El festival de las luminarias y la ceremonia del encendido de la Antorcha de la Paz y Libertad de Janucá 5777 se celebró este año en el Ángel de la Independencia, donde se emitió un mensaje de unidad con la familia humana.

 

 

JORGE GARCÍA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO — El rabino Srugo, de Jalisco, habló para las decenas de asistentes que se dieron cita el miércoles 28 de diciembre en las escalinatas de uno de los símbolos más importantes de la ciudad y el país, donde se llevó a cabo el encendido de las cinco velas correspondientes del candelabro de la Antorcha de la Paz.

Esta llama de luz nos enseña que a pesar de ser de diferentes países, culturas y colores, físicos o ideales, debemos sentirnos como una familia unida, ya que todos venimos del mismo origen, Hashem Ejad, un solo Dios.

“Esta noche aquí reunidos decidimos ser luminarias, luces para iluminar con la luz del Amor y la Bondad, con la luz de la humildad y la paz, a nuestras familias, vecinos, comunidad y al mundo entero”, agregó.

Expresó que en el transcurso de la vida, a menudo nos encontramos en situaciones oscuras en las que nos falta la luz. Tenemos que recordar que la oscuridad no se disipa con fuerza, pelea o desesperanza, la oscuridad se disipa con luz, poca luz, disipa mucha oscuridad.

Si juntos tomamos la decisión de convertirnos en luminarias, la unión de todas nuestras luces se transformará en un haz potente que ilumine el mundo entero y esto nos llevará a tener un mundo de redención, amor, paz y armonía para toda la humanidad.

Para integrantes de esta comunidad, como Elías Sacal, el evento que se desarrolla por primera vez en el Ángel de la Independencia es fundamental para que la sociedad entienda la importancia de que la unión es básica e importante para superar los problemas.

Destacó que es la primera vez en mucho tiempo en que el inicio de Janucá coincidió con la festividad católica de Navidad, lo que debemos entender como una oportunidad de unirnos todos sin importar creencias y condición para ser seres de luz e iluminar para superar.

El festejo estuvo enmarcado por bailes, música y la entrega de comida a los asistentes, lo que cubrió con alegría la escalinata del símbolo patrio por excelencia.