FRANCISCO DE ANDRÉS –Nadie se sorprende de que los medios de propaganda yihadista ensalcen los siglos de dominio árabe en Andalucía, y anuncien su deseo de reconquistar ese territorio para el proyecto de califato mundial. Daesh explota un estereotipo muy arraigado en todo el mundo árabe: la noción de que la Andalucía musulmana fue una «época dorada» tanto para el espíritu como para las ciencias universales.

ENLACE JUDÍO MÉXICO –El cliché ha hecho fortuna desde hace tiempo en los foros de la izquierda agnóstica occidental. Desde el presidente Obama hasta el influyente semanario The Economist han recurrido al mito de la Andalucía bajo dominio árabe para explicar por qué el islam fue en el pasado «una religión de paz y de tolerancia» -por la presunta armonía en que vivieron durante siglos musulmanes, judíos y cristianos en España-, frente al oscurantismo y la Inquisición que supuestamente hacían mella en el resto de la península.

Dos libros recientes han puesto de relieve que las fuentes históricas que demuestran lo contrario son abrumadoras. La obra editada en inglés por el profesor de la Northwestern University Darío Fernández-Morera (“The Myth of the Andalusian Paradise”) explica por qué los invasores del siglo VIII no fueron representantes de una civilización superior a la visigoda, sino bárbaros en el sentido original del término. El académico español demuestra que la nueva civilización creada por los invasores no fue -como algunos creen- la que preservó la herencia clásica griega, sino Constantinopla. Lejos de ser un ejemplo de tolerancia, los califas andaluces aplicaron casi sin desmayo la Sharía y persiguieron a judíos y cristianos con periódicos progromos. Califas que suelen ser calificados de «ilustrados» como Abderramán I (731-788) o Abderramán III, dos siglos más tarde, cometieron atrocidades tanto en público como en su vida privada.

El islamólogo francés François Jourdan cree que la convivencia entre las tres «religiones del Libro» fue pacífica con Abderramán III, pero sospecha que esa fue la única excepción. En su argumentario para desmitificar la Andalucía tolerante de la España musulmana destacan el martirio de los cristianos de Córdoba que se negaron a ser islamizados (año 850 y siguientes), la matanza de judíos en Granada en 1066, la expulsión de los mozárabes (cristianos arabizados) en 1120, la prohibición de construir iglesias, o el entierro del filósofo y científico Averroes junto a todos sus libros (1198). Jourdan estima además que quienes edificaron la civilización de la España musulmana fueron súbditos de los califatos que en su mayor parte no eran ni árabes ni musulmanes.

Fuente: abc.es