Israeli civilians sitting atop a hill in the city of Sderot watch as two Palestinian rockets fly towards southern Israel, before a ceasefire

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

El extraordinario desarrollo de la tecnología aplicada en la industria de la guerra ha escalado el conflicto bélico entre el Estado de Israel y el grupo terrorista Hamas, que como gobierno somete dictatorialmente a los 1.5 millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza y cuyas condiciones de vida son deplorables, en virtud de la corrupción existente entre los dirigentes de Hamas, quienes usan los recursos presupuestales provenientes de las donaciones que les otorga la Unión Europea y otras naciones de Occidente, principalmente, en su beneficio y de sus amigos, dilapidados ostentosamente. Asimismo, parte de los fondos que recibe Hamas son destinados a la fabricación de armamento para la fabricación de cohetes que junto con el enorme arsenal de estos últimos que les proporciona Irán y Siria, cotidianamente son disparados a blancos civiles de Israel.

Los mortíferos cohetes de Hamas suman alrededor de 10,000 dispersos por toda la Franja de Gaza. Igualmente, en Gaza opera la Yihad Islámica que tiene parte del inventario de cohetes disponibles en esa región. En los últimos diez días los terroristas han lanzado a Israel más de 800 cohetes, que en buena parte fueron derribados por el sistema Cúpula de Hierro inventado por un ingeniero de la Universidad de Tel Aviv. Los daños materiales en Israel han sido mínimos al igual que en los territorios palestinos de Cisjordania donde cayeron algunos cohetes; no obstante; los israelíes viven con una angustia permanente y varias veces, en el día o en la noche, corren a los refugios para protegerse de los bombardeos de Hamas; la situación emocional de los niños es particularmente dramática.

Israel ha tenido que responder a la violencia de Hamas y las grandes potencias han aceptado “de dientes para afuera” la legitimidad de Israel de defenderse a través de la Operación Margen Protector, que básicamente se refiere al bombardeo aéreo de zonas habitadas de Gaza desde las cuales Hamas se escuda para lanzar los cohetes. Hamas, que en su Carta Fundacional de 1988 pide la creación de un Estado islámico en Palestina, en Israel y los territorios palestinos, así como la destrucción del primero; “Hamas es humanista y tolerante con otras religiones, siempre y cuando no se ponga en duda la soberanía del Islam en esa región”; no le importa el precio para lograr este propósito; de aquí que utiliza a los habitantes de Gaza como escudos humanos; entre más civiles palestinos mueren en esta tarea, Hamas se vanagloria del desequilibrio existente entre el Ejército de Israel y sus milicias. Los residentes de Gaza viven en la zozobra por los ataques israelíes y quieren que Hamas les permita abandonar sus hogares. En entrevistas televisadas a palestinos de la Franja de Gaza piden a Israel que suspenda los bombardeos a objetivos civiles, “que ellos no son Hamas”. Los bombardeos israelíes se han complementado con una ofensiva terrestre y marina para destruir los numerosos túneles existentes entre Gaza, Israel y Egipto a través de los cuales contrabandean armas y terroristas, principalmente.

En este ámbito, Egipto, afectado por la inestabilidad que Hamas y otros Yihadistas han creado en el Sinaí, junto con el Secretario de la ONU, buscaron negociar entre Israel y Hamas, un cese al fuego, mismo que este último no aceptó. Cabe destacar que las autoridades egipcias planean cancelar la ciudadanía de miles de palestinos con ciudadanía egipcia, la mayoría de los cuales están afiliados a Hamas; la ciudadanía les fue concedida durante el régimen del expresidente islamista Mohamed Morsi. Las autoridades militares de Egipto han indicado que a los palestinos que se les revocará la ciudadanía participaron en ataques terroristas en el pasado, igualmente califican a Hamas “como un riesgo importante para la seguridad de Egipto y la acción de incitar a la insurgencia islamista que se extendió desde el derrocamiento de Morsi”.

Mientras el cielo de Israel se ilumina con el fuego de los cohetes de Hamas, miles de palestinos y sus simpatizantes se manifiestan en Londres, Paris y otras ciudades del mundo para condenar la violencia en Gaza. La gente de Israel reprocha al mundo su pasividad por lo que acontece en Gaza; y a través de la voz de su ciudadanía le pide a éste que no interfiera en su camino para detener a sus vecinos que son asesinos; “ningún país permite que su gente sea objetivo de ataques terroristas”; “tampoco necesita ayuda militar, Israel tiene su propio Ejército bien entrenado y muy motivado, así como armamentos sofisticados para detener a los terroristas, tampoco necesita lecciones de ética y cómo negociar con sus agresores, sólo pide que lo escuchen y lo entiendan”.

En este marco de acrecentada violencia, la gente de buena voluntad se pregunta: ¿Dónde estaban las naciones del mundo mientras Hamas se armaba?; ¿Por qué nadie supervisó los recursos financieros que diferentes naciones otorgan a los palestinos para destinarlos a satisfacer sus necesidades vitales: alimentación, salud, educación, plazas de trabajo, entre otras, y que fueron desviados para adquirir y construir cohetes? ¿Cuántas familias palestinas hubieran sido beneficiadas si el dinero concedido no se hubiera canalizado a los cohetes? ¿Por qué el mundo acusa a Israel por defenderse?. Los señores del mundo tienen la culpa de las víctimas de ambos bandos sobre sus cabezas”. “Mientras Israel es atacado ustedes callan y cuando se defiende gritan y acusan? Ustedes son los culpables de haber alimentado el terrorismo y de instigar el odio y las acusaciones contra Israel”.

Un nuevo cese del fuego entre Hamas e Israel no es la solución, se precisa desaparecer la infraestructura terrorista de la Franja de Gaza y desmilitarizarla.