RAQUEL LOBATON/PROYECTO HORIZONTE

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo
XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de
bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha
aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2010 había 42 millones de
niños con sobrepeso en todo el mundo, de los cuales, cerca de 35 millones
vivían en países en desarrollo.

Cada vez resulta más claro que la mejor estrategia para enfrentar este grave
problema es la prevención, de tal manera, nuestros esfuerzos deberán centrarse
en la educación alimentaria y en la promoción de estilos de vida saludables.

Pero, ¿cómo lograrlo? Es importante saber, que la infancia es la etapa de la vida
donde es más fácil establecer y afianzar hábitos.  Por lo tanto es necesario que  desde pequeños inculquemos en los niños estilos de vida y alimentación saludables que puedan acompañarlos por el resto de sus vidas. Algunos de los puntos en los que se debe poner especial atención son los siguientes:

-Establecer horarios regulares de comidas

– Ofrecer al niño una buena selección de alimentos en cada comida y permitirle que él escoja dentro deestas opciones

– Recordar que los niños aprenden mucho por imitación, si los papás tienen buenos hábitos, los más probable será que los niños también lo hagan

– Tener presente que el cuerpo humano está diseñado para moverse, hay que fomentar la actividad física y el deporte desde edades tempranas

– Procurar que los niños coman en un ambiente relajado y de cordialidad. Evitar que coman frente al televisor o la computadora

– El desayuno es una comida sumamente importante. Está comprobado que las personas que no desayunan tienen más riesgo de padecer sobrepeso

– Permitir al niño participar en las compras y en la preparación de alimentos. Buscar recetas variadas  y divertidas que incluyan en especial frutas y verduras

Los niños obesos y con sobrepeso tendrán  una mayor tendencia a seguir siendo obesos en la edad adulta y con ello, tendrán una mayor probabilidad de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.

Pequeños cambios en los hábitos de nuestros niños podrán hacer grandes diferencias en su calidad de vida futura.
¡Ayudémosles a hacer la diferencia!