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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

Mi Amigo Roberto.

La última vez que vi a mi inolvidable amigo Roberto Tohmé (RT) fue hace cinco años, o quizá más, cuando con mi familia estuvimos en Torreón, Coahuila, para visitar la zona de atracción magnética del desierto del Valle del Silencio, distante a una hora de esa ciudad. En nuestra breve estancia en Torreón, mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de conversar con RT y su esposa en la cafetería del hotel donde nos alojamos, pasamos varias horas de amena y afectiva charla.

El año pasado intenté llamarle dos o tres veces sin éxito, posiblemente cambió la clave telefónica de su fábrica en la ciudad de Gómez Palacio, Durango, donde él y su familia residen. El jueves pasado me comuniqué a la bodega de productos lácteos de su empresa en la ciudad de México; pregunté por el gerente de la misma con quien en compañía de RT desayuné en una ocasión en un restaurant de comida libanesa en la colonia Florida en el Sur de la ciudad de México; la secretaria del gerente me informó que había muerto; también me indicó que mi entrañable amigo había fallecido en marzo pasado. La secretaria tenía referencia de mi persona y me dio el número telefónico de Ernesto, uno de sus tres hijos, el mediano, de 46 años, quien ahora está a cargo de la fábrica de lácteos en Torreón. De inmediato le llamé para darle el pésame, hablamos alrededor de media hora en la que ambos solo tuvimos palabras de admiración y cariño para RT. Ernesto me transmitió la calidez de su padre, de quien en una Crónica anterior comenté sobre cómo nos conocimos y el tipo de relación que habíamos establecido desde hace aproximadamente 30 años.

Ernesto me envió una semblanza de su padre que apareció en el diario El Siglo de Torreón a los pocos días de su fallecimiento y que a continuación, con su autorización, presento un resumen de la misma:

“Don Roberto Elías Tohmé Valenzuela, por encima de todo, era un caballero. A su trato fino unía una serena inteligencia que compartía con una extraordinaria capacidad de trabajo; nació en Debaye, Líbano el 24 de mayo de 1923. El 27 de diciembre de 1947, procedente de Líbano, arribó a la Laguna, para sumarse afanosamente a las labores en la empresa de su hermano Antonio y, por qué no decirlo, a contagiarse del proverbial espíritu de lucha de los laguneros de mitad del siglo pasado. La denominada en el presente, Comarca Lagunera, está integrada por 16 municipios: 11 del Estado de Durango y 5 de Coahuila, donde viven más de 1.2 millones de habitantes. La economía de la Comarca está diversificada: actividades agropecuarias, industriales y de servicios; el corazón de la Comarca es la Ciudad de Torreón, en el Suroeste del Estado de Coahuila, ubicada en la rivera derecha del Río Nazas; su población supera 610 mil personas; es una de las ciudades mas jóvenes del país fundada en 1907; RT residía en Gómez Palacio, Durango, zona conurbada de Torreón con 360,000 habitantes.

Don Roberto relató al periodista que hizo su semblanza que el último tramo de su largo viaje desde Líbano, de tránsito de Nueva York a Gómez Palacio, duró 25 horas. Llegó a esa generosa ciudad que lo acogió para siempre; en donde se alojó en las instalaciones de la fábrica de su hermano Antonio que confeccionaba ropa. RT una vez fincada su estabilidad económica, en 1967, contrajo matrimonio con María Luisa Hernández Loya, con quien procreó tres hijos, quienes a la fecha están integrados en las diversas empresas familiares. Don Roberto participó de manera discreta en organismos patronales, consejos bancarios, clubes de servicio, patronatos de construcción y reconstrucción de teatros y de universidades privadas; su entrega a labores sociales la hizo sin ostentación y con gran generosidad. Su amor por Gómez Palacio era manifiesto. Siempre se ufanó de ser gómezpalatino.

La sencillez caracterizó su existencia. Convivió con la gente. Se le veía por la calle o en el café departiendo con sus tradicionales amigos en Martins. Fue amante de la lectura, los viajes y asiduo deportista; Don Roberto, por sus reconocidos méritos, pasa a ocupar desde hoy un lugar de honor entre los hombres que han construido a la industriosa ciudad de Gómez Palacio”.

A la elogiosa semblanza de RT que publicó El Siglo de Torreón, la cual atestiguo, adiciono las palabras emotivas que expresó su hijo Ernesto en la “misa de partida” de su padre el 30 de marzo del 2015: “Habría muchas formas de describir a mi Papá en su persona, porque tuvo muchas virtudes. Así como hablaba de historia, lo hacia de literatura o filosofía y entre sus características destacaba por su parsimonia. Siempre quería tomar su tiempo, incluso platicar lo hacia con largas pausas. Fue un hombre de gran corazón, amiguero y entregado a los demás; cuando a sus 23 años llegó a Gómez Palacio echó sus raíces para siempre. Aquí trabajó y formó su familia pero su vida también la formó haciendo amigos por todas partes. Ahora se reúne con todos los que se le adelantaron y las muestras de cariño que hoy lo despiden le llenarán el alma en su camino al cielo. Le recordaremos por sus anécdotas, sus historias, sus puntadas y sus consejos para siempre”.

Ernesto me comentó que guardan sus cenizas y parte de ellas serán llevadas a su natal Líbano, cuando la situación sea mas tranquila en ese país.

A RT le sobrevive un hermano en Líbano de 95 años, que por su avanzada edad no vino a su funeral y Raymundo de 88 años que radica en la Ciudad de México y quien fue amigo de mi hermana mayor, Julieta, ya fallecida. Asimismo, conocí a otro hermano de RT que vivía en Ginebra Suiza donde representaba a una línea aérea de Líbano; su físico y su voz lo hacían parecer como el hermano gemelo de RT, su carácter era también similar al de Roberto. Lo vi varias veces en Ginebra, ciudad que tuve la oportunidad de visitar en diversas ocasiones cuando fui por cuestiones de trabajo a la Organización Mundial de Comercio. Murió hace varios años y le sobrevive su esposa, también libanesa, que fue una extraordinaria periodista, en el presente esta internada en un asilo.

El relato sobre la carismática personalidad de RT representa un paradigma en el conflictivo mundo en el que vivimos en el presente. Descanse en Paz RT.