No es una despedida cualquiera: con este adiós, despedimos a una generación especial, una generación compuesta por grandes como Moshe Dayan, Isaac Rabin, Golda Meír y David Ben Gurion.

Shimon Peres, fuiste uno de los arquitectos de esta gran nación, y hoy, judíos de Israel y de todo el mundo te despedimos con un profundo dolor. Éste es un homenaje a tu vida, porque con tus actos, hiciste historia; porque simplemente así lo merece tu admirable trayectoria.

Peres nació el 2 de Agosto de 1923 en una pequeña aldea judía de la actual Bielorusia. Con padre empresario y madre profesora, Shimon pasaba gran parte de su tiempo con su abuelo Tzvi Meltzer, un rabino que constantemente lo acercaba al judaísmo.

El antisemitismo imperante de la región obligó a Isaac, padre de Shimon, a buscar mejores horizontes en otro lugar. Su sionismo dirigió su mirada a la entonces Palestina, que en ese momento se encontraba bajo Mandato Británico, y sin más, decidió emprender el viaje para abrir camino a un mejor destino.

Dos años después, teniendo Shimón 11 años, llegó al puerto de Jaffa, y a los pocos segundos quedó impresionado, podía escuchar de manera regular el árabe y el hebreo. Se dejó abrazar por el cálido clima; sin duda, se trataba de un sol que él no conocía. No extrañó nada de su pasado, todo lo contrario: entre más recorría las calles de Tel Aviv, más se sentía identificado. Montado en su primera bicicleta se dedicaba a explorar y sólo podía sentir prisa por convertirse en un trabajador más. Un trabajador de lo que ya era un país en construcción.

Para su fortuna, llegó la adolescencia, pues la niñez lo obligaba a mantener una pasividad que le costaba trabajo soportar. Siendo ya un adolescente, se integró a un movimiento juvenil laborista; ése era el inicio de una vocación que mantuvo durante toda su vida.

En 1945, mientras el mundo recontaba los daños que había dejado la Segunda Guerra Mundial, Shimon se casó con Sonia Gelman; dos años después, se integró a la Haganá: eran tiempos violentos y se requería de su juventud y de su voluntad.

Él era testigo de que los judíos merecían un lugar en su tierra ancestral. Testigo, porque casi todos sus familiares murieron víctimas del antisemitismo: algunos en masacres soviéticas, y algunos otros en las garras las nazismo. De hecho, la familia cercana que Shimon dejó atrás, murió quemada viva, cuando los nazis incendiaron la sinagoga de su pueblo natal.

Pero la gran noticia llegó: después de dos milenios de añorarlo, el sueño se hizo realidad. En noviembre de 1947, la Liga de las Naciones dividió en dos a Palestina, y los judíos se dedicaron a celebrar y a trabajar. Era cierto que sólo era un pedazo de pantano y de desierto, pero también era cierto que tenían la intención de convertirlo en un hogar.

Los países árabes no sólo se negaron a la partición de la región, sino que también atacaron al joven Estado, amenazando con desaparecerlo, horas después de su creación.

El papel de Shimon en la guerra de independencia fue crucial: como parte del equipo de David Ben Gurión, viajó a los Estados Unidos para suplicar al entonces Presidente Harry Truman su cooperación. La solicitud implicaba armamento para el recién nacido Estado judío, armamento que le proporcionaría la posibilidad de sobrevivir ante tantos enemigos.

Finalmente, tras una guerra de trece meses, Israel logró defenderse. Shimón continuó con su carrera política y durante la guerra de 1956 se convirtió en protagonista, pues fue negociador del acuerdo trinacional secreto entre el Reino Unido, Francia e Israel; una guerra en la que Israel logró la captura del canal de Suez.

Se convirtió en Secretario del Ministerio de Defensa y fue uno de los creadores del centro de investigación nuclear israelí en Dimona.

En 1959 logró entrar en el Parlamento israelí como diputado del partido Mapai, vertería ahí tanto pasiones como obsesiones, pero sobre todo, la más admirable lealtad. Permaneció en la Kneset casi 5 décadas consecutivas, moviéndose entre distintos partidos y desempeñando distintos puestos. Su carrera política iba en ascenso, hasta que la guerra de Yom Kipur tomó al Estado de Israel desprevenido, lo cual provocó el trágico declive de su partido, otorgándole todas las posibilidades a su rival laboral, Isaac Rabin.

El nuevo Primer Ministro Isaac Rabin formó gobierno en 1974 e integró a Peres en su equipo de trabajo. Tres años después, un escándalo financiero sacó a Rabin del Parlamento, colocando a Peres como Jefe de gobierno. La privilegiada posición le duró poco, pues Menahen Begin, del partido Likud, le ganó las siguientes y casi inmediatas elecciones. El momento de Shimon debía todavía esperar.

Llegaron las elecciones de 1984 y Peres, del partido laborista consiguió un cerrado empate con el líder de Likud, Isaac Shamir. Así que dividieron los tiempos, y de 1984 a 1986, pudimos ver a Shimon como el dirigente de la nación. Su tarea como Primer Ministro no era sencilla: tenía sobre la mesa el tema de la guerra en Líbano que sumergía a la sociedad en debates y controversias, Peres, como el político que era, tomó su decisión; siendo Jefe de Gobierno en 1985, ordenó la retirada de las tropas israelíes de Líbano.

No es fácil hacer un resumen de su vida, ya que en muchas ocasiones Peres fue protagonista; en otras fue un importante actor- pero siempre vivió todo desde primera fila. Desde distintas posiciones y con mayor o menor cercanía, vivió la Guerra de Independencia en 1948, la del canal de Suez en 1956, la victoria de la guerra de los Seis Días, el desconcierto que dejó la guerra de Yom Kipur. Fue uno de los héroes que rescataron a los más de 100 rehenes que se encontraban en Uganda en un atentado terrorista, acto por el cual sintió un gran orgullo. No menor a la satisfacción que le dejó la retirada de las tropas israelíes de la península del Sinaí, pues con Egipto se dieron negociaciones que posteriormente condujeron a la paz. Vivió la firma de paz también con Jordania, y ni qué decir de la primera y la segunda Intifada.

Sin duda, el acto que más popularidad le dio fue su participación durante las negociaciones de Oslo, ya que, a pesar de que el protagonismo del evento recayó en Rabin y Arafat, Peres fue de vital ayuda en el transcurso de las negociaciones. Fue tanta la participación de Peres durante este proceso que ganó en 1994, junto con Rabin y Arafat, el premio Nobel de la paz.

El 4 de noviembre de 1995, compartió con Rabin su última noche de vida. Con el asesinato de Isaac Rabin, Peres no sólo perdió a su Primer Ministro, sino a un colega con el que había compartido gran parte del camino.

La muerte de Rabin llevó a Peres al puesto de Primer ministro interino y desde ahí, hizo todo lo posible por continuar el proceso de paz. De hecho, Peres colaboró en desocupar ciudades de Cisjordania como Nablus, Belén y Ramala, pero continuaban los ataques terroristas de la Yihad islámica y de Hamas; los acuerdos de Oslo se desmoronaron y todo volvió a ser un escenario de culpables y acusados.

Peres intentó por última vez ser primer Ministro de Israel, pero Benjamin Netanyahu ganó las votaciones en 1996. Su derrota no le quitó al hombre mayor la imagen de veterano y hombre sabio que ya tenía; este respeto, le concedió la presidencia del Estado el 13 de junio del 2007. Salieron de la competencia Reuven Rivlin y Colette Avital, porque era hora de darle honor a quien honor merecía.

Su cargo como presidente del Estado terminó en el 2014, pero su amor por el Estado de Israel lo acompañó hasta el final de sus días, un amor que quedó demostrado en todos los actos de su vida.

Shimon Peres, gracias por tus aciertos y también por tus errores, conociste al Estado de Israel como pocos, porque fuiste parte de su creación y de su desarrollo.

Shimon Peres, un gran presidente, pero sobre todo, un servidor leal y persistente, gracias por cada uno de tus días de trabajo. El Estado de Israel lo seguirá intentando, seguirá buscando la forma de darle tranquilidad a sus ciudadanos. Mientras tanto, gracias por tu labor de político, de estadista, de Ministro de Defensa, de Ministro de relaciones Exteriores, y también por ser un inagotable activista.

Adiós ejemplar presidente, primer ministro, amigo. Buen viaje Shimon Peres, descansa en paz.