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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Brian Stonehouse fue enviado a la Francia ocupada por los nazis como agente secreto y, cuando regresó a su país, fue contratado como ilustrador.

Cuando Brian Stonehouse se unió al Ejército de su Majestad en 1939 no pensó, ni por un momento, qué trabajo acabaría realizando tras acabar la Segunda Guerra Mundial. La verdad es que le hubiese costado acertar, pues este espía inglés amante del dibujo pasó de infiltrarse en la Francia ocupada a trabajar para la revista Vogue como ilustradoruna vez terminada la lucha contra Adolf Hitler. Todo ello, habiendo pasado por varios campos de concentración y haber sufrido innumerables torturas por parte de los hombres de la esvástica.

La historia de este curioso británica ha vuelto a salir a la luz estos días después de que, tal y como firman diarios internacionales como «The Independent», se haya inaugurado una exposición que muestra varias de sus obras en Suffolk (Londres). Esta, concretamente, ha sido orquestada con los dibujos que su hermano –de 97 años- ha encontrado recientemente en su casa. Fechados entre 1952 y 1958, los diseños han sido donados por el hombre a un museo para que puedan ser disfrutados por todos aquellos que lo deseen

La vida de un curioso espía

Nueve años antes de que comenzara la guerra (el 1 de septiembre de 1939) Stonehouse era un simple estudiante de arte. Sin embargo, con la llegada de la Segunda Guerra Mundial sintió la llamada de las armas y se unió a la unidad de Artillería Real del Ejército Británico. Al poco tiempo, y debido a sus conocimientos de francés, fue reclutado por la «Grupo de Operaciones Especiales» (SOE, por sus siglas en inglés), donde empezó a realizar labores de espionaje junto a un grupo de agentes secretos que fueron desplegados por toda la Europa tomada por los nazis.

Su dominio del idioma galo hizo que le enviaran a la Francia ocupada bajo la identidad de un estudiante de arte llamado Michel Chapuis. Allí, recibió órdenes de pasar toda la información que hallara a sus mandos a través de una pequeña radio escondida en su estudio. Sin embargo, después de tres meses y medio infiltrado su tapadera fue descubierta, fue arrestado y, finalmente, enviado a un campo de trabajo nazi.

En los siguientes años (hasta 1945, concretamente) fue cambiado hasta en cinco ocasiones de campo de concentración, llegando a pisar Neue Bremm, Mauthausen, Wiener Neudorf, Natzweiler-Struthof y Dachau. En este tiempo fue torturado y vejado de cientos de formas por los alemanes que, ávidos de conocer los secretos de la inteligencia británica, le aislaron en celdas de confinamiento individual, le golpearon hasta hartarse y le obligaron a llevar a cabo trabajos forzados.

Pero, pese a estar encarcelado, sus conocimientos como dibujante le sirvieron de gran ayuda a su patria. Así lo denotan los retratos que hizo del oficial al mando del campo de concentración de Natzweiler-Strutho y que evitaron que uno de sus compañeros muriera. Lo mismo sucedió el día que, desgraciadamente, los nazis alemanes capturaron a cuatro agentes femeninas del SOE y las ejecutaron. Aquella cruenta jornada, Stonehouse las pintó, lo que permitió que fueran identificadas posteriormente.

El trabajo tras la lucha

Finalmente, Stonehouse fue enviado a Dachau, donde fue liberado por los americanos en 1945. Sin embargo, su curiosa historia acababa de comenzar. Y es que, después de ser enviado en 1946 a Estados Unidos, conoció en 1952 a Jessica Daves, de la revista Vogue. La mujer vio su talento innato y le ofreció un trabajo en su publicación, algo que el antiguo espía aceptó de buen grado. Nuestro protagonista trabajó allí realizando todo tipo de dibujos relacionados con la moda hasta 1998, fecha en la que murió de un ataque al corazón.

Fuente:abc.es