ALEC LUHN

El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, ha invitado a la administración entrante de Donald Trump a participar en las conversaciones de paz sobre Siria la próxima semana, iniciando un acercamiento esperado con Estados Unidos. También minimizó los recientes comentarios de Trump y el secretario de Estado designado, Rex Tillerson, que insinuó una línea más dura con Rusia una vez que el nuevo presidente tome posesión.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Lavrov dijo que sería “correcto invitar” al equipo de Trump a las conversaciones que Rusia organiza con Turquía e Irán el 23 de enero en Astana, Kazajstán.

“Esperamos que la nueva administración acepte esta invitación y envíe representantes,” dijo. “Este será el primer contacto oficial, durante el cual podremos empezar a hablar sobre una lucha más eficaz contra el terrorismo”.

El alto al fuego de septiembre en Siria negociado por Washington y Moscú se derrumbó rápidamente en medio de recriminaciones de ambos lados. En cambio, las fuerzas de Bashar Assad lanzaron una ofensiva sin barreras en el este de Alepo con la ayuda de la Fuerza Aérea Rusa, recuperando la segunda ciudad siria a finales del año pasado.

Lavrov dijo que esperaba que Rusia pudiese colaborar con Trump contra grupos terroristas en Siria, alegando que la administración saliente de Barack Obama había “engañado” a Moscú durante las negociaciones sobre Siria. También dijo que el gobierno de Obama “quería usar secretamente a ISIS para derrocar a Assad”, refiriéndose al llamado Estado Islámico.

“Trump tiene un enfoque diferente que sugiere que no aplicará dobles estándares, así que la lucha contra el terrorismo no estará corrompida por objetivos políticos no relacionados,” señaló.

Al mismo tiempo, el ministro de Relaciones Exteriores negó los informes de una posible cumbre entre Trump y el presidente ruso Vladimir Putin en Reykjavik, Islandia, dejando abierta la cuestión de cuándo ambos líderes, que han expresado admiración el uno por el otro, finalmente se reunirán en persona.

La adoración de Moscú a Trump se vio ligeramente obstaculizada cuando el presidente electo sugirió el domingo que las sanciones estadounidenses contra Rusia podrían cancelarse a cambio de un acuerdo para reducir las armas nucleares.

En respuesta, el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, dijo que Moscú no ha mantenido negociaciones nucleares con Washington y que no está trabajando para que se cancelen las sanciones. El diputado Leonid Slutsky dijo que “no relacionaría entre estas dos cuestiones”, y el senador Konstantin Kosachyov dijo que la cancelación de sanciones “ni siquiera es un objetivo estratégico por el cual habría que sacrificar algo, especialmente en la esfera de la seguridad”.

En referencia a la polémica declaración, Lavrov dijo que había sido mal entendido en los medios de comunicación.

“Donald Trump habló de tres temas: la necesidad de discutir las sanciones, la cooperación con Rusia en ciertas áreas, una de ellas sería el diálogo sobre armas nucleares”, dijo. “Deseamos restablecer el diálogo con Washington sobre la estabilidad estratégica, destruida por la administración de Obama”.

También ofreció una mejor interpretación de lo que su nuevo homólogo nominado Rex Tillerson dijo durante una audiencia de confirmación del Senado la semana pasada. El ex presidente ejecutivo de la petrolera ExxonMobil, que una vez fue personalmente galardonado con una orden de amistad de Putin, dijo que Rusia “representa un peligro, pero no es impredecible en el avance de sus propios intereses”.

“Decir que Rusia no es impredecible en el avance de sus propios intereses significa que estamos tratando con personas que no intentan moralizar y que se esforzarán por ver los intereses de sus socios al igual que tratan de promover los intereses de su propio país,” dijo Lavrov, además de su diatriba contra el “mesianismo” al comienzo de la conferencia de prensa, durante la cual acusó a Occidente de intentar de difundir valores “post-cristianos” de “permisividad total” a países conservadores como Rusia.

Tillerson afirmó que la evaluación de inteligencia estadounidense sobre el hackeo de Rusia para influir en las elecciones de noviembre es “preocupante” y que probablemente Putin esté detrás de ese empeño. Pero Lavrov dijo que esas reclamaciones, al igual que las acusaciones de ciberataques rusos contra Alemania, fueron hechas por aquellos que querían crear problemas a Trump.

Los informes de un ex agente de inteligencia británico sobre material comprometedor contra Trump en manos de operativos rusos es una “provocación grosera de algún tipo de fugitivo del MI6”. Las acusaciones representan la agonía de los “demagogos” liberales a los que Rusia se opone, según Lavrov.

“Más que el deseo de confrontar a Trump y a Rusia, estos son los espasmos de aquellos que entienden que su tiempo en este escenario se acaba y pronto no serán capaces de promover imprudentemente sus valores liberales de permisividad total en la vida cotidiana, personal y política,” puntualizó.

Fuente: Haaretz

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