NATIONAL GEOGRAPHIC

Según los científicos, sedimentos del Mar Muerto señalan la posibilidad de que éste se secara completamente hace miles de años, sembrando el temor de que vuelva a ocurrir.

Los mismos sedimentos muestran restos de sequías y terremotos que podrían interpretarse como una prueba de la veracidad de los sucesos que relata la Biblia.

El salado lago se encuentra a unos 420 metros bajo el nivel del mar y recibe agua de parte de Jordania, Israel, Siria, Líbano y Palestina.

«El Mar Muerto nos ofrece un registro inmejorable de la evolución del clima», afirmó el geofísico Zvi Ben-Avraham en una reunión de la Unión Geofísica Americana en San Francisco.

Según Steven Goldstein, del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), los sedimentos recogidos en 2010 revelaron capas similares a los anillos de los árboles.

Las capas más claras representan periodos secos, en los que el lago se evaporó lentamente y se acumuló carbonato de calcio en el fondo. Las capas oscuras están formadas por el barro y el lodo de los periodos fríos.

«Estos datos pueden ayudarnos a reconstruir la evolución del clima a partir de un esquema estacional», afirmó Goldstein.

Relación con la Biblia

Según Goldstein, el equipo también descubrió secciones «mezcladas» de los sedimentos, como si las capas, dispuestas de forma ordenada, hubieran sido «agitadas» como consecuencia de fuertes terremotos.

Debido a que hasta el mes pasado los sedimentos no estaban listos para su estudio, los científicos no han podido contar el número de terremotos ni la fecha en la que se produjeron.

«Lo que sí podemos afirmar», añadió Goldstein, «es que se observan muchos indicios de terremoto en los sedimentos», que tienen unos 200.000 años.

Ben-Avraham, director del Centro Minerva de Investigación del Mar Muerto, de la Universidad de Tel Aviv (Israel), señala que el hallazgo tiene gran importancia, puesto que en Oriente Medio el último siglo ha sido inusualmente tranquilo en este aspecto.

«No se suele tener en cuenta, pero tenemos fuertes terremotos», comentó. Las muestras tomadas de los sedimentos parecen señalar que una de las épocas activas en cuanto a terremotos tuvo lugar hace unos 4.000 años.

«Si pensamos en la cronología de la Biblia, este periodo coincide con el suceso de Sodoma y Gomorra», afirmó, cuando, según el Libro del Génesis, «el Señor hizo llover azufre y fuego desde los cielos».

Un texto posterior, las Antigüedades Judías, habla de un terremoto en Judea, que llevó a la destrucción y muerte del ganado y de diez mil hombres.

Los sedimentos también muestran capas de sal que, según Goldstein, representan periodos en los que el clima era muy seco y se evaporó el agua del Mar Muerto.

«Estos sucesos tuvieron lugar durante los tiempos bíblicos», añadió, señalando que los periodos de sequía se intercalaban con periodos húmedos.

«Por ello hay periodos de ‘vacas flacas’ y de ‘vacas gordas’, igual que en los textos antiguos».

El Mar Seco

Los investigadores afirmaron en la reunión en San Francisco que hubo sequías hace mucho tiempo, acompañadas de depósitos de sal de hasta 45 metros de espesor.

Según Goldstein, pudieron tener lugar hace unos 120.000 años, puesto que descubrieron una capa de guijarros iguales que las que se encuentran en la actualidad en las playas del mar Muerto, lo que sugiere que entonces el fondo del lago estaba completamente seco, algo que podría volver a suceder.

Según Emi Ito, investigador de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) y miembro del equipo científico, el uso del agua para riego y como agua potable limita la cantidad de agua que llega al Mar Muerto, lo que plantea verdaderos problemas para su futuro.

Estudios anteriores indican que el Mar Muerto podría reducirse drásticamente, pero no llegaría a desaparecer. Sin embargo, las pruebas actuales demuestran que una vez se secó completamente, sin que el hombre hiciera uso de sus recursos, «por lo que deberíamos reconsiderar las investigaciones realizadas hasta ahora», añade.

Ben-Avraham, de la Universidad de Tel Aviv, concluye que «lo que vemos que está sucediendo en Oriente Medio a partir de las recientes extracciones se asemeja a un periodo de fuertes sequías».