk, sentenciado el pasado mes de mayo por 28.060 cargos de complicidad en asesinatos cometidos en el campo de concentración nazi de Sobibor, en territorio polaco, ha creado nueva jurisprudencia que permite al fiscal alemán reabrir cientos de investigaciones.

“Demjanjuk ha sido el primer condenado a pesar de que la Fiscalía no pudo demostrar su participación directa en una muerte específica. Se comprobó que fue guardián en el campo de concentración y se escucharon los testimonios de quienes recordaban los crímenes allí cometidos y que solamente fueron posibles por la colaboración de personas como él. Esto es lo que crea un nuevo precedente y nos permite ahora reformular acusaciones”, ha confirmado el jefe de la oficina de la Fiscalía que investiga los crímenes nazis, Kurt Schrimm.

Los fiscales alemanes se han puesto manos a la obra y están buscando entre viejos expedientes archivados por falta de pruebas de participación directa en los crímenes otros casos en los que los acusados sigan vivos y, por tanto, sea posible el juicio.

Trabajan a toda prisa porque, al igual que Demjanjuk tenía 91 años cuando fue sentenciado, la mayoría de los inculpados superan los 80 años y la celeridad en la celebración de los juicios es clave para obtener resultados.

Reacciones

Los responsables del Centro Simon Wiesenthal, que criticaron en primavera la sentencia Demjanjuk por el hecho de que fuese condenado solamente a cinco años de prisión que, debido a su avanzada edad y delicado estado de salud, no serán cumplidos, se felicitan ahora, a la luz de las nuevas posibilidades judiciales que ha abierto este fallo.

Demjamjuk se encuentra actualmente en libertad y vive en el sur de Alemania a la espera de la audiencia de su apelación, pero sin pretenderlo ha abierto un nuevo capítulo en la historia de la caza de nazis.

El de Demjanjuk ha sido considerado hasta ahora como el último juicio contra un destacado dirigente nazi en Alemania, un país que, hasta la fecha, sólo ha emitido 6.600 sentencias condenatorias contra antiguos criminales de guerra del régimen de Adolf Hitler, dos tercios de los cuales fueron sentenciados a penas inferiores a los dos años de cárcel.

La Fiscalía, sin embargo, considera ahora abierto otro nuevo capítulo en el que podrán ser llevados ante los tribunales alemanes nuevos casos, mientras que los grupos judíos y las familias de las víctimas aseguran que nunca es tarde para hacer justicia.