CHLOE VALDARY

La organización estudiantil Estudiantes por la Justicia en Palestina (SJP) es prominente en muchos campus universitarios, predicando un mantra de “liberar Palestina”. Se disfraza como si se tratara de un grupo de derechos civiles cuando no lo es. De hecho, como afroamericana, estoy muy ofendida que el legado de mi pueblo sea robado por una agenda tan repugnante. Por lo tanto, es hora de exponer su programa y poner al descubierto algunas de las falacias que trafican.

Una protesta liderada por Estudiantes para la Justicia en Palestina en la Universidad de Maryland, College Park en 2009. (Gerald Martineau / The Washington Post / Getty Images)

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – “Ustedes no tienen derecho a invocar  la lucha de mi pueblo para sus fines de pacotilla”.

Si buscan promulgar el legado de los primeros colonialistas islámicos que violaron y saquearon Medio Oriente, subyugaron a los pueblos indígenas que vivían en la región, y les impusieron una vida de persecución y degradación no pueden reclamar el título de “Luchadores de la libertad”.

Si apoyan una doctrina racista de supremacía árabe y desean (como corolario de esa doctrina) destruir el Estado judío, no pueden afirmar que los prejuicios que venden son formas de legítima “resistencia”.

Si sus héroes son los clérigos que se sientan en Gaza a trazar el genocidio de un pueblo; que colocan a sus hijos en los tejados con la esperanza de que consigan volar en pedazos; que amontonan alabanzas sobre sus compañeros de banda cuando tienen éxito asesinando alumnos de escuelas judías y explotan lugares de actividad donde se congregan judíos no pueden afirmar que son defensores apolíneos de la virtud humana. No lo son.

Si sus actividades incluyen lamentarse por el desempeño deplorablemente incompetente de los coheteros de Hamas y los posteriores millones de almas judías que aún están vivas, cuyos hijos no fueron asesinados por sus cohetes; cuyos miembros no les fueron arrancados; y cuyo destripamiento no llegó a buen término, no pueden afirmar que simbolizan la justicia. Ustedes afriman ser irreprochables. Categóricamente no lo son.

Si su idea de una causa justa implica focalizarse e intimidar estudiantes judíos en el campus, arrogarse su historia de exilio y retorno y modelarla a su gusto no pueden afirmar que lo hacen en nombre de la libertad civil y la libertad de expresión.

No se defienden regímenes que asesinan, torturan y persiguen a su propio pueblo, los mantienen deliberadamente empobrecidos, malversan miles de millones de dólares suyos y reclaman que son “pro-árabes”. No lo son.

No se defiende un sistema en el que los judíos tienen prohibido comprar tierras, viajar por ciertas áreas, y vivir una existencia tan sólo porque son judíos – y afirmar que promueven la igualdad para todos. No pueden permitir ese sistema practicando un boicot a los negocios, propiedades, tiendas y entidades judíos -y luego reclamar que están “contra el apartheid”. Es perverso.

No se puede justificar las explosiones calculadas y deliberadas, palizas y linchamientos de hombres, mujeres y niños judíos, haciendo referencia a estos hechos atroces como parte de un “levantamiento” noble de los oprimidos, es racismo. Es perverso.

No pueden fingir como si ustedes y Rosa Parks habrían sido grandes amigos en la década de 1960. Rosa Parks fue una verdadera luchadora de la libertad. Rosa Parks era sionista.

Coretta Scott King era sionista.

A. Phillip Randolph era sionista.

Bayard Rustin era sionista.

Count Basie era sionista.

El Dr. Martin Luther King Sr. era sionista.

Dr. Martin Luther King Jr. era sionista.

De hecho, ellos y muchos más hombres y mujeres firmaron una carta en 1975 que declaraba: “Condenamos la lista negra anti-judía. Hemos luchado demasiado tiempo y demasiado duro para erradicar la discriminación de nuestra tierra como para quedarnos de brazos cruzados mientras intereses extranjeros importan la intolerancia a América. Después de haber sufrido mucho por tal perjuicio, consideramos de lo más repugnantes los esfuerzos de los Estados árabes por utilizar el poder económico de su riqueza petrolera recién adquirida para boicotear las empresas de negocios que tienen que ver con Israel o que tienen propietarios, directores o ejecutivos judíos, e imponer condiciones previas antijudías para las inversiones en este país”.

Veránmi pueblo siempre ha sido sionista porque mi gente siempre ha defendido la libertad de los oprimidos. Así, que sin duda no pueden culturalmente apropiarse de la historia de mi pueblo por su cuenta. No tienen derecho a invocar la lucha de mi pueblo para sus fines de pacotilla y no pueden fingir victimismo en nuestro nombre. No tienen derecho a calumniar el buen nombre de mi pueblo y vincular su causa a la del Dr. King. Nuestros dos causas son diametralmente opuestas.

Su causa es la antítesis de la libertad. Ha costado cientos de miles de vidas tanto árabes como judías. Ha separado a estos pueblos, y ha fomentado la animosidad entre ellos. Ha dado lugar a angustia, tormento, muerte y destrucción.

Por supuesto, es su prerrogativa seguir utilizando lugares comunes para su causa. Están en su derecho de cantar palabras como “igualdad”, “justicia” y “luchadores por la libertad”.

Pueden seguir usando esas palabras todo el tiempo que quieran. Pero no creo que sepan lo que significan.

Chloe Valdary es consultora para el Comité por la Precisión de la Información en Oriente Medio en América y miembro del Proyecto Guerra Jurídica.

Fuente: Tablet Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

https://www.enlacejudio.com/2016/01/19/para-estudiantes-por-la-justicia-en-palestina-carta-de-una-mujer-negra-enojada/

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