MAY SAMRA

En una sencilla ceremonia- y alrededor de una deliciosa comida- en el Templo Bet Yitzjak, Yona Metzger, Rabino Principal Ashkenazí de Israel, otorgó a la Kehilá un reconocimiento oficial e internacional, el cual la hace acreedora al más alto nivel de Kashrut.

Al recibir dicha certificación de manos del más alto representante del judaísmo en el mundo, el Sr Samuel Geller, presidente saliente de la Kehilá, explicó que, cuando tomó las riendas de la Comunidad, puso como prioridad el asunto del Kashrut, encargando a su Mesa un nivel de excelencia en la supervisión de los productos e instalaciones, para ser símbolo de confianza y calidad, a nivel nacional e internacional.

La Mesa Directiva, dirigida por Daniel Dorenbaum, presidente del Ejecutivo, convocó entonces a dos personas que han sido clave para el Kashrut: el Rabino Kohn (ver entrevista) y el Rabino Duvdevani, quienes se han encargado de aplicar las normas más estrictas de nuestras leyes ancestrales- para otorgar la certificación Kosher a productos mexicanos como Lala, Nestlé, Terbal, y otros.

El rabino Yona Metzger, quien nos concediera anteriormente entrevistas exclusivas en sus visitas a México, nos sorprendió una vez más por la mezcla de sencillez y sabiduría que lo caracteriza. Recibimos incluso una bendición de su parte, la cual hacemos extensiva a toda la Comunidad judía de México: “Que tengan éxito las obras de sus manos y se cumplan sus aspiraciones para bien”.

Su discurso fue traducido por el Rabino Shlomo Antebi, nuestro extraordinario anfitrión del templo Bet Yitzjak, quien se distingue por sus conocimientos pero también por su modestia, y a quien le agradecemos todas las atenciones hacia Enlace Judío. El Rab Shlomo describió el Kashrut como “la dieta del alma”.

Mencionó: “Hace unos años, una enfermedad llamada “de las vacas locas” volvió locos a los rabinos de Israel. Desde Europa, llegaron cientos de pedidos de carne Kosher, porque se sabe que es sinónimo absoluto de salubridad y calidad”.

La dieta Kosher de los judíos, debido a sus normas estrictas e incorruptas, es apta, incluso, para los musulmanes, pero no sucede a revés con la dieta “Halal”. “El dueño de una empresa israelí productora de alimentos Kosher recibió recientemente un pedido millonario de una aerolínea de Dubai . Creyó en una broma y respondió: “Una de nuestras políticas es recibir primero el pago”. Al otro día, un millón de dólares estaban depositados en su cuenta y entregó las comidas Kosher a la empresa musulmana. Ésta es una prueba de la confianza con la que goza el Kashrut a nivel mundial”.

Además de los rabinos y dirigentes comunitarios mencionados anteriormente, tuvimos el gusto de contar con el Presidente de la Comunidad Sefaradí, el Sr Carlos Sandoval y el Rabino Moisés Chicurel, de la misma Comunidad; el Rabino Principal de la Comunidad Alianza Monte Sinaí, Abraham Toval; y representando a la Comunidad Maguén David, el Sr Abdo Shakalo, quien preside el Patronato de una de las instituciones educativas judías más prestigiadas de nuestro país, la Yeshivá Keter Torá.

“La dieta Kosher, dieta milenaria del pueblo judío” expresó el Rab Toval, “es como cualquier otra dieta; la diferencia reside en que fue dada por D-os, creador del mundo”. Explicó que es un régimen alimenticio que determina qué alimentos son aptos para el consumo humano y de qué manera se deben de ingerir. Una de las especificaciones Kosher, determinadas por nuestros sabios desde milenios, consiste en sacrificar al animal sin hacerlo sufrir, y de revisarlo para detectar la presencia de cualquier enfermedad que pudiera transmitirse, mediante su ingesta, al ser humano.

“No entendía las palabras de mi abuela: “Siéntate a comer como D-os manda” dijo el rabino Chicurel, quien se preguntara: ¿Por qué tanta obsesión por la comida? Más adelante, entendió que los seres humanos nos definimos, no solamente por lo que Sí estamos dispuestos a hacer, sino también por lo que NO. Lavarnos las manos, decir bendiciones antes de la comida- pero también rehusarnos a alimentos prohibidos o procesados de manera incorrecta según nuestras leyes- no es sólo por razones salud, sino por decisión personal de seguir órdenes básicas del Creador. La comida podría ser sin color, olor y sabor. Sin embargo, D-os la hizo rica para el consumo humano- con algunas restricciones.“Entonces cobra sentido la recomendación de mi abuela: Come rico pero ‘como D-os manda’”.

En breve publicaremos más entrevistas sobre esta noticia.