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ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Tras las negociaciones con Irán, Estados Unidos y el Reino Unido ahora añaden más fracaso al ya acumulado creando una falsa narrativa sobre Israel.

Por David Horovitz

Hace tres meses, en defensa de lo que él llamó el “histórico” marco de entendimiento alcanzado con Irán en Lausana, el presidente estadounidense Barack Obama plantó una insinuación falsa y muy desagradable. “No es ningún secreto, que el primer ministro israelí y yo no estamos de acuerdo con respecto a si Estados Unidos debería seguir adelante con una solución pacífica en cuanto a Irán.” ¿Qué es lo desagradable? Mientras que Estados Unidos prefiere la diplomacia para bloquear el camino de Irán hacia la bomba, Benjamín Netanyahu opta por la guerra.

En la Cámara de los Comunes, un día después de que las potencias mundiales encabezadas por Estados Unidos firmaron su amplio acuerdo con los extremistas islámicos que gobiernan Irán, el Secretario de Relaciones Exteriores británico Philip Hammond acentuó la falsa narrativa: “Cabe preguntarse qué tipo de acuerdo habría sido aceptado en Tel Aviv,” comentó Hammond, y agregó vilmente: “La respuesta, por supuesto, es que Israel no quiere ningún acuerdo con Irán.”

Por último, en su discurso, Obama distorsionó la postura israelí. “En realidad aquí hay sólo dos alternativas,” afirmó acertadamente en una conferencia de prensa. “El tema del programa nuclear nuclear de Irán puede resolverse diplomáticamente a través de negociaciones o mediante la fuerza. Esas son las opciones.” Hasta el momento, todo es correcto. Pero a continuación, el presidente afirmó que el acuerdo alcanzado fue el mejor que podría haberse logrado – y que críticos como Netanyahu no habían sugerido mejores alternativas: “Lo que no he escuchado es, ¿qué otra alternativa hay?” subrayó el presidente, aparentando buenas intenciones.

En consecuencia de todo este oratorio falso, Estados Unidos y sus aliados han firmado un acuerdo con el terrible régimen traicionero de Teherán – un pacto que pone a Israel, y no sólo a él en grave peligro. Y ahora su fracaso se agrava al tergiversar lo que se ha desarrollado, reprochando injustamente a “Tel Aviv”.

Elementos de una mejor alternativa

Bueno, esta es la verdad.

En primer lugar, por supuesto que Israel no prefiere la guerra a la diplomacia para bloquear el camino de los ayatolás hacia la bomba. Lo último que esta pequeña franja de decencia en la orilla del brutal Oriente Medio desea o necesita es más conflicto. Lo que quiere y añora, es una diplomacia capaz de revertir eficazmente esta marcha hacia un Irán nuclear.

Así que no, Presidente Obama, Netanyahu no está de desacuerdo con usted con respecto a “si Estados Unidos debería seguir adelante con una solución pacífica en cuanto a Irán.”

Y en segundo lugar, por supuesto que había una mejor opción, por supuesto que Netanyahu e Israel ofrecieron alternativas. He aquí tres ejemplos típicos:

  • Estados Unidos no hubiese alejado a sus aliados si hubiera insistido en que Irán, arrastrado a la mesa de negociaciones bajo presión económica, reconozca sus ilícitas actividades nucleares y militares ilícitas como fundamento para cualquier acuerdo. Los iraníes construyeron instalaciones secretas violando su compromiso a la comunidad internacional, sin rendir cuentas. Esto afectó todo el proceso de negociación, permitiendo que Irán se declare inocente, bien intencionado e injustamente perseguido, y por lo tanto no debe ser restringido.

  • Negociaciones más acertadas, encabezadas por Estados Unidos, habrían asegurado que los inspectores del OIEA tengan acceso inmediato a cualquier sitio sospechoso, no sólo a instalaciones conocidas, como elemento central para evitar engaños por parte de Irán.

  • Un mejor acuerdo no habría permitido que Irán continúe la investigación y el desarrollo de centrifugadoras para enriquecimiento de uranio cada vez más avanzadas que acelerarán dramáticamente su progreso hacia la bomba. “La investigación y el desarrollo para enriquecimiento de uranio durante 10 años sólo se implementará en centrifugadoras IR-4, IR-5, IR-6 y IR-8 ,” señala el acuerdo. El lenguaje implica que algún tipo de concesión por parte de Irán. ¿Sólo las centrifugadoras IR-4, 5, 6, y 8? La IR-8, que está siendo perfeccionada, es la centrífuga más avanzada en el arsenal nuclear de Irán. No hay nada más sofisticado. Y el acuerdo su perfeccionamiento.

A pesar de ser abofeteados intermitentemente por el secretario Kerry al criticar el acuerdo emergente, pese a que nos dicen que no sabemos lo que hablamos y que las objeciones a diversas cláusulas se basan en información incorrecta, Israel destacó estos y otros grandes “agujeros” del acuerdo que finalmente resultó ser aún más imperfecto de lo previsto. De hecho, Israel sugirió cambios fundamentales para un acuerdo más eficaz. (En abril, el gobierno israelí puso a disposición del público un documento destacando las principales áreas de enfoque. Sin duda, otros detalles fueron suministrados en privado.)

Así que, Secretario Hammond, resulta simplemente falso afirmar que no hay acuerdo que Israel habría aceptado. Y, Presidente Obama, es falso reclamar que no había una mejor alternativa y que Israel no sugirió otras opciones.

La legitimación y financiación de un régimen vil y peligroso

Dejando a un lado la tendencia del presidente y de algunos de sus socios de tergiversar la postura de Israel, así como los defectos del acuerdo, la verdadera catástrofe es la legitimación y el impulso económico que el pacto ofrece al régimen iraní.

“Irán será y debe ser una potencia regional, ya que es una gran nación, un país sofisticado en la región,” dijo el presidente a Thomas Friedman del New York Times y agregó: “Ellos no deben suscitar la hostilidad y la oposición de sus vecinos a través de su comportamiento. No deben aprovechar su grandeza para denigrar o amenazar a Israel, fomentar la negación del Holocausto y el antisemitismo.”

Pero ahí está el problema. Como país sofisticado y grande, Irán podría de hecho ser una potencia regional. Pero mientras exista el régimen actual, el mundo libre, encabezado por el presidente de los Estados Unidos, debe asegurarse de que no alcanzan ese estatus.

Un país gobernado por un régimen que persigue armas nucleares clandestinamente, fomenta la agitación en toda la región, insta a la destrucción de Israel, financia, arma y entrena ejércitos terroristas en el Líbano y Gaza. Una nación patrocinadora del terrorismo en el mundo, que trabaja para incrementar el alcance de sus misiles a Europa y Norteamérica, que criminaliza la homosexualidad, discrimina a las mujeres, encarcela, tortura y ejecuta a opositores políticos, y mata a más delincuentes menores que en cualquier otro país en el mundono debe convertirse en una potencia regional más dominante.

Y, sin embargo, luego de alcanzar el acuerdo, y llenar las arcas de ese régimen con cientos de miles de millones de dólares, los negociadores encabezados por Estados Unidos garantizan que esto suceda.

Obama mencionó ostensiblemente algunas de las preocupaciones del mundo libre sobre el régimen iraní en su conferencia de prensa tras la firma del acuerdo. “Incluso con este acuerdo, seguiremos teniendo profundas diferencias con Irán por su apoyo al terrorismo y el uso de proxies para desestabilizar partes del Medio Oriente. Por lo tanto, el embargo de armas prevalecerá por un período adicional de cinco años, y las restricciones en tecnología de misiles balísticos se mantendrán ocho años. Además, Estados Unidos conservará sus propias sanciones debido al apoyo de Irán al terrorismo, su programa de misiles balísticos, y violaciones de los derechos humanos.”

Pero estas son tonterías, ya que el acuerdo nuclear saca a Irán del atolladero. Las sanciones por su apoyo al terrorismo se vuelven irrelevantes debido a su desmantelamiento injustificado y prematuro. Este espantoso y sombrío régimen con una interpretación violenta y revolucionaria del Islam, ha vuelto a la esfera internacional, a punto de glorificarse por el flujo de efectivo colosal que le permitirá llevar a cabo sus ambiciones globales.

Día con día, el mensaje de Teherán es “Muerte a Estados Unidos” y “Muerte a Israel”. La postura declarada del líder supremo de Irán se basa en que Estados Unidos, y todo lo que representa la nación estadounidense, es una encarnación de la arrogancia mundial con la que la Revolución Islámica no puede conciliarse. Y sin embargo, los líderes norteamericanos reproducen el mensaje de sus homólogos iraníes a su propio pueblo, y prefieren estrechar la mano y bromear con el canciller iraní; el occidente se engaña a sí mismo por el dominio del inglés de Mohammad Javad Zarif, creando un ambiente agradable. Es deprimente observar como John Kerry cojeando en muletas, otorga legitimidad internacional a un régimen que sólo cuatro días antes reunió a su gente en masas e incitó a la destrucción de Israel y Estados Unidos.

Obama reconoció la semana pasada que no podía estar seguro de que su acercamiento a los ayatolás funcionaría. “Mi deseo es que, en base a este acuerdo, logremos continuar el diálogo con los iraníes a fin de motivarlos a modificar su comportamiento en la región, que sean menos agresivos, menos hostiles, más cooperativos, que actúen como se espera de ellos en el ámbito internacional. Pero no estamos contando con eso. Este acuerdo no depende en que Irán cambie su comportamiento.”

Esa, por supuesto, es la tragedia de este inconcebible acuerdo equivocado. Este un acto de reconciliación inexplicable con un régimen oscuro, peligroso y irreformable, que costará muy caro al mundo libre. Ser malinterpretados y criticados criticados por líderes falsos mientras se desarrolla esta tragedia y nosotros en Israel nos preparamos para lidiar con las repercusiones de su continua incompetencia, es doblemente doloroso.

Fuente: The Times of Israel

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