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SALOMÓN LEWY PARA ENLACE JUDÍO

Enlace Judío México |A este escribidor ya le sorprendía que lo que quedó en pie, luego del desmoronamiento de la antigua U.R.S.S. en 1989, no trajera como secuela algún tipo de reacción. Bueno, pues ya está aquí, encabezada por el antiguo y oscuro agente de la temida K.G.B., hoy jefe de gobierno ruso, Vladimir Putin.

Debo reconocer su paciencia. Pasó su primera “cadencia” en el puesto y no sucedió nada extraordinario. Nombró sucesor y tampoco, mas hoy decidió que ya era hora de darle una lección a Occidente pegándole a éste donde más le duele: el bolsillo, y qué mejor que en la región donde estaban ya inmersos los enormes capitales, los ductos de gas del Mar Negro a Europa: Ucrania y su península, Crimea.

Esta península, curiosa mezcla de etnias y credos, nos puede referir a la segunda guerra mundial, durante la cual no pocos de los crimeos contribuyeron con los nazis.

Sea como fuere, hoy día el dieciocho por ciento de la población es pro-rusa y prefiere ser parte de los estados “asociados” a la Rusia actual.

Esto, desde luego, es música para los oídos de Putin. El Parlamento de Crimea llama a un referéndum para dilucidar a cuál égida pertenecer.

Occidente – lo que sea esto – pugna por hacer que Ucrania (Crimea incluida como parte de la misma), ajuste sus intereses a la Unión Europea, pero en el jaloneo, la Federación rusa se está llevando la mejor parte. De hecho, en Crimea se encuentra la única base naval de “aguas tibias” rusa en el Mar Negro.

Pero ¿Cuál ha sido la reacción de Occidente? Amenazar con sanciones económicas a Rusia, pero ésta reviró recordando a los Estados Unidos que estos han invadido otros países con el pretexto de protegerlos, como el caso de Irak de infausta memoria.

De la misma manera, Estados Unidos le recuerda al señor Putin que hay un tratado internacional, del cual Rusia es signataria, con respecto a esa región.

Otra de las reacciones occidentales ha sido el otorgamiento a Ucrania de mil millones de dólares para contribuir a su estabilidad económica.
Esto le parece al escribidor como lo que sucede en un hogar en el cual dos de los hijos se pelean y en el que el padre, para impedir que la reyerta continúe, les da dinero a ambos rijosos.

Por lo pronto, el viceministro de Crimea, Temirgalie, informó que el referéndum se llevará a cabo el 16 de marzo próximo, que toda la propiedad del Estado sería nacionalizada y que la moneda sería el rublo.
Se colige entonces que en este conflicto hay diversos intereses y distintas variables.

Ucrania, que está por perder la península de Crimea, con todo lo que esto significa en cuanto a puertos, Mar Negro, etc.

Crimea, que a pesar de las diferencias internas, convivían en ella todas sin mayor dificultad y que, posiblemente quedará como parte del nuevo esquema al estilo Putin.

La Unión Europea, que tenía la esperanza que Ucrania (Crimea incluida) volteara hacia Europa y compartiera su riqueza en gas y otros energéticos.

Los Estados Unidos, que ven esfumar su hegemonía en ciertas regiones del mundo. En México diríamos que “ les comieron el mandado” los rusos.

Por otra parte Rusia, cuya capacidad de simulación es evidente, tuvo – y tiene en este conflicto – la paciencia para distraer a sus adversarios, principalmente a los Estados Unidos, con los asuntos de Siria e Irán.

Y hablando de Estados Unidos, su actuación en este conflicto es, por decir lo menos, ridícula. El escribidor se pregunta qué estaba haciendo su gran organismo de seguridad e información, con toda la sopa de letras (CIA, HSD,
ICD,etc) involucrados.

Particularmente se dirige la atención a su Departamento de Estado, encabezado por el ínclito “silent partner” de la firma Heinz, el señor Kerry.

Asombra su incapacidad y su falta de firmeza. Parecería que toda solución está enmarcada por los dólares que últimamente se imprimen a falta de liquidez en su propia economía.

Al mirar esta imagen, el escribidor se felicita que Israel se encuentra febrilmente trabajando desde el treinta de enero pasado, explotando los yacimientos de gas en su área territorial.

Pronóstico: Crimea, por medio de su referéndum de justificación, pasará a ser “asociado” de la Rusia de Putin. Ucrania perderá una península de gran estrategia. La Unión Europea no podrá contar con Ucrania como miembro de la Unión. Estados Unidos perderá buena parte de su influencia en la región. Putin reafirmará su capacidad de liderazgo y su Duma la aplaudirá, y el mundo seguirá como si nada hubiera sucedido.