Después de una cuidada restauración, la institución que agrupa desde 1922 a los judíos ashenazitas, abrió su puerta para mostrar sus tesoros. Las imágenes, preciosas, remiten a una cultura ancestral digna de ser disfrutada por los paseantes de la Ciudad de México.

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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

La Sinagoga Histórica Justo Sierra 71 es pequeña, pero entrar en ella equivale a ingresar a un universo ilimitado de cultura e historia.

Su nombre oficial es Nidje Israel y agrupa desde 1922 a los judíos ashkenazitas, originarios de Rusia, Polonia, Alemania, Lituania, Hungría y otros países europeos que hablaban idish –un idioma en extinción, desafortunadamente- a su llegada a México.

Después de una restauración que culminó en 2009, el hermoso edificio abre sus puertas para compartir con el público su belleza, su historia y otras manifestaciones de la cultura judía en México.

¿QUÉ ES UNA SINAGOGA?

La palabra sinagoga proviene del griego synagein, “lugar donde la gente se reúne”. El nombre hebreo es bet ha knesset: “casa de la congregación” o “casa de reunión”.

Aunque su origen es incierto, se sabe que la sinagoga surgió a partir de la destrucción del primer Templo de Jerusalén y se consolidó con la destrucción del segundo, una vez que los judíos quedaron dispersos y sin su centro de identidad. Y desde entonces las sinagogas han surgido como espacios de reunión, estudio y rezo donde quiera que los judíos se encuentren.

Por ello lo más importante en una sinagoga son los libros sagrados y el grupo de orantes; el lugar es secundario, se puede organizar una sinagoga en cualquier espacio. Pero una vez que se decide construir una sinagoga, es imprescindible que cuente al menos con un arca que resguarde la Torá, el Pentateuco, que es el objeto más sagrado para el pueblo judío y una bimá o púlpito para dirigir los rezos y los sermones.

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LA SINAGOGA DE NIDJE ISRAEL

Es una sinagoga copiada de Shavel (Siauliai), Lituania, que se construyó gracias a los donativos de un ciudadano lituano.

“Significativa es la doble fachada de Nidje Israel: deja el edificio de oficinas hacia la calle, con una fachada neocolonial en consonancia con el entorno colonial del Centro Histórico y que seguramente seguía a los estímulos fiscales que se ofrecían a toda construcción que representara ese estilo; la fachada interior del edificio principal muestra la influencia del diseño de sinagogas del siglo XIX, inspiradas en el neorrománico”, dice la arquitecta Raquel Franklin.

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LA RESTAURACIÓN

Cuando los judíos se mudaron a otras colonias, la Sinagoga Nidje Israel fue quedando abandonada y se deterioró. Empezó entonces a sufrir los estragos del tiempo, la humedad, el abandono y la soledad.

Después de varias propuestas para su restauración, finalmente llegó el momento en 2008, luego de que las autoridades metropolitanas lograran reubicar a los vendedores ambulantes de la zona, que hacían imposible el acceso a la calle. La suciedad, los malos olores, los ruidos provocados por la venta de música pirata y toda la inseguridad que esto conlleva se convirtieron en algo del pasado.

Se formó un equipo que puso manos a la obra para conseguir donativos, en especie y en moneda, así como ingenieros, arquitectos y un equipo de restauradores que le devolvieron al lugar su brillo y esplendor original.

El 13 de diciembre de 2009 se reinauguró con un evento comunitario sumamente emotivo que hizo llorar a más de uno.

La restauración tuvo como objetivo devolver a este bello lugar su esplendor original. No hubo necesidad de trabajar con la estructura que se encontraba en buen estado.

Básicamente se trabajó la fachada interior, que estaba muy deteriorada, el piso del patio tuvo que cambiarse debido a la cantidad de piezas rotas, así como el piso de la sinagoga, que era un parquet de madera maravilloso pero estaba podrido en su interior.

Los baños, con serios problemas de plomería, se modernizaron, así como la iluminación.

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Donde más se aprecia la restauración es en las pinturas murales que cubren todo el techo y los muros de la parte alta, así como en las columnas que imitan el acabado de mármol, pues se encontraban muy deterioradas y llenas de humedad. Así mismo, las maderas de las puertas y la bimá fueron talladas y barnizadas en un tono natural.

La parte frontal del Arca se limpió de microorganismos muertos y polvo que lo habían oscurecido y se utilizó hoja de oro para devolverle su brillo dorado.

“La restauración del candil de Justo Sierra, parecía cosa sencilla. Visto desde abajo, no se da uno cuenta de las dimensiones y del peso. Cuando me entregaron el candil en la fábrica, no podía creer el tamaño. Hubo que desarmarlo completamente (¡son como 500 piezas!) Además habían muchas faltantes o rotas. Se procedió a inventariar todo y sacar fotos para ensamblarlo nuevamente como venía originalmente. Se sacaron moldes de las piezas iguales a las faltantes para fabricar nuevas y se procedió a enderezar las piezas dobladas”, comenta Jorge Abraham, quien se encargó de su restauración.

La Sinagoga Histórica Justo Sierra es un lugar público, abierto a toda oferta cultural de calidad que merece el ciudadano de a pie y que brinde el realce que también merece el recinto mismo.

Son varias las opciones para conocer la Sinagoga Histórica Justo Sierra: Las visitas guiadas, autoguiadas; así como una oferta de actividades culturales programadas a lo largo de cada mes entre conciertos, conferencias o exposiciones de diversos artistas.

La Sinagoga está abierta de domingo a viernes de 10 a 17 Horas. La entrada es gratuita.

 

Fuente:sinembargo.mx