Las políticas favorables a la inmigración, el emprendimiento y el capital riesgo empiezan a dar resultados

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En las últimas décadas Israel se ha convertido en una de las mayores potencias tecnológicas del mundo. Con poco más de ocho millones de habitantes – menos que la población de Andalucía – este país cuenta con más de 4.000 empresas tecnológicas y 80 de las 500 mayores corporaciones de todo el mundo tienen en este país filiales dedicadas a la I+D+i.

Cisco, Paypal, Google, Facebook, Apple o Intel son solo algunas de las muchas empresas cuyos productos usamos en el día a día y que dependen, en gran medida, de los procesos de innovación y de las capacidades creativas y tecnológicas que se desarrollan en Israel.

La gran transformación

¿Pero cómo ha conseguido un país tan pequeño y convulso convertirse en uno de los líderes de la innovación en todo el mundo? Muchos analistas aluden a factores culturales que, sin duda, han tenido una gran influencia en el proceso, pero es innegable que también han tenido mucho que ver en ello determinadas políticas públicas y apuestas institucionales.

Por ejemplo, la promoción del capital riesgo, la ambición por construir un auténtico ecosistema de emprendimiento e innovación o la apertura a los movimientos migratorios son algunas de las claves de este gran éxito económico.

Y es que los resultados no dejan lugar a la duda: desde finales de la década de los 80, Israel ha más que duplicado su población, ha multiplicado por cuatro el número de empleos y ha crecido a una tasa media del 4% anual, de tal forma que su PIB per cápita de 36.000$ es, hoy, superior, por ejemplo, al de España o Italia.

Fuente: La Vanguardia / REALPOLITIK