La Torá es uno de los libros más conocidos del mundo desde tiempos ancestrales y de acuerdo a varios sabios yehudim, tiene la respuesta a todas las preguntas del mundo. Entonces, ¿por qué no nos diría cómo ser felices?

MARK ACHAR PARA ENLACE JUDÍO – De acuerdo al Rab Najman de Breslev, la alegría es una herramienta principal que podemos usar para elevarnos de una manera espiritual. De acuerdo a sus enseñanzas, “todas las enfermedades que afligen a la gente provienen principalmente de la falta de alegría… y la alegría es una gran cura”, por lo que, en Enlace Judío, nos dimos a la tarea de encontrar esos consejos y pasos simples, para estar alegres y encontrar la felicidad.

1. Juzgar a todos para bien

Rabí Najum, uno de los grandes sabios de la Torá, era conocido como “Gam Zu LeTová” que significa “Esto también es para bien”,  debido a su capacidad por enfocarse en el bien de todo lo que le acontecía, independientemente de lo que la mayoría de las personas dijeran.

Muchas veces, cuando nos encontramos sobrepasados por todo lo que nos rodea, pensamos que seguramente debe haber alguien tras bambalinas tratando de causarnos mal. La realidad es que el 90% de las veces que pensamos esto, no es verdad.

Estos pensamientos, más que ayudarnos a definir el problema, incluso prepararnos para defendernos (algo común en la respuesta instintiva del ser humano), terminan por definirnos a nosotros y nuestra percepción del mundo.

Por ello, cuando juzgamos a todos para bien, nuestros pensamientos ven posibilidades donde los demás ven obstáculos. Incluso cuando encontramos a alguien que quiere hacernos mal, ésta persona se vuelve parte de un mundo más grande y no el centro de nuestra mente. Así podemos enfocarnos en solucionar los problemas y no bloquearnos, simplemente juzgando para bien.

2. Empatizar con nuestro prójimo

En la Perashá de Tzav dicen los sabios que Moisés sintió gran empatía con el pueblo hebreo y al entender su perspectiva, él creció a través del entendimiento sobre el dolor de los demás, gracias a su humildad.

El empatizar es una clave que nos puede abrir muchas puertas. La empatía nos enseña la perspectiva desde los ojos de los demás y a aprender ideas que son relevantes, pero que pueden no saltarnos a la vista al principio.

Al entender la forma de ver el mundo de nuestro prójimo, nos abrimos a ideas nuevas y a realidades diversas.

3. Agradecer tanto lo que se tiene, como lo que no se tiene.

En la perashá de Tzav, se plantea que el pueblo de Israel muestra gratitud al seguir las reglas divinas, al dar una ofrenda en el templo, enseñando que la gratitud es una parte integral de nuestra vida espiritual.

Cuando nuestra perspectiva está saturada por una repetición de las mismas ideas, agradecer nos ayuda a salirnos de ese ciclo y a replantear aquello que tiene valor, regresándonos a un contacto con la realidad más fidedigno y al darnos pistas sobre dónde tenemos que enfocar nuestros esfuerzos y nuestras fuerzas.

4. Sonreír constantemente

Sonreír es uno de los mensajes finales que se le dan a nuestro patriarca Yaakov Abinu en la Torá. 

Nuestro cuerpo integra tanto las sensaciones externas como estímulos que provienen de adentro. Todo aquél que haya meditado alguna vez entiende que la respiración es una llave entre la mente consciente y el inconsciente.

Así como la meditación, la sonrisa es un estímulo que se activa pensando en el exterior, pero que el cuerpo toma como una señal para la creación de endorfinas, las sustancias que nos hacen felices.

Está comprobado que, después de algunos segundos de sonreír, sólo por el hecho de sonreír, esto termina por hacernos felices; así que ¡a sonreír se ha dicho!

5. Encontrar un propósito personal

Este último consejo es uno de los conceptos más fundamentales dentro del judaísmo. Encontrar un propósito es la manera de retribuir a la sociedad y valernos por nuestros méritos, en relación con las funciones que desempeñamos en la sociedad.

Es muy fácil echarle la culpa a las cosas o a las personas, pero está comprobado que una persona que ha sido afectada por un tercero, pero siempre sigue su camino, algún día logrará aquello que se propone.

De acuerdo al Rab Twerki, un propósito nos puede traer a un nivel espiritual más alto, ya que sabemos la razón por la que hacemos las cosas, y al incluir el razonamiento en nuestras vidas, estamos haciendo un cambio.

 


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