RICARDO SILVA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

1er Grado. “Panem et circenses” Al pueblo, pan y circo. A principios del Siglo II, el poeta Juvenal compuso la frase para referirse a los políticos romanos que regalaban pan o granos junto a entretenimiento de baja calidad, para ganar popularidad y mantener alejada a la masa de su derecho natural de hacer política.

2do Grado. Pan y toros. Esta frase era bien conocida por los ilustrados españoles quienes describían a la fiesta de los toros como una forma de diversión propia del pueblo llano, estancado en el atraso presa de sus bajas pasiones. Con Fernando VII en el poder en el siglo XIX, se persiguió todo lo ilustrado, se cerraron universidades, se desmantelaron museos y se abrió la Escuela de Tauromaquia.

3er Grado. Las primeras celebraciones masivas, bajo la pauta de la religión de los conquistadores, tuvieron lugar en Puebla en el siglo XVII. El impulso inicial es la devoción por un ritual religioso que previene catástrofes, enfermedades y angustias. Sin embargo, el objetivo profundo es el adiestramiento. Las procesiones requieren la participación de todos, los edificios de gobierno y religiosos delimitan el circuito, ahí, donde el poder se hace presente; el pueblo aprende que el miedo, la celebración y el fervor obedecen las reglas que dictan gobernante e iglesia.

4to Grado. Las Brujas de Salem. Con el afán de atesorar una patológica disciplina religiosa, cada habitante de la pequeña población de Salem se convirtió en víctima y perseguidor de su vecino, los actos de espionaje denunciaban cada acción que pareciera diferente a las costumbres locales ¿Dónde he visto esto? La presión popular escaló tan alto, que en 1693 más de 150 personas fueron encarceladas sólo porque a alguien le parecieron raras; de todos ellos, diecinueve acusados —catorce mujeres y cinco hombres— fueron ahorcados.

5to Grado. Los medios de comunicación, de manera intencional o no, manosean el inconsciente colectivo y a veces el efecto es inesperadamente embrutecedor si se le agregan ingredientes sorpresa como miedo, crisis económica o futuro incierto. La histeria asaltó a las masas en 1938 por el programa radiofónico “La guerra de los mundos” de Orson Welles, en plena depresión económica y en el umbral de una posible guerra en Europa. También habría que recordar la boba ficción del “chupacabras” que en otro contexto habría pasado como una insípida historia campirana, pero quedó bien esponjada gracias a la crisis del 94, el asesinato del candidato Colosio y un descarado fraude electoral.

6to Grado. Las redes sociales logran un efecto menos dramático, más efímero pero tan machacón como cuchillo cebollero. La quinceañera Rubí fue víctima, el festejo se quedó corto ante la enorme expectativa que generó, pero quedó evidente que los medio de comunicación formales aún no entienden su lugar ante las redes sociales, forzando una convivencia que va de lo caricaturesco a lo abominable, eso sin mencionar el panorama incierto que particularmente se avecina para nuestro país ¿se extrañan los gasolinazos?

El Arcano. El número lo tomamos del inevitable próximo año fiscal 2017: 2+0+1+7 =10. El Arcano resultante es LA RUEDA DE LA FORTUNA. El símbolo de la rueda es la representación de la vida con sus altas y bajas, sus certezas e incertidumbres, pero también nos recuerda que todos podríamos en algún momento, estar en la posición del otro. El anonimato y la omnipresencia de las redes nos coronan de un aparente empoderamiento que nos da derecho a juzgar, corregir, recomendar, escupir. El poco o nulo control de vida de cada quien nos empuja a la evasión de la realidad, acudiendo a la chunga y el chacoteo que ofrecen las redes sociales. La opinión que se quedaba como charla de taberna, ahora tiene el mismo peso que un premio Nobel, decía Humberto Eco. La rueda de la fortuna señala que lo que se lanza puede regresar como bumerang, porque aquello de lo que nos mofamos, tiene mucho de lo que habita en nuestro interior, es el rostro de Luke Skywalker tras la máscara del villano Dart Vader, lo peor de uno mismo lo vemos en el otro, porque sería impensable asumirlo en nuestra persona. Siempre será más fácil esquivar la realidad que aceptar nuestros miedos, es por ello que al final, los políticos, una vez en el poder, hacen lo mismo que aquellos a los que criticaban: en su mente el otro es el villano aunque adolezcan del mismo hedor. Bajo esta óptica, la esperanza de cambio en tiempos de las redes sociales, será sólo ruido, chacota, fiesta insípida con lesiones y muerte, como el cumpleaños de Rubí.