THE WALL STREET JOURNAL

Recep Tayyip Erdogan cierra más de 100 medios noticiosos.

La guerra de Recep Tayyip Erdogan contra los medios independientes estaba en las rondas finales antes del golpe fallido de este mes en Turquía, y ahora el autócrata de Ankara parece intencionado en asestar el golpe final. Observen su nuevo Decreto No. 668, el cual autoriza a cualquier funcionario del gabinete a proscribir medios de comunicación que se estime son una amenaza para la seguridad nacional.

Erdogan ya ha cerrado y expropiado los activos de 39 estaciones de televisión, 45 diarios, 15 revistas y 29 editoriales en virtud del decreto. El gobierno afirma que los medios noticiosos estaban vinculados al Hizmet, o “Servicio,” movimiento del clérigo Fethullah Gulen, radicado en Pennsylvania, a quien Erdogan acusa bajo pruebas débiles de planificar el golpe.

El gobierno también emitió órdenes de arresto para 88 periodistas, incluidos 46 reporteros, personal y tenedores de acciones del diario Zaman y su publicación hermana en idioma inglés, Today’s Zaman. Zaman, una vez el diario de mayor circulación de Turquía, ya había sido transferido a propiedad del estado en marzo por sus presuntas conexiones con Gulen.

La censura pos-golpe a los medios también se extiende mucho más allá de la red de Gulen, con sitios web kurdos y otros de la oposición informando bloqueos de contenido agresivos e irresponsables. Erdogan ha tratado previamente de bloquear Twitter y Facebook, y hace poco él demandó para lograr que un tribunal alemán prohíba partes de un poema sobre él subido de tono por parte de la personalidad televisiva Jan Bohmermann. En el año 2013 Turquía fue clasificado como el principal carcelero de periodistas del mundo por el Comité para Proteger a Periodistas.

Los regímenes que encarcelan periodistas nunca se detienen en los periodistas, y los turcos pueden esperar que la represión de Erdogan se extienda a todos los que no jurarán lealtad a su gobierno. El gobierno turco insiste en que está conduciendo su purga en el nombre de la democracia, pero lo que está surgiendo en cambio es otra dictadura meso-oriental, completa con la paranoia.

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México