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El profesor Ahmed Eid se irrita un poco cuando las personas le preguntan sobre ser un cirujano árabe en Israel, más precisamente en el Hospital Hadassah en Jerusalem. “Me siento parte de este Estado, y me molesto con aquellos que dudan de ello. Soy israelí y no necesito probarlo”, afirmó en una entrevista con el diario Times of Israel.

 

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

El pasado 4 de agosto, un hombre armado disparó contra el soldado judío, Chen Schwartz, cerca del Monte Scopus en Jerusalem. Schwartz, de 19 años, víctima de lo que la policía confirmó como un ataque terrorista, fue trasladado con heridas graves al hospital Hadassah.

Allí, fue recibido por el doctor Ahmed Eid, jefe del área de cirugía del Hadassah, quien, junto a un profesional equipo de médicos y expertos salvaron la vida de Schwartz.

“Tenía heridas que pudieron haber sido fatales y hubiera muerto sin una cirugía cuidadosa” aseguró el doctor Ahmed Eid, en una entrevista con el diario Times of Israel.

Actualmente, luego de varias cirugías, Schwartz se recupera gradualmente. Eid comentó que “su condición aún es moderada”.  Miriam Schwartz, madre del soldado, manifestó un enorme aprecio hacia el doctor que salvó la vida de su hijo. Esta historia inició con un atacante árabe que hirió a un soldado judío, que luego fue salvado por un doctor árabe.

“Si, un árabe le disparó y un árabe lo salvó”, comentó Eid durante el encuentro con el diario Times of Israel, “Hay una contradicción aparente, pero en realidad no lo es. Solo estaba haciendo mi trabajo”, garantizó.

Ahmed Eid (64) oriundo de Daburiyya, al este de Nazaret.  El único de diez hermanos que recibió educación superior.  “Tenía un buen cerebro,  estudiaba duro, y recibí mucho apoyo”, comentó.  Eid llego a Jerusalem en 1968 e hizo una carrera de grado en matemática y física. ” Después aplique para medicina y fui aceptado. Mi padre esperaba que abriera una clínica en Daburiyya, pero lo decepcione al quedarme aquí”, expresó con una sonrisa.

Eid estudió cuatro años en los Estados unidos y realizó el primer trasplante de hígado en Israel en 1991.

En un país donde priman las tensiones entre judíos y musulmanes, Ahmed se rehúsa a que lo distraiga el odio y la intolerancia.

“Me siento parte de este Estado, y me molesto con aquellos que dudan de ello. Soy israelí y no necesito probarlo”, expresó. Ejemplo que se ve claramente en el Hospital, que tiene un 50% de pacientes árabes.

“Este hospital es un microcosmos de la interacción judeo árabe y no hay drama. Los líderes políticos deberían venir aquí y aprender de esto”, concluyó.

Fuente:agenciajudiadenoticias.com