ETGAR KERET A TRAVÉS DE BETO BUZALI/ TRADUCCIÓN MAY SAMRA

Mi padre murió ayer por la noche. Él era, probablemente, la persona más increíble que he conocido. Y no lo digo porque era mi papá.

Hace unos días, mientras esperaba en la sala de urgencias con una fractura de cadera, trató de decirme algo. Estaba muy débil, por lo que tuve que inclinarme al lado de su cama para oírlo hablar. Estaba terriblemente adolorido; por lo cual, al principio, pensé que estaba tratando de pedir morfina.

Pero lo que tenía que decir es que tuvimos la suerte de tener un conductor de ambulancia amable y empático que había intentado evitar que mi padre sintiera los baches en el camino al hospital.

Mi padre nació en la noche del Seder, hace ochenta y cuatro años. Para celebrar su cumpleaños, había planeado compartir algunos cuentos que había escrito acerca de él; sin embargo, creo que lo haré hoy.