ARIEL BOLSTEIN

El consejo de estudiantes de la Universidad de Leipzig de Alemania ha decidido luchar contra el movimiento que se dedica a boicotear y aislar a Israel, un movimiento sin precedentes desde cualquier punto de vista

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Durante las últimas décadas, el escenario universitario en Europa Occidental no ha sido particularmente alentador para Israel. Innumerables grupos de estudiantes han condenado al Estado judío y adoptado la narrativa mentirosa propagada por nuestros enemigos. Los campus se han convertido con frecuencia en focos de odio hacia Israel; el término “sionista” se ha convertido en un insulto; y los activistas pro-palestinos gozan de un apoyo casi automático. Las cosas han llegado al punto de peligro real. El lavado de cerebro anti-israelí ha hecho a toda una generación de graduados universitarios europeos las víctimas de una campaña salvaje para deslegitimar a Israel.

Y, de repente, encontramos esta misma decisión en los estudiantes de Leipzig, que, por primera vez, están llamando a las cosas por su nombre. La redacción de la decisión del Consejo de Estudiantes llama al movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones movimiento antisemita y determina que está diseñado para llevar a cabo la destrucción de Israel. Muy sorprendentemente, el grupo de estudiantes socialista-democrático en la misma universidad apoyó esa redacción, lo que significa que la batalla por la imagen de Israel y nuestros intereses no está perdida, ni siquiera entre la izquierda europea.

De hecho, no hay tal cosa como una batalla perdida. Es cierto que muchas acusaciones sin fundamento – como acusar a Israel de “ocupación” – han arraigado en la conciencia occidental. Pero, esfuerzos concentrados y decididos pueden romper incluso las acusaciones más arraigadas. Es lo que ocurrió en el partido republicano de Estados Unidos, que cambió su plataforma oficial agregando un lenguaje a favor de Israel y eliminando la exigencia de establecer un estado palestino en Judea y Samaria. Tarde o temprano, lo mismo sucederá en Europa, si Israel sigue insistiendo que es justo. Después de todo, todavía tengo que encontrar a un europeo honesto que, después de presentarle los hechos, siguiera argumentando que la culpa de conflicto en Oriente Medio caía de lleno sobre Israel.

Univ. de Leipzig
Universidad de Leipzig

También es interesante que el precedente académico de rechazar el BDS viniera de una universidad del este de Alemania, una región cuya población tiende a sentirse menos culpable por los crímenes de sus antepasados. Eso es lo que es tendencia actualmente en Alemania: la generación joven carga mucha menos culpabilidad de la que caracteriza a las primeras generaciones de alemanes occidentales después del Holocausto. De aquí en adelante, el doloroso pasado compartido ya no vinculará a su nación al estado judío. Necesitamos construir un nuevo denominador común en el que basar nuestra relación. No estamos hablando de negar el Holocausto, sino de transmitir una variedad de mensajes. Los judíos fueran las peores víctimas de los alemanes, pero Israel hoy en día es mucho más que un legado de víctima.

Si no son los sentimientos de culpa, ¿cuál puede ser el combustible que impulse a los alemanes a tomar partido por Israel? La respuesta radica en generar alianzas. El público europeo no es homogéneo y podemos encontrar una manera de llegar al corazón de cada uno de los grupos que lo componen. Algunos se identifican con el estado judío porque es el único en la vasta región que se extiende desde Marruecos a Corea que lucha por los derechos humanos, y hay quien ve a Israel como un aliado después de explicar que sólo bajo nuestro gobierno los cristianos pueden florecer en minoría y disfrutar de libertad religiosa. Ya tenemos una ventaja importante – a diferencia del otro lado, no necesitamos mentir. Hay cada vez más indicios de que los europeos se están cansando del discurso demagógico que lanza fango sobre Israel. Es hora de que Israel se involucre en el juego y reescriba la conversación.

Fuente: Israel Hayom – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico