Hace dos años, el ex presidente Shimon Peres reveló que había intervenido en los planes del primer ministro Benjamín Netanyahu y el entonces ministro de Defensa Ehud Barak de bombardear a Irán.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO – Peres dejó caer la bomba en una conversación confidencial que tuvo lugar en el Centro Peres para la Paz el 24 de agosto de 2014.

Durante mucho tiempo dudé en publicarlo, y llegué a la conclusión de que Peres no lo hubiese mencionado si él no quisiera que lo hiciera.

Yo era editor en jefe de The Jerusalem Post y mantenía una estrecha relación con Peres, quien había finalizado su mandato como presidente un mes antes.

En la reunión, el gerente editorial David Brinn preguntó a Peres lo que él consideraba que fue el mayor logro de su presidencia. Él respondió que había intervenido personalmente para impedir que Netanyahu ordenara un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares de Irán.

Lo siguiente se basa en mis notas:

Peres: Yo impedí que Netanyahu atacara a Irán.

Yo: ¿Puede decirnos más?

Peres: No quiero entrar en detalles, pero puedo decirle que estaba listo para lanzar un ataque y lo detuve. Le dije que las consecuencias serían catastróficas.

“¿Podemos reportar esto?,” pregunté.

“Cuando muera,” respondió Peres, con una sonrisa irónica.

Casi un año después, el 7 de junio de 2015, se llevó a cabo un panel de seguridad en la Cuarta Conferencia Anual de The Jerusalem Post en Nueva York en el que la editora principal Caroline B. Glick entró en una discusión acalorada con el ex jefe de las FDI, teniente general (res) Gabi Ashkenazi y el fallecido director del Mossad, Meir Dagan, alegando que ellos se habían negado una orden de Netanyahu para preparar un ataque contra Irán.

En 2010, dijo Glick citando un informe del programa de periodismo de investigación Uvdá, “dos miembros de este panel recibieron una orden de preparar al ejército para un ataque inminente contra las instalaciones militares de Irán y ellos se negaron”.

Sin negar haber recibido la orden, insistió Dagan: “Fue una orden ilegal. Siempre hemos obedecido toda orden legal por parte del primer ministro. Nunca negamos una orden.”

“Ustedes recibieron una orden del gabinete de seguridad,” replicó Glick.

“Usted no estaba ahí, no sabe lo que ocurrió allí,” apuntó Dagan.

“Nunca hubo una decisión al respecto”, agregó Ashkenazi, aunque reconoció que se había opuesto a un ataque unilateral israelí contra Irán.

En la Conferencia de Herzliya al día siguiente, Ben Caspit, columnista de Maariv, planteó la cuestión a Peres.

“¡Esa periodista [Glick] no estaba allí! ¿Cómo iba a saber?” dijo Peres. “Estos n temas deben discutirse en el gabinete, no en los medios y ni en público.”

“Peres tenía buenas razones para estar enfadado,” escribió Caspit. “Fue uno de los principales actores en el drama, que tuvo lugar entre el verano de 2009 y el verano de 2011. Esos fueron de los momentos más tensos para el sistema de defensa israelí. El primer ministro Benjamín Netanyahu y el ministro de Defensa, Ehud Barak planeaban atacar a Irán, mientras que el ejército, encabezado por Ashkenazi, y los jefes de otras instituciones de defensa se opusieron al movimiento. Ashkenazi y Dagan tenían el apoyo de nada menos que el presidente. Peres se unió a sus esfuerzos para frustrar el ataque.”

¿Acaso Peres, el arquitecto del programa nuclear de Israel, fue el que en última instancia frustró un ataque israelí contra las instalaciones nucleares de Irán? Él decía que sí, aunque nunca detalló cómo lo hizo.

Fuente: The Jerusalem Post / Steve Linde

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