DANIEL K. EISENBUD
Arqueólogos de la Universidad de Haifa dicen que el descubrimiento de huesos de aceituna requiere una reevaluación de las antiguas técnicas de riego

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Hace 7000 años en el valle Tel Beit Shean al norte de Israel, los antiguos residentes comieron trigo, cebada, trigo sarraceno, lentejas y guisantes.

También criaban rebaños de cabras, ovejas, vacas y cerdos, que eran consumidos principalmente durante eventos festivos.

Ahora, a raíz de las recientes excavaciones al oeste de la frontera con Jordania, arqueólogos de la Universidad de Haifa anunciaron que han encontrado cientos de huesos de aceituna, lo que requiere volver a evaluar las técnicas de irrigación prehistóricas en la zona.

El martes, los investigadores del Instituto de Arqueología Zinman de la Universidad, que trabaja en conjunto con investigadores de universidades de todo el mundo, dijeron que probablemente los pozos eran resultado de riego artificial.

“La existencia de un sistema agrícola antiguo basado en el riego artificial requerirá una cambio significativo en la forma en que percibimos su sofisticación agrícola”, dijo el Prof. Daniel Rosenberg de la Universidad de Haifa, que dirige el proyecto de investigación con el Dr. Florian Klimsh, del Instituto Arqueológico alemán.

Vista general de Tel Beit Shean
Vista general de Tel Beit Shean

De acuerdo con Rosenberg y Klimsh, las comunidades prehistóricas situadas en la frontera con Jordania, cerca del kibutz Tirat Zvi, fueron la base para establecer las antiguas ciudades y culturas de Oriente Próximo.

Aunque se considera “la cuna de la civilización”, los investigadores dicen que se sabe muy poco sobre la región.

En su estudio, los arqueólogos combinan investigadores de diversas disciplinas que se centran en la búsqueda de evidencia botánica para determinar las condiciones específicas que prevalecían en el valle del Jordán durante ese tiempo para entender la economía, la dieta, las prácticas agrícolas y la organización social.

Si bien la explotación de las aceitunas durante este periodo está bien documentada, Rosenberg dijo que la gran cantidad de semillas encontradas durante la excavación plantea una serie de cuestiones que requieren un replanteamiento de los métodos de riego antiguos, y sobre las relaciones comerciales antiguas que implican aceitunas y aceite de oliva.

Basados en pruebas óseas de animales y botánicas recogidas en la zona durante los últimos cuatro años, los investigadores dijeron que eran parcialmente capaces de reconstruir la dieta y la economía de los antiguos habitantes del valle del Jordán.

De hecho, Rosenberg y Klimsh encontraron que ciertas especies de plantas se hicieron crecer para dar cabida a los largos ciclos de maduración que ocurren durante las diferentes estaciones del año, basados en la posibilidad de una débil cosecha.

“Por ejemplo, la maduración del trigo y la cebada es diferente de la de las aceitunas, las lentejas y los guisantes, que se encontraron en el sitio, y tienen diferentes aportaciones nutricionales”, dijo Rosenberg.

Mientras tanto, miles de huesos de animales hallados en la zona atestiguan el cuidado de rebaños de cabras, ovejas, cerdos y varias vacas, agregó.

En última instancia, los arqueólogos esperan que su investigación contribuirá a la preservación permanente de las plantas de la zona comprendiendo las técnicas de riego utilizadas hace miles de años.

“Esto proporciona una rara visión de los estilos de vida de los antiguos habitantes del valle del Jordán y el patrimonio de la región en general, y nos permite no sólo visitar sus hogares, sino también sus platos y ollas”, dijo Rosenberg.

Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico