Los turcos no están allí para combatir al ISIS
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¡Uf! “Turquía envía tanques dentro de Siria …,” tituló CNN el jueves. “El objetivo es aplastar al ISIS.” Era hora que Turquía se uniera a la guerra contra el terrorismo islámico. Algunos habían sospechado que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan tenía una debilidad por el ISIS, incluso dejando que su país sea usado como base de suministro.

Entonces ¿qué explica su celo reciente? ¿Está castigado por el fallido golpe del 15 de julio? ¿Es que, desde las batallas en torno a Kobani hace casi dos años, el ISIS ha sufrido una serie de reveses?

La respuesta es más preocupante. Como lo dijo el semanario alemán Der Spiegel: “ISIS es el pretexto. Los kurdos son el objetivo”. El objetivo estratégico de Turquía no es “aplastar” al ISIS. Es aplastar a la parte más eficaz de la coalición anti-ISIS: al Partido Unión Demócrata (PYD) kurdo-sirio y a las Unidades de Protección Populares (YPG). El nacionalismo kurdo mismo ha liderado frecuentemente al terrorismo con los años y es una obsesión de seguridad nacional permanente para los turcos. El diario Sabah de Estambul publicó un titular el jueves que no decía nada sobre el ISIS. Decía: “Fuerzas turcas bombardean posiciones de las YPG en el norte de Manbij.”

Turquía despejó la ciudad de Jarabulus controlada por el ISIS, sobre su frontera. De no haberlo hecho, los kurdos lo habrían hecho. Las milicias se estuvieron moviendo al norte de la ciudad de Manbij, la cual capturaron los kurdos anteriormente este mes. La parte anti-ISIS de la operación turca terminó antes de empezar. Le Monde entrevistó a un residente de Jarabulus llamado Mohammed, quien dijo que el ISIS, por acuerdo, había comenzado a retirarse hace dos semanas. El grupo llevó rehenes con ellos. La agencia noticiosa kurda ANF lo llamó una “Entrega del ISIS a través del ejército turco.”

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Lo que preocupa a los turcos es un Manjib kurdo, no un Jarabulus árabe, como es evidente si ustedes consultan el mapa en el sitio web de estrategia militar ucraniano UA. Los kurdos controlan los dos tercios orientales de la frontera de Siria con Turquía, junto con un “cantón” occidental alrededor de la ciudad de Afrin (los parches amarillos sobre el mapa). Y los kurdos están al borde de expulsar al ISIS de su último reducto (sombreado en gris) sobre la frontera turca. Esto uniría las dos zonas en una Rojava contigua (como ellos llaman al Kurdistán Sirio) que corre desde las tierras ricas en petróleo alrededor de Mosul casi hasta el Mediterráneo.

Es para proteger y ampliar la zona intermedia creada por el ISIS entre las dos zonas kurdas—no para responder a nada que el ISIS esté haciendo allí—que los turcos han invadido Siria. Durante una visita del Vicepresidente Joe Biden que coincidió con la invasión, el primer ministro Binali Yildirim reclamó autorización de Estados Unidos para hacerlo: “Nuestro acuerdo con Estados Unidos es que los kurdos deben retirarse de Manjib y su región a la margen oriental del Eufrates”, dijo. “Ese es el compromiso, la garantía, que nos ha dado Estados Unidos.”

Hablando en Estocolmo y Riga esta semana, Biden proclamó que los turcos finalmente se han puesto serios acerca de la amenaza del ISIS. “Pienso que los turcos están preparados para quedarse en un esfuerzo para erradicar al ISIS tanto tiempo como lleve.” Pero en Estambul, él pareció olvidar que el ISIS existía siquiera: “Ninguna entidad separada sobre la frontera turca. Una Siria unida.” En cuanto a Manbij: “Hemos dejado absolutamente claro a los elementos que fueron parte de las Fuerzas Democráticas Sirias, al YPG que participó, que deben moverse hacia atrás frente al río. Ellos no pueden, y bajo ninguna circunstancia obtendrán apoyo estadounidense si no mantienen ese compromiso, punto.”

Los grupos a quienes él ha leído el acta anti-motines han sido la única fuerza consistentemente eficaz contra el ISIS en el Medio Oriente. Apoyar el deseo de Turquía de su neutralización es un quo por el cual uno sólo puede asumir que Estados Unidos está en cierta forma obteniendo un quid. Tal vez involucra la crisis europea de refugiados, la cual Turquía está ayudando a erradicar, pero a un precio cada vez mayor. Aparentemente ese precio no es asunto de nadie más que los turcos.

Fuente: Christopher Caldwell, The Weekly Standard- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México