Israel reforzó hoy la seguridad en espacios públicos y fronteras por la celebración a partir de esta noche de la Fiesta de la Torá, con la que termina la de los Tabernáculos y el mes de celebraciones que comenzó a principios de octubre con el año nuevo.

“De acuerdo a las instrucciones de los estamentos políticos, desde anoche los pasos con Judea y Samaria (nombres bíblicos para Cisjordania) sólo están abiertos para casos especiales y humanitarios”, dijo a Efe una portavoz militar.

Las medidas serán rescindidas al concluir la fiesta el lunes por la noche, agregó.

También la Policía israelí ha desplegado patrullas por los lugares más sensibles “hasta el final de la fiesta el lunes por la noche”.

“Se están aplicando medidas de seguridad en la ciudad vieja de Jerusalén para los últimos días de la fiesta de Sucot (Tabernáculo)”, informó el portavoz policial Miki Rosenfeld, al precisar que se ha puesto particular énfasis en las “sinagogas y espacios públicos”.

Uno de los lugares en los que la vigilancia será más estricta será en el Muro de las Lamentaciones, donde se espera la llegada de miles de creyentes para la llamada festividad de “Simjat Torá” (Alegría de la Torá).

Se trata del último día de la fiesta de Sucot, y en la que termina el ciclo anual de lectura del rollo de la Torá en las sinagogas y se comienza otra vez desde el principio.

La fiesta se caracteriza por la concentración de miles de personas en las sinagogas y santuarios para sacar los rollos de la Torá del llamado “Heijal” -el armario o recámara donde se guardan en las sinagogas- y bailar con ellos durante largas horas en medio de cánticos tradicionales y copiosos festines.

El nombre de esta fiesta se origina en los escritos del rabino sefardí Isaac Ibn Gayyat, que vivió en Lucena (Córdoba) en el siglo XI.

Los períodos de fiestas religiosas, tanto judías como musulmanas, están catalogados por los organismos de seguridad israelí como “períodos sensibles”, particularmente por la concentración de creyentes en torno a los lugares santos en disputa en Jerusalén.

El año pasado, el período de fiestas judías coincidió con un severo repunte de la violencia en la zona.

Fuente:Terra