LILLY MAIER / Para un tribunal regional alemán, el intento de quemar una sinagoga en la ciudad de Wuppertal en 2014, era una crítica a Israel y no un ataque antisemita.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Al hacerlo, el tribunal confirmó el fallo de un tribunal de primera instancia que había llegado a la misma decisión en 2015, informó el Jüdische Allgemeine, el mayor periódico judío de Alemania.

El ataque ocurrió en julio de 2014, cuando tres jóvenes de ascendencia palestina lanzaron cócteles Molotov en la entrada de la Sinagoga Bergische en Wuppertal, una ciudad ubicada a 330 millas al oeste de Berlín. Nadie resultó herido, y el daño fue leve, ya que el fuego se extinguió solo.

Los acusados, cuyos nombres no se hicieron públicos debido a las estrictas leyes de privacidad de Alemania, testificaron que estaban enojados por la guerra entre Israel y Hamas en Gaza durante el juicio original.

Pero ellos no querían herir a nadie, dijeron, y uno de ellos se disculpó ante la comunidad judía a través de su abogado.

El incendio provocado ocurrió poco después de que Israel lanzara la Operación Margen Protector en el verano de 2014 para detener los ataques con cohetes de Hamas en territorio israelí.

Los hombres dijeron que estaban borrachos y habían fumado marihuana en el momento del ataque, celebrando el final del mes de ayuno de Ramadán. Habían llenado sus botellas vacías de cerveza con gasóleo que arrojaron a la sinagoga.

En 2015, los tribunales alemanes condenaron a dos de los hombres a 15 meses de prisión, una sentencia que se extendió más tarde a dos años. El tercer hombre (que era menor de edad durante el ataque) fue condenado a una pena de prisión no especificada más corta.

Durante la sentencia, los tribunales dijeron que un incendio provocado en una sinagoga es una fuerte indicación de antisemitismo, pero no había ninguna otra prueba de que los jóvenes fueran antisemitas.

Los tribunales creyeron a los acusados cuando dijeron que la intención del ataque era una crítica a Israel.

Fuente: Forward – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico