Estoy saliendo de Israel, a donde traje a mi familia para recibir un reconocimiento otorgado a mi nieta Alex por el Museo del Pueblo Judío (Beit Hatfutsot) a los mejores trabajos sobre “Mis raíces” ó “Mi historia familiar” (5 Shorashim).

LUIS MAIZEL PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Cuando nos enteramos que de 25,000 trabajos a nivel mundial se habían seleccionado 40 para ser exhibidos en el museo nos llenamos de emoción, la cual llegó a su apogeo cuando el jurado seleccionó la presentación de Alex como la mejor del mundo de habla inglesa (Dividen la competencia en 4, países de habla inglesa, países de habla española, Europea e Israel).

El ver subir a una niña de 10 años al podio y estrechar la mano de personalidades del mundo judío, orgullosa de su origen, trajo lágrimas a nuestros ojos.

El trabajo de Alex se basó en los 5 sentidos y cómo sus raíces rusas, turcas, mexicanas, etc. han influenciado a través de recetas, música, imágenes, olores, etc. en su formación como una niña americana-judía, con valores profundos y cimientos firmes. El trabajo culminó con un reloj de arena donde lo que corría eran fotos miniatura de muchas generaciones que forman la tela del pasado de Alex.

Esa noche salimos a celebrar y comenzamos en el mercado de Sarona, un precioso desarrollo en Tel Aviv lleno de pequeñas tiendas, restaurantes y venta de productos frescos como quesos, fruta, verdura, carne, etc.

Alguien sugirió cenar ahí pero yo preferí un restaurante más en forma y salimos del mercado a las 9:20,  por la salida donde está Max Brenner, el famoso chocolate bar y restaurante.

Nos detuvimos un par de minutos viendo a la gente sentada en las mesas fuera y seguimos rumbo al lugar italiano que nos habían recomendado.

Tres minutos después de entrar empezamos a oír un sinnúmero de sirenas de ambulancias y nos enteramos del atentado terrorista que había ocurrido apenas 5 minutos antes, un par de minutos después de que nosotros probablemente pasamos delante de los animales que perpetraron el atentado y que estaban sentados en las mesas exteriores de Max Brenner.

Los siguientes minutos fueron de mucha tensión, al ver pasar muchos soldados armados, policías y especialistas antiterrorismo frente al restaurante donde estábamos sentados junto a la ventana.

A través del internet nos enteramos de la detención de ambos terroristas y al volver al hotel no había otro tema de análisis en la televisión.

Como extranjeros judíos nos sentimos lastimados, preocupados, y en cierta forma mancillados, pero qué deben sentir los israelíes, que viven con el peligro de terrorismo todos los días.

Al día siguiente el restaurante Max Brenner estaba lleno de turistas y locales que se negaron a sucumbir a la presión del terrorismo y de esa manera demostraron que la vida continúa y la enfrentan con paso seguro y decidido.

Entiendo, por ambos eventos de ese miércoles, el significado de la frase “Am Israel Hai”, el pueblo de Israel vive y vivirá por siempre.