LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

Las conductas antisemitas y antiisraelíes están aumentando de manera alarmante en el mundo, particularmente en Europa. Entre otros hechos violentos, está el de un rabino que fue atacado en Berlín por residentes locales, de origen árabe, al inicio de septiembre. Igualmente, otro rabino en Viena fue insultado con consignas antisemitas y nazis por aficionados de Futbol. En el primer caso, cientos de personas se manifestaron en las calles de Berlín en protesta por el ataque al rabino, hubo expresiones de solidaridad de personalidades no judías con la comunidad judía local, que salieron fotografiadas en el diario BZ con gorras en su cabeza (kipot), incluyendo al alcalde de Berlín.

Por lo demás, preocupa que grupos judíos en Israel y en EUA, reprueben las políticas del gobierno israelí en relación a los palestinos, calificándolas de apartheid; igualmente, sectores religiosos judíos fundamentalistas en Israel están desafiando al gobierno de ese país, por la intención de este último de obligar a que los jóvenes religiosos realicen el servicio militar, como lo hacen obligatoriamente todos los ciudadanos israelíes.

En este contexto, está circulando un mensaje por internet, que de manera lacónica y en forma de parodia, plantea la difícil situación que hoy día vive el judaísmo y los israelíes. El título del mensaje es: visita de un israelí al siquiatra. El contenido del mismo inicia con la visita del paciente al siquiatra, quien le expresa a este último que lo vino a ver porque sus amigos le dijeron que está sufriendo de una paranoia aguda, de un complejo de persecución y de una obsesión de que todo el mundo le tiene antipatía y cólera. Sus amigos también le comentan que exagera porque se ha metido en la cabeza que Irán lo quiere borrar del mapa, tirándole una bomba atómica. Así mismo, menciona que no puede dormir porque Hezbolla (un grupo terrorista islámico) tiene en el presente más de 40,000 misiles y todos apuntan hacia él. Le desvela que otra organización terrorista, Hamas, le dispare cohetes, como los que frecuentemente le lanza; al mismo tiempo le preocupa que el presidente Obama esté más enojado con él que con Irán.

Por otra parte, le molesta que los ultra ortodoxos vivan a su costa sin trabajar, y que la única forma de defenderse de sus enemigos es estudiar los libros sagrados con ahínco; y el hecho de que dentro de dos décadas la mayoría de los niños en edad escolar serán ultra ortodoxos, que no aprenderán nada, excepto el Talmud (interpretaciones rabínicas de las leyes y tradiciones judías); le produce temor que se vuelva el país más atrasado que la nación más atrasada de África.

Le da vergüenza que muchas universidades israelíes se hayan convertido en un hervidero de académicos antisionistas, que condenan los sentimientos de identificación nacional de los judíos, mientras que admiran y promueven los sentimientos nacionales de los palestinos. Le deprime que en universidades de EUA, Canadá y Gran Bretaña celebren anualmente una semana de odio contra los judíos.

Le angustia pensar que la juventud judía de EUA no le tiene simpatía, y, por el contrario, como acaba de ocurrir en la Universidad de Brandéis, el estudiantado predominantemente judío, rechace que el embajador de Israel hable en su graduación: no soportan la carga judía y se vuelven contra sus raíces. Menciona que está intranquilo al ver que los árabes israelíes se identifican con sus enemigos, cooperan con ellos, y están en vías de construir una quinta columna. Pierde la serenidad cuando ve que la autoridad Palestina, con quien el mundo exige a Israel que haga la paz, honra y celebra a terroristas asesinos de víctimas inocentes y promueve el boicot contra Israel. Por último, dice que le desilusiona que los países europeos, 70 años después del Holocausto, consideren a Israel el peor enemigo de la paz mundial.

Al final de la visita el siquiatra responde al paciente: deje a un lado los pretextos y dígame con franqueza ¿qué es lo que realmente le preocupa?… la respuesta debiera ser obvia, todo, en virtud de que todas sus inquietudes le afectan en grado mayor. El fondo de la paranoia del paciente israelí, que apela a la ironía y la exageración, es la pasividad que siguen teniendo las personas y los gobiernos frente al irracional odio contra los judíos y su oposición a la legitimización de un Estado Judío.