ENCICLOPEDIA HEBRÁICA

En los monumentos asirios y babilonios encontramos personas que llevan en las extremidades de sus vestidos flecos, usados con fines talismánicos. También los israelitas acostumbraban a usarlo, como lo vemos por representaciones de israelitas en los monumentos babilónicos. También los israelitas acostumbran usarlo, como lo vemos por representaciones de israelitas en los monumentos babilónicos.

Parecen haber tenido ese mismo significado entre los antiguos israelitas, pues David al encontrar a Saúl durmiendo, le cortó los flecos de su traje junto con toda la orilla del manto. Después de ese acto, “su corazón le golpea, porque había cortado la orilla del manto de Saúl”, privándolo de la protección divina. Agarrar los flecos del mando era un gesto de súplica, que no se debía desdeñar.

La costumbre judía se deriva del mandamiento bíblico de poner pezuelos (franjas) en los remates de los vestidos, como recordatorio de las leyes de Yhvh (Núm. 15,38-39; Deut.22,12). Esa disposición parece codificación de la costumbre antigua antes mencionada, pero no parece haberla observado la generalidad de los judíos, sino en la Antigüedad y aun entonces raras veces en los países europeos. Los tzitzit debían contener un cordón azul. No hay explicación de ese detalle, excepto que el Talmud observa que es el color del cielo y por lo tanto sirve para recordarnos a D-os. Debían colocarse en todos los vestido, pero con el tiempo su uso se limitó al manto de oraciones (talit) y a una prenda interior llamada talit katán o arbá kafot. Por ser los tzitzit señal del judío, no debían venderse prendas provistas de ellos, sino que debían quitarse previamente. Resh Lakish, pensando en las futuras compensaciones por la observancia de los mandamientos, calculó que cada judío que hubiese cumplido fielmente ese precepto, tendrá 2,800 sirvientes; pues basándose en Zac. 8,23, multiplicó sesenta (idiomas del mundo) por cuatro (bordes en que hay tzitzit) y luego por diez (sirvientes). Por las Tosafot vemos que esa observancia no se había en la forma prescrita en el s. XIII (cf.. a Sab. 32b; B.B. 74 a; Kid. 61b), y el Shulj´án Aruj también exime a los piadosos de llevar tzitzit a la vista (Oraj Jayim 10 y 12).