Estimada May:

Disculpa que te moleste a través de este correo, pero necesito de tu orientación a un problema que tengo. Soy Esther Farca Salame, pertenezco a la Comunidad Judía de México, soy la persona que le escribió las Memorias de Don Eduardo y Jovita Cojab, quienes son mis primos hermanos, con motivo de su celebración de sus 50 años de casados. Espero me recuerdes.

En breve te comento: Yo vivo en la Colonia del Parque cerca del CDI, la comunidad me ayuda con el pago de mi renta, pero mi principal y único problema es una de mis vecinas que desde que llegó me insulta, me dice “p… judía”, me ha hecho maldades como romper dentro del jardín un espejo que tenía allí; junto con otra vecina, sufro un constante acoso y estoy agredida sin tregua.

Una vez, echaron a la basura verdura que me llegó; en otra ocasión, destruyeron una barda que utilizaba para resguardar a mi perrito, entre otras cosas. Cuando llego a casa, estas palabras me reciben: “Maldita judía, de aquí te largas; por mi cuenta corre”.

El día de ayer domingo 9 de septiembre,la agresión llegó a los golpes: salí de mi casa a tomar un café, me alcanzó mi vecina y me dio unas cachetadas.

Ella es físicoculturista, tiene buena condición y mejor me eché a correr. Es una mujer que verdaderamente está loca, sigue sus impulsos y se escuda en que su esposo es coronel del Ejercito- y parte del Tribunal Militar.

Hace tres meses levanté una demanda, la cual hice llegar al dueño del inmueble; sólo me dijo que si no estaba a gusto me fuera, pues ése no era su problema.

May, disculpa que atraiga tu atención sobre este problema mío, vivo sola con mi perro y tengo temor a que esto pase a mayores; temo por mi vida y la vida de mi mascota, que es lo único que tengo. No me atrevo a salir de mi casa, me siento en un ghetto; la verdad es que me siento MUY SOLA Y DESPROTEGIDA, ya que no cuento con nadie de mi familia, sólo con mi bendita Comunidad.

Si alguno de los lectores de Enlace Judío me puede apoyar con un consejo, una idea, una opinión, les suplico me los proporcionen.

Un abrazo

Esther