Hilarion Capucci, de 94 años, que pasó cuatro años en prisión israelí y participó en la flotilla de Gaza, es llorado como “mártir” por la Autoridad Palestina

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Un obispo católico sirio famoso por su apoyo a los palestinos, una vez encarcelado por Israel por el contrabando de armas a los terroristas de Cisjordania, murió el domingo a la edad de 94 años.

Nacido en Alepo, Siria, en 1922, Hilarion Capucci sirvió como vicario patriarcal de Jerusalem, así como arzobispo titular de Cesarea para la Iglesia católica griega. También era ferviente partidario de la causa palestina.

En 1974, Capucci, entonces residente de Jerusalem oriental, fue arrestado por las fuerzas de seguridad israelíes por contrabando de armas al Ejército de Liberación Palestino (ala militar de la OLP) en Cisjordania, usando su estatus diplomático como cobertura. Fue condenado a 12 años de prisión.

Fue uno de los prisioneros cuya liberación fue demandada en 1976 por los terroristas en la crisis de rehenes de Entebbe, pero no fue liberado hasta dos años después, tras la intervención del Vaticano. Tras su liberación, fue exiliado a Roma.

Siguió abogando por los palestinos a lo largo de su vida, participando en una flotilla que intentó romper el bloqueo naval israelí de Gaza en 2009, y nuevamente en 2010, cuando navegó en el Mavi Marmara.

Hilarion Capucci y Mahmoud Abbas

En 2013, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, presentó a Capucci una medalla de honor en Roma por su antiguo apoyo al pueblo palestino.

La agencia oficial de noticias palestina Wafa citó a un portavoz de la AP que describió a Capucci como un mártir de Jerusalem y un “luchador valiente”.

Su muerte también fue lamentada por Hamas, la organización terrorista que gobierna Gaza, que lo elogió por una vida dedicada a “defender al pueblo palestino y a su justa causa”.

Durante su vida lo honraron apareciendo en los sellos en Palestina, Iraq, Egipto, Libia, Sudán y Siria.

El Vaticano anunció su muerte en Roma.

Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico