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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

Las decapitaciones realizadas por el Ejército Islámico (EI) contra sus enemigos, son justificadas por éste como un acto permitido por el Corán contra los herejes, su realización data de los tiempos de la creación de la religión del Islam; no obstante, se han multiplicado a raíz de la ofensiva militar llevada a cabo por el EI en Irak y Siria, causando terror entre las minorías cristianas y yazadíes. La transmisión en videos, de la decapitación reciente de tres periodistas occidentales por parte de un verdugo del EI, de origen británico, ha causado un impacto imborrable en quienes los vieron.

En este contexto, Iñaki Ezkerra Greña (IEG) escritor, periodista y activista español miembro de la Asociación Foro de Emua, que está contra la banda terrorista ETA y el nacionalismo vasco, escribió un artículo al inicio de septiembre denominado “Autodecapitándonos”, en el que da cuenta de “la carnicería que ha montado ese engendro religioso llamado Estado Islámico en Siria e Irak, que no deja lugar para las dudas ni las ambigüedades: temibles imágenes que han mostrado estos días las televisoras de centenares de soldados apresados, desnudados y humillados, ante unos captores que se burlaban de ellos imitando su decapitamiento, el ruido de las ametralladoras antes de darles muerte; éxodos masivos de población civil; energúmenos que muestran con entusiasmo las cabezas que han seccionado”.

El EI se ha convertido en la organización terrorista más rica del mundo a raíz de que tomó la ciudad de Mosul en Irak, en junio pasado, y se apoderó del petróleo de la región y de la sucursal del Banco Central, de manera que sus recursos aumentaron de 900 millones de dólares a dos mil millones.

IEG señala que nadie en el mundo puede ver un mínimo asomo de justicia o de justificación en las amenazas y en el horror del EI y, en particular, condena el mutismo de la izquierda de España que “es tan aficionada a usar la palabra nazi y fascista contra cualquiera que no opina como ella”. IEG reprende a esa izquierda que teoriza sobre un supuesto proceso en el que la víctima paradigmática del nazismo de ayer se habría convertido en el victimario de hoy, perpetuando sobre los palestinos el horror cometido sobre ellos y compara la Guerra de Gaza con el Holocausto.

Para IEG no se puede calificar de genocidio de Estado a Israel por defenderse de la lluvia de misiles que le lanzó Hamas y callar ante el premeditado genocidio que lleva a cabo el EI. IEG menciona que no se ha visto a un representante de Israel celebrar ninguna de las consecuencias de la guerra, como lo ha hecho Hamas, ni decir que hay que matar a todos los árabes y a todos los que no profesan el Islam; sus declaraciones son crímenes contra la humanidad, violaciones de la Convención de Ginebra. Para IEG algo que se parece al nazismo son las decapitaciones de civiles; callar ante ellas es renunciar a la cabeza para pensar, es una autodecapitación.

En este marco de violencia, el sector islámico moderado está sorprendido y condena las acciones del EI porque esta milicia no solo mata a herejes, si no a los propios musulmanes. Omar Abbuud, presidente del Instituto de Diálogo Interreligioso en Argentina, indica que el mundo islámico ve al EI con mucha preocupación y que lo que hace a nombre del Islam no se puede justificar de ninguna manera.

Cabe destacar que existe la percepción en el gobierno de Israel que el terrorismo del EI no sólo tiene en el corto plazo como objetivos de violencia la región del Medio Oriente, sino que podría extenderse a israelíes y judíos en el mundo, sobre todo en Europa y África, por parte de los veteranos de guerra en Siria e Irak que regresan a sus países de origen. En este ámbito, la oficina contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad Nacional de Israel ha advertido que al mismo tiempo, Irán y Hezbollah, con sede en Líbano, siguen desarrollando una campaña global del terrorismo, apuntando a objetivos israelíes y judíos, con énfasis en blancos fáciles, como los turistas, los rabinos de Jabad, hogares, y los jefes de las comunidades judías. El EI representa una amenaza terrorista para el mundo.