Desde los lugares comunes, en medio del protocolo, el amor y las historias sobre Shimon Peres en su funeral, Amos Oz, reconocido escritor y amigo cercano del fallecido, subió al estrado con una camisa de manga corta, cuello abierto y una kipá amarilla en la cabeza. Preguntó, en un lenguaje sencillo, quizás la pregunta más conmovedora y apremiante del día:

¿Dónde están los “líderes valientes” que ahora deben levantarse y hacer de la paz una realidad? preguntó Oz, de pie junto al ataúd cubierto con la bandera de Israel, mientras miraba a una audiencia que incluía el primer ministro Benjamín Netanyahu y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, ambos en primera fila, pero separados uno deL otro.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El presidente de Estados Unidos Barack Obama, el ex presidente norteamericano Bill Clinton, y largas filas de líderes de 70 países, todos con trajes oscuros bien cortados, escucharon con atención la pregunta del antiguo kibutznik, que penetraba a través de los auriculares de traducción simultánea con un segundo de dilatación.

¿Dónde están los sucesores de Shimon Peres?” repitió Oz, ajustando la cuerda de sus lentes oscuros y volteando la hoja de su discurso.

Aunque Oz no mencionó directamente a Abbas, él fue el primero de los oradores, y el único israelí que habló de los palestinos.

“Hay quienes dicen que la paz es imposible, pero no sólo es posible, sino esencial e inevitable – porque no iremos a ninguna parte”, dijo el escritor, que ha sido una voz para el campo de la paz en este país y fuera de él durante más de 50 años. “No tenemos a donde ir – y los palestinos tampoco irán a ninguna parte. Tampoco ellos tienen a dónde ir.”

La solución que ofrece Oz suena tan fácil, tan obvia – un eco de las palabras y actitudes, que representaron al amigo que todos elogiaban.

“Los israelíes y los palestinos no se unirán de pronto para convertirse en una gran familia feliz. No podemos entrar todos a la misma cama e ir de luna de miel. Así que no tenemos más remedio que convertir esta casa en dos apartamentos y dividirlos en una residencia para dos familias.”

“En lo profundo de nuestros corazones, casi todos, en ambos lados, sabemos esta verdad,” dijo Oz. “Pero ¿dónde están los líderes valientes que ahora se pondrán de pie para guiarnos hacia adelante? ¿Dónde están los sucesores de Peres?”

Remontándose 42 años atrás, Oz recordó el día en que comenzó su amistad con Peres en el Kibutz Hulda, en la entrada al comedor. Oz era un joven y apasionado periodista y escritor; Peres, ya era un político experimentado, y, a la vez, un “halcón en la tierra de los halcones”, como lo expresó Oz.Ambos discutieron hasta la media noche sobre el futuro del país, y los asentamientos, que Peres había apoyado y reforzado en los primeros años.

La capacidad de Peres para transformar y cambiar de perspectiva es una de las cualidades que más admiraba de él, dijo. “Hay un secreto que descubrí acerca de Peres, un secreto más grande que Dimona y que aquellos primeros días de las conversaciones de Oslo,”dijo Oz, haciendo referencia al secreto a voces de las instalaciones militares nucleares en Dimona y el acuerdo de paz negociado en secreto, en los que Peres jugó un papel decisivo.

“Descubrí la inocencia de Peres,” y aclaró: “… No es el tipo de inocencia que es lo contrario de la inteligencia, o la sofisticación, sino una inocencia que pertenece a un soñador incorregible y que de ella brotan las buenas acciones.”

Oz alabó ambos lados de la personalidad de Peres que por lo general no se mezclan en una sola persona – por un lado, el respeto a las realidades del mundo y sus limitaciones, y por el otro, un impulso para cambiar esas realidades, e incluso una disposición mental para cambiar.

“Sólo alguien que tiene estas características supuestamente opuestas puede allanar el camino,” continuó Oz. “Hubo algunos que se burlaron de él por allanar caminos – pero eso suele suceder a casi todos aquellos que intentan abrir nuevos caminos y se adelantan a su tiempo. Ellos son vistos como soñadores excéntricos hasta que llega el futuro y muestra su verdad. Al igual que en la ciencia … en la literatura, el arte y … en la política.”

“Algunos lo llamaban soñador, pero él era más que un soñador. Era un soñador que hace que las cosas sucedan. En tanto que Clinton hacía un gesto de aparente acuerdo, Oz comparó a Peres con el José bíblico que vio “la mayor parte de sus sueños hechos realidad.”

El cinismo, la burla, la enemistad quedaron atrás. Shimon era un estadista, un hombre que mira hacia el futuro, hacia próximas generaciones. Un hombre que tenía la habilidad de cambiar, dejar atrás la realidad popular y abrirse hacia una visión de paz y de una nueva realidad.

Fuente: Haaretz / Danna Harman

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