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MOSHE ARENS
Por respeto a la diversidad de opiniones que caracteriza al Estado Judío, quisimos publicar este artículo de Moshe Arens en Haaretz (nota de la editora)

Un cuarto de la población de Israel no es judía, y una de las cosas más importantes en nuestra agenda debe ser su integración a la sociedad y a la economía del país.

¿Quién necesita que la ley del estado judío se procese ahora en la Knesset? El estado judío, el estado de Israel ha existido 66 años sin ella. ¿ Por qué la necesitamos?

No necesitamos una ley para proclamar que Israel es el estado judío, tampoco puede convertirse en estado judío por ley.

Israel es un estado judío porque la mayoría de su población es judía, porque el idioma dominante es el hebreo, porque la mayoría de los libros publicados aquí son en hebreo, y la mayoría de las canciones son hebreas. Porque el himno nacional es el ¨Hatikva¨, y la bandera nacional es azul y blanco y lleva la Estrella de David, y porque el ejercito son las fuerzas de defensa de Israel. Pero aún más importante, por la Ley del Retorno que permite que todo judío en cualquier parte del mundo inmigre y se convierta en ciudadano israelí si así lo desea. No se ha necesitado más durante estos 66 años y no se requiere más ahora.

La ley propuesta es innecesaria y perjudicial. Un cuarto de la población de Israel no es judía, y probablemente uno de los elementos más importantes en la agenda del país debe ser su integración en el tejido de la sociedad y su participación en la economía israelí, hacerlos sentir en casa como ciudadanos iguales, teniendo acceso a las oportunidades que ofrece Israel. Si se sienten aislados, no deseados o discriminados, el resultado perjudica no sólo a ellos, sino también a ciudadanos judíos y al Estado de Israel.

¿Cómo reaccionarán los ciudadanos no judíos ante esta ley? Quizás algunos la verán como un intento de enfatizar que son extraños, no más que una minoría tolerada. ¿Cómo se sentirá el soldado druso que sirve en las FDI? ¿Y los voluntarios musulmanes y cristianos en el ejercito israelí o aquellos que dedican un año de sus vidas al servicio social? ¿Cómo se sentirán las familias de aquellos que han caído en la defensa del Estado de Israel? Ellos pueden interpretar la ley como ofensa o maniobra legislativa para ignorar su existencia. Es difícil concebir que alguien de ellos estuviese satisfecho por esta ley, lo cual es comprensible.

Es posible que aquellos miembros de la Knesset que avanzan la ley del estado judío no les importa lo que piensan los ciudadanos no judíos sobre ella o tienen por objeto poner en claro que los últimos son extraños. ¿Qué es peor? Ningún argumento que intente explicar que Israel debe definirse como estado judío ante la ley en paralelo a un estado palestino puede impresionar a esos ciudadanos. Probablemente los dirigentes de un supuesto estado palestino no deseen que los judíos radiquen dentro de sus fronteras, pero Israel desea que los ciudadanos no judíos se sientan en casa y que formen parte de la sociedad israelí. Aquí no hay ninguna comparación, y por lo tanto esa obtusa argumentación no puede justificar el proyecto de ley.

Todo momento es inapropiado para esta legislación, pero este es el peor. No hay necesidad de explicar que estamos viviendo una época de gran tensión entre judíos y árabes en el país. Lo último que los israelíes deben desear es que los ciudadanos árabes israelíes formen parte del torbellino de hostilidad entre árabes y judíos. No es descabellado creer que esto pudiese ser consecuencia de esta ley precipitada.

La ley no beneficia a nadie y puede causar mucho daño. Por consiguiente, los miembros de la Knesset que optan por promoverla harían bien en retirarla.

Moshe Arens sirvió como miembro de la Knesset en 1973-1992 y 1999-2003 por parte del Likud. Asumió el cargo Ministro de Defensa en tres cadencias y como Ministro del Exterior en una cadencia, fue embajador de Israel en Estados Unidos y profesor en el Technion.

Traducción: Esti Peled.

Fuente: Haaretz.