Betalph1

Hay un año embolismal (13 meses) 7 veces cada 19 años. Los años constan de 13 meses se llaman en hebreo “Shaná meuherét”; y los años comunes de 12 meses: “Shaná peshutá”.

El día hebreo comienza la víspera o sea a la puerta del sol, desde el momento en que las estrellas se hacen visibles en el cielo. Este principio se basa en la Bilblia: “Y fue la tarde y la mañana, un día” (Génesis I-5).

Con la excepción del sábado, los días del calendario hebreo carecen de nombres propios. Se les indica por números ordinales: “Yom rishón” (día primero), domingo: “Yom Jamishí” (día quinto), jueves, etc.

Las semanas constan de sientes días.

Según el calendario hebreo, el nuevo mes comienza con la reaparición de la luna, después con la reaparición de la luna, después de efectuar su giro alrededor de la tierra. En el año judío hay 5 meses de 30 días, 5 de 29 y dos de duración variable.

El primer día del mes se llama “Rosh-jodesh” (principio de mes). En los meses, cuya duración es de 30 días, el último día del mes se considera también como “principio de mes”. En este caso se celebran dos días de Rosh-jódesh, el último día del mes vencido y el primero del mes iniciado. En Rosh jódesh se celebran en el templo oficios religiosos propiciatorios.

Los nombres actuales de los meses del calendario hebreo son, en su mayoría, de origen babilónico.

Los meses del calendario hebreo están ordenados según dos principios: 1) el orden bíblico y 2) el orden tradicional. El orden bíblico considera el mes Nisán, en que salieron nuestros antepasados de Egipto, como el primer y más importante mes del año. El cómputo de los meses comienza a partir de Nisán y sirve de punto de determinación de las flechas festivas sucesivas.

En cambio, el orden tradicional adjudica la creación del mundo al séptimo mes del año, o sea a Tishri. En Tishri se celebra el año nuevo hebreo y sirve de base para el cómputo de los años. La tradición judía sitúa la creación del mundo en el años 3761 antes de la Era Común.