ISAAC SHAMAH, EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

El 30 de noviembre de 2016 estaba programado para ser un día de alegría, en esta fecha se jugaría la final de ida de la Copa Sudamericana, la Unidad Deportiva Atanasio Girardot recibiría un emocionante partido entre su querido Atlético Nacional colombiano y la cenicienta del torneo, la sorpresa brasileña… el Chapecoense.

El Atlético Nacional, claro favorito al título que apenas había sido campeón de la Copa Libertadores, se preparaba para enfrentar al Chapecoense, un equipo brasileño de la ciudad de Chapecó, éste no es el conjunto brasileño más popular ni por mucho, ni mucho menos el más ganador en la historia del futbol de Brasil, de hecho el pequeño equipo que cuenta con un estadio que sólo puede alojar 21,500 personas, había subido a la serie A apenas en 2014, después de 35 años jugando en categorías inferiores; sin embargo, al entrar a la primera división del futbol de su nación, el Chapecoense se veía como un gran equipo, jugaba bien y poco a poco hacía presencia en la máxima categoría de Brasil.

En la temporada de 2016 el equipo de Chapecó había logrado ganar la Copa Santa Catarina y obtuvo un boleto para poder jugar en la Copa Sudamericana, la segunda copa a nivel equipos más importante en Sudamérica. Desde un principio nadie pensaba que el casi desconocido Chapecoense llegaría a la final del torneo, pero gracias a un milagroso resultado en contra del San Lorenzo de Argentina y algo de suerte, el equipo del sur de Brasil que hace 7 años jugaba en la cuarta división de su país logró acceder a la final más importante de su historia.

28 de noviembre de 2016

A sólo dos días de la gran final, la historia del Chapecoense pasó de ser un cuento de hadas a un infierno, el avión en el que viajaba el equipo rumbo a Medellín se derrumbó en un trágico accidente. 74 pasajeros de 81 que se encontraban en el vuelo murieron al instante del accidente, Danilo, portero titular del equipo sobrevivió sólo para poder despedirse de su familia gracias a una llamada telefónica ya que al llegar al hospital se convirtió en la víctima número 75 de este penoso accidente.

Posterior al accidente, Brasil se quedó en shock ya que hasta este momento, dos tripulantes del vuelo y un periodista se encuentran con vida en condiciones críticas y del equipo cenicienta que disfrutaba el futbol más que nadie queda muy poco. Sólo 3 jugadores siguen con vida, para los tres las siguientes horas serán claves.

Alan Luciano Ruschell: posiblemente es el que tenga más posibilidades de sobrevivir.

Jackson Ragnar Follman: está en graves condiciones porque lamentablemente perdió ambas piernas debido a que cuando llegó al hospital los doctores tuvieron que amputárselas para intentar salvarle la vida.

Helio Hermito Zampier (Neto): fue el último rescatado debido a que se encontraba debajo del fuselaje, cubierto en lodo, aún no se sabe si sobrevivirá.

Además de ellos tres, Alejandro Martinuccio se encuentra en perfectas condiciones ya que es el único jugador del Chapecoense que no viajó al partido, debido a una lesión que había sufrido hace un mes.

29 de noviembre de 2016

Conmocionado, el mundo del futbol se unió al pesar de este equipo, pero el Atlético Nacional fue más lejos y pidió a CONMEBOL que el trofeo se le dé al Chapecoense y convocó a su afición para ir el 30 de noviembre a ir al estadio a la hora del partido con velas para rezar por los sobrevivientes. Además de la gran acción el Benfica de Portugal, ofreció a los brasileños todo su apoyo, incluso en el préstamo de jugadores.

Después de esta desgracia lo que menos importa es el futbol, de igual manera la perdida que tuvo el Chapecoense en este final de torneo jamás podrá ser remplazada.