RADIO FORMULA

13 de Noviembre, 2012

DISCURSO DEL LIC. ENRIQUE PEÑA NIETO, PRESIDENTE ELECTO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, DURANTE LA REUNIÓN PRIVADA CON EL COMITÉ JUDÍO AMERICANO, EFECTUADA EN EL HOTEL FOUR SEASONS.

Muchísimas gracias. Muy buenas noches a todas y a todos ustedes.

Me da mucho gusto saludar a esta gran representación de la comunidad judío-americana, que hoy visita nuestro país. Y de igual forma, al Presidente del Comité Central de la Comunidad Judía en México, y a miembros de esta comunidad, a quienes tengo el gusto y el honor de conocer desde hace ya tiempo.

A todas y a todos ustedes, les extiendo la más cordial bienvenida a nuestro país; y deseo que su visita a México sea fructífera, sea de una feliz estadía. Y, sobre todo, aprecio la oportunidad de poderles saludar, de presentarme ante ustedes, de extenderles esta cordial bienvenida y, sobre todo, de poderles compartir de manera muy sintetizada en dónde está la visión, el proyecto de país que claramente hemos expuesto ante los mexicanos, y que ha recibido el voto de confianza de la mayoría de ellos.

Debo señalar que he sido electo Presidente de los Estados Unidos Mexicanos a partir de un proceso electoral, que concluyó con la jornada electoral del día 1° de julio, y que sin duda acreditó ante el mundo el avance democrático y desarrollo democrático que México ha experimentado en los últimos años.

Para fortuna del pueblo de México, hoy nos sentimos muy orgullosos del desarrollo democrático que nuestro país ha alcanzado. Y convencido estoy que la gestión de mi gobierno, la relación que tenga con las distintas expresiones políticas que tienen representación en mi país, estará también orientado a seguir consolidando nuestra democracia en un mundo, sin duda, que hoy está cada vez con menos barreras, con menos fronteras, que somos parte de un mundo global, con una visión global también compartida en favor de los derechos humanos, en favor de la democracia, en favor del libre comercio, en materia económica, es una de las banderas y de los postulados que con toda precisión he formulado a los ciudadanos de mi país.

A mí me da mucho gusto tener esta oportunidad de encuentro con todas y con todos ustedes, porque –como lo expresara hace un momento Rafael Zaga, Presidente del Comité Central de la Comunidad Judía– la relación con la comunidad judía en México viene de hace ya muchos años.

En otras responsabilidades de orden político tuve la oportunidad y privilegio de conocer a miembros de esta comunidad, de tener una relación no sólo institucional, sino incluso de carácter personal; y de haber tenido en el equipo de trabajo que entonces sirvió al estado del que soy originario, a miembros de esta comunidad. Como ahora algunos de ellos también son parte del Equipo de Transición. Y que seguramente estarán siendo parte del gobierno de la República, que inicie su responsabilidad a partir del próximo 1° de diciembre.

No quisiera yo abundar en lo que ya aquí se ha señalado de esta no puedo decir “añeja relación”, pero sí cercana relación de ya varios años, que ha permitido o me ha permitido tener una plena identificación con varios de los temas que la comunidad judía tiene preocupación, tiene interés; y además, en la presencia que la comunidad judía tiene en el mundo entero.

Parece que sus banderas y sus causas son ampliamente compartidas por el gobierno que habré de encabezar.

Aquí se han señalado varios de esos temas: democracia, derechos humanos, una política antidiscriminatoria y todo lo que nos permita a final de cuentas la construcción de un mundo que respete las libertades individuales, que respete las distintas ideologías, credos, pero que, sobre todo, pueda en este ambiente armonizar los distintos intereses para que trabajemos por un mundo de sana convivencia y que depare a los ciudadanos del mundo mayor felicidad.

En alcance justamente a esta máxima fundamental, está inscrito en la plataforma política que he postulado a los mexicanos, y donde hoy, debo decir, que en México tenemos un clima político que más allá de legítimas y naturales diferencias entre las distintas expresiones políticas, hay, en acreditación a este avance democrático que hemos alcanzado, una mayor disposición para la construcción de acuerdos, que nos permitan realmente lograr avances mayores, sensibles en los temas que hoy preocupan a los mexicanos.

Señalo algunos de ellos, en lo que yo he señalado serán los principales objetivos de mi administración.

En primer lugar, lograr un combate mucho más eficaz contra la inseguridad. Lograr o recuperar para los mexicanos el clima de paz y de tranquilidad que todos anhelamos. Y que eso nos llevará a hacer ajustes a la estrategia que hasta ahora ha seguido el gobierno, buscando fundamentalmente como objetivo central: disminuir la violencia, y que esto nos llevará a combatir especialmente homicidios, extorsiones y secuestros.

Un segundo y prioritario objetivo será reducir los niveles de pobreza que hay en nuestro país. Para mi administración y para un servidor resulta inaceptable que en pleno siglo XXI todavía lamentablemente algunos sectores de la población en nuestro país se encuentren en condición de pobreza, y de una creciente y mayor desigualdad.

Por eso, será prioritario para mi gobierno lograr las condiciones óptimas de crecimiento económico, de desarrollo social, que nos permita realmente lograr un objetivo: que los mexicanos encuentren en nuestro país escenarios favorables para alcanzar proyectos individuales, personales o colectivos, de realización y de prosperidad.

Un tercer importante objetivo, y que para mi gobierno será motor del desarrollo nacional, sin duda, es hacer que México se inserte en un camino de crecimiento económico de manera sostenida.

Estoy convencido, como muchos mexicanos lo estamos, de que nuestro país tiene un enorme potencial, gran capacidad para alcanzar mejores niveles de desarrollo. Y que para eso será necesario hacer algunos ajustes al marco legal, algunas reformas estructurales, que sobre ellas quisiera referirme más adelante, para lograr crecimiento económico, mayores tasas de crecimiento económico para generar mayor número de empleos para los mexicanos y oportunidades de desarrollo.

Yo diría que estos son tres principales objetivos, tres grandes metas que no sólo ahora sino desde mi campaña estuve postulando acompañadas de distintas acciones para alcanzar estos tres importantes objetivos, insisto, lograr mayor seguridad pública para los mexicanos, reducir violencia en ello; segundo combatir pobreza; y lograr un crecimiento económico sostenido mucho más acelerado y de mayor tasa al que ahora hemos alcanzado.

Para este último propósito estoy convencido que la línea o la política pública en materia económica, será la de seguir alentando el libre comercio, aunque yo agregaría algo muy importante, con sentido social; que nos permita no sólo lograr crecimiento, generación de mayor riqueza, sino también una justa distribución de esta riqueza, para con ello disminuir los niveles no sólo de pobreza, sino de desigualdad que lamentablemente se vive en nuestro país.

Es preocupante ver que los niveles, los extremos o la polarización que priva en nuestro país, al igual que en otros países de América Latina, es cada vez mayor, donde la riqueza se concentra en unos cuántos y son muchos los que tienen poco y pocos los que tienen mucho.

Tenemos que lograr una política del Estado mexicano, una política pública o políticas públicas, que nos permitan realmente revertir esta condición y lograr un desarrollo mucho más armónico e igualitario entre la sociedad mexicana.

Quiero también referirles que en alcance al desarrollo político que México está teniendo, advierto que ya desde ahora, y creo yo que a partir del 1° de diciembre, la relación con las distintas fuerzas políticas que hay en el país es de lograr haya una mayor disposición para alcanzar acuerdos, como recién lo acredita la aprobación, que hace menos de una hora se pudo acreditar el trabajo del Senado de la República, donde fue aprobada ya una reforma de carácter estructural, que es la reforma laboral, que por varios años, hace 40 años en nuestro país, sobre todo en los años últimos, se había intentado procesar.

Finalmente, después de 40 años es fecha en la que tenemos, o de la que data la legislación laboral que hasta ahora tenemos, ha sido posible un acuerdo entre las distintas fuerzas políticas, para dar marco o dar espacio a una nueva legislación que favorezca la competitividad, la flexibilización de los mercados laborales y la facilidad para la contratación de empleo entre los mexicanos.

Creo que esta es una señal muy positiva, no sólo en el beneficio que esta legislación tendrá para el desarrollo económico, sino, sobre todo, porque da señales muy claras del nivel de entendimiento y de acuerdos que sí es posible tener entre las distintas fuerzas políticas de nuestro país.

En lo que mi gobierno estará trabajando y lo que estará acreditando en su diaria gestión, será el de mostrar respeto a las otras expresiones, apertura y ánimo de conciliar intereses diversos, posiciones distintas para encontrar la ruta consensada, que nos permita impulsar otras reformas de carácter estructural.

Cito al menos tres que serán importantes en nuestro país: primero. La de la Seguridad Social Universal, que será emprender una revolución o una transformación de un modelo de seguridad social que tenemos en México, para abandonar un modelo que condiciona la seguridad social a tener un empleo para convertirlo en un derecho de todos los ciudadanos de este país, no sólo de aquellos que tengan un empleo, sino de todos los ciudadanos.

Segundo. Una reforma energética, que nos permita ampliar nuestra fortaleza y capacidad en la generación de energía y especialmente en la explotación petrolera.

Creo que el paso en esta materia será sin privatizar lo que es la empresa nacional, y tomando como referencia modelos exitosos de otros países, lograr realmente una mayor apertura para que con la participación del sector privado podamos desarrollar mayor infraestructura para la explotación petrolera, para la refinación y para el desarrollo de nuevas fuentes generadoras de energía.

Y finalmente, una reforma hacendaria, que nos permita lograr el fortalecimiento financiero del Estado mexicano para acometer mayores beneficios en favor de todos los mexicanos.

Estoy convencido que el entorno mundial deja a México hoy en una ventana de oportunidad para que desde un mayor acuerdo entre los mexicanos, podamos dar pasos hacia un mayor desarrollo social, mayor desarrollo económico y lograr también una mayor participación de México y de nuestros productos en el mundo.

Yo tengo plena confianza de que los años por venir serán espacios de mayor prosperidad y de mayor desarrollo para México. Insisto, hoy se advierten señales optimistas y claras de los niveles de actuar y entendimiento que es posible tener en nuestro país, que hoy se están proyectando, y que eso dará espacio, insisto, a lograr las reformas que México necesita para alcanzar un mayor desarrollo.

En mi relación con la comunidad judía, quiero que sepan que tendrán en un servidor a alguien que quiere estar cerca de esta comunidad. Precisamente este año se celebran el primer centenario de la primera comunidad establecida en nuestro país, y que es ocasión para refrendar el ánimo y la posición del gobierno que habré de encabezar, a partir del 1° de diciembre, para estrechar esta relación de amistad, de colaboración, de acercamiento, de entendimiento, de afinidad que habrá entre mi gobierno y la comunidad judía.

La interlocución que hemos tenido y desarrollado, sin duda, favorecerá a ensanchar nuestra relación. Y creo que la cooperación que puede esperarse de esta relación deberá ser fructífera. Yo así lo espero.

Espero también que la comunidad judía sienta y encuentre en el próximo Presidente de México, en un servidor, esta apertura, esta disposición y el interés de construir una relación de amistad muy sólida con todos ustedes y con los miembros de la comunidad judía.

A todos ustedes, les extiendo, insisto, una cordial bienvenida a nuestro país, una feliz estancia. Espero que las actividades que han venido desarrollando estén resultando muy exitosas.

Y para mí es una gran oportunidad de poderles saludar esta noche.

Finalmente, tendré en toda consideración la invitación que el señor Harris me ha formulado para participar en el evento a desarrollarse en Estados Unidos el próximo 30 de junio. Y que, si me lo permite, en los próximos meses espero estar confirmando mi participación en tan importante foro.

A todos ustedes, muchas gracias. Sean bienvenidos a nuestro país.