JORGE JUÁREZ PEÑAFLOR

Los viajes ilustran, aunque no me gusta pecar presumiendo, pero en este caso es imperativo para que me puedan entender.

En el siglo pasado tuve la oportunidad de huir de México, como buen visionario presentí que venía una hecatombe económica en 1994 y no me equivoqué. No me dejé manipular por los expertos en economía y confié en mi intuición visionaria. Además quería estar lo más lejos de México y me trasladé a Australia, pero estando allá me fui un par de meses a Fiji, un lugar paradisiaco. Empecé a preguntar a los aborígenes en una de las islas que si eran dueños de la tierra y me contestaron que no, porque uno de los grandes líderes de Fiji les había prometido que algunos empresarios iban a invertir en infraestructura de puertos, barcos pesqueros y hoteles para que salieran de la pobreza.

Le volví a preguntar al aborigen, de aproximadamente 70 años, cómo vivían antes y me dijo que antes disfrutaban mucho sus tradiciones y que la mayoría ahora trabajaba para los inversionistas extranjeros con sueldos muy bajos. También estuve en Baly, Indonesia y pasó algo parecido a lo que les sucedió en Fiji, algunos bribones políticos se aprovechan y entregan el país a las transnacionales, desmantelando el Estado en aras del libre comercio. Ese nombre sofisticado del libre comercio ha esclavizado a muchos pueblos- menos a sus oligarcas.

Hay una analogía entre esos países y México, que cualquier persona estudiosa, incluso no se necesita estudiar mucho para darnos cuenta en qué situación estábamos antes y después del Tratado de Libre Comercio que empezó en 1994. Desde la época de Miguel Alemán, se le venía dando bastante apoyo al campo como también a la industria mexicana, las grandes empresas pertenecían al gobierno: Pemex, Teléfonos de México, Altos Hornos, por nombrar algunas.

Entonces, crecimos sin la necesidad de tener un TLC. Pero los voraces empresarios estadounidenses ofrecieron un tratado a México y Canadá que destruyó la economía interna; pero los gobiernos desde Miguel de la Madrid fueron neoliberales que trabajaron para saquear y empobrecer a México, ya que toda la economía mexicana se enfocó en el TLC, perdiendo soberanía alimentaria.

Además, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, no supo hacer un tratado que beneficiara a la mayoría de mexicanos; de hecho, ese tratado debería haber tenido una cláusula de integración que dictara que, después de 10 años se quitaran las perniciosas fronteras entre Canadá, México y Estados Unidos.

¿Por qué Donald Trump quiere revisar el TLC? Porque es un empresario gandalla y voraz que está acostumbrado a engañar a otros empresarios; él no paga impuestos y con su astucia de tramposo quiere que México pague todos los platos rotos. Pero recuerdo la guerra fría: ¿Cómo le hizo Cuba para protegerse de Estados Unidos? Con una alianza con la Unión Soviética. ¿Qué puede hacer México para protegerse de Donald Trump? Unirse con China para tener apoyo y con Israel, porque los judíos son los que le abrieron los ojos a los chinos, por eso se han convertido en una potencia económica; además, los chinos no son antisemitas y los judíos también trabajaron arduamente con Singapur.

Los tecnócratas que estudiaron en Harvard, pensaron que con el Tratado de Libre Comercio México se convertiría en un país de primer mundo, pero nos hemos convertido en una nación dependiente de los Estados Unidos y desde allá, nos marcan las políticas que se deben de hacer acá. Por ejemplo, la guerra de Felipe Calderón fue impuesta por George W. Bush, que ha costado muchas vidas en México pero no en los Estados Unidos.

Donald Trump nos tiene como a un perro flaco y apaleado que se le cargan todas las pulgas, pero hay que recordar lo que hizo David contra Goliat. Lo peor que podemos hacer es tener miedo a la libertad, que es lo que está ofreciendo el tramposo y corrupto matón de barrio.

Posdata, dato histórico: los judíos construyeron el capitalismo y el comunismo, pero nunca el fascismo europeo.