JONATHAN SCHANZER

Las Brigadas al-Qassam, la llamada “ala militar” del grupo militante Hamás, están tambaleando desde la reciente ejecución del ex funcionario Mahmoud Ishtiwi a manos de sus compañeros combatientes.

Senior Hamas leader Mahmoud Al-Zahar, appearing for the first time since the start of a seven-week conflict, speaks during a rally by Palestinians celebrating what they said was a victory over Israel, following a ceasefire in Gaza City August 26, 2014. A ceasefire agreement between Israel and the Palestinians aimed at ending their seven-week conflict in Gaza went into effect on Tuesday and joyous Palestinians streamed into the streets of the battered enclave to celebrate. REUTERS/Mohammed Salem (GAZA - Tags: POLITICS CIVIL UNREST CONFLICT TPX IMAGES OF THE DAY) - RTR43VGV

Muchos miembros de la fuerza de combate de Hamás renunciaron en protesta, argumentando que Ishtiwi fue ejecutado debido a discusiones internas dentro de Hamás más que por comportamiento inmoral, como fue informado primero.

El cisma ha producido una nueva facción escindida—los Miembros de Qassam Libre (al-Qassamiyoun al-Ahrar) que está hablando abiertamente contra el liderazgo de las Brigadas al-Qassam y pidiendo una investigación.

El cisma entre los combatientes de Hamás llega en una época difícil para el grupo. Los líderes del politburó del grupo, su principal organismo de elaboración de políticas, están riñendo también. No ayuda que estas figuras estén dispersas a lo largo del Medio Oriente, en lugares como Turquía, Qatar, Líbano, Arabia Saudita, y más allá.

El exilio se deriva de la caída de Hamás con Irán y Siria en el 2012 . Hamás había estado operando desde Damasco desde la década de 1990, pero eligió partir después de que el régimen del Presidente Bashar al-Assad, con ayuda iraní, comenzó su matanza masiva de suníes sirios y palestinos en los campamentos de refugiados. La ruptura no sólo obligó a Hamás a renunciar a su sede siria; también llevó a un corte de la financiación iraní.

Sin embargo, no todos los miembros de Hamás han aceptado el divorcio con Irán. Teherán ha continuado proporcionando a las Brigadas al-Qassam en Gaza tecnología de cohetes para librar la guerra con Israel, y posiblemente armas para los agentes clandestinos del grupo en la Margen Occidental. La semana pasada, Hamás envió una delegación de alto nivel a Irán para celebrar el 37 ° aniversario de la República Islámica. La delegación incluyó a Osama Hamdan, el jefe de relaciones internacionales del grupo radicado en Líbano, a Khalid al-Qaddumi, el representante permanente de Hamás ante Irán, y al miembro del politburó, Mohammed Nasser. Su misma presencia sugiere que Irán podría tener,una vez, más vasta influencia sobre el grupo militante palestino, especialmente su ala armada.

Pero Hamdan y compañía no lideran el politburó de Hamás. Esa distinción va a Khaled Meshaal, quien ha estado operando desde su exilio de Siria. Qatar se ha convertido en un financista clave para el grupo en los últimos años. El anterior emir, Jeque Hamad, fue el primer líder mundial en visitar la Franja de Gaza controlada por Hamás, donde él prometió u$s400 millones en el 2012. La ayuda qatarí continúa fluyendo hoy, a través de canales aprobados por Israel para contribuir con la reconstrucción de la Franja de Gaza después de la guerra devastadora del año 2014.

La ayuda de Qatar, aunque crucial para la supervivencia de Hamás, no ocurre sin sus controversias. Los Miembros de Qassam Libre, que han prometido su lealtad a Meshaal, afirman que los verdugos de Ishtiwi lo tomaron como blanco por contactar a líderes de Hamás en el exterior. Esto parece sugerir una disputa creciente y abierta entre las alas militar y política del movimiento.

Los distintos líderes y facciones de Hamás están teniendo problemas de comunicación. Esto quedó en claro con el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes en la Margen Occidental en junio del 2014. Ese ataque fue planificado y financiado por un líder de Hamás, Saleh Arouri, en otro centro más de gravedad para el grupo—Turquía. Es cuestionable si Arouri habló con sus colegas de Hamás antes de ordenar la operación. Si lo hizo, sus colegas de alguna manera no previeron que el ataque podría llevar a una guerra brutal. Y fue brutal, durando 50 días, con Israel respondiendo a los casi 5000 ataques con cohetes de Hamás.

La guerra del verano del 2014 fue una de la que la Franja de Gaza aún tiene que recuperarse. Casi dos años después, el gobierno de Hamás está bajo fuego por parte de su propio electorado por no lograr reconstruir. El gobierno de Hamás se ha vuelto más cauteloso—en medio de la actual ola de apuñalamientos y ataques en la Margen Occidental, la Franja de Gaza permanece atípicamente en calma.

 

 

 

Fuente: Newsweek

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México