Sumi Cohen presentará su más reciente producción discográfica con un espectáculo de clase mundial.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

El cantante Sumi Cohen, de 30 años, pertenece a la comunidad judía de México, lo que le enorgullece pero también le ha traído complicaciones a la hora de profesionalizar su trabajo. Esto es porque en el concierto que ofrecerá en el Parque Interlomas, el 23 de febrero, tendrá que separar a su público entre hombres, mujeres y zona mixta.

“Mi público es muy raro y me costó trabajo darle gusto a mucha gente. Hay quienes son demasiados religiosos y no se presentan si hay hombres y mujeres juntos porque ellos digamos que no se mezclan con las mujeres bailando y brincando; no irían. Tengo familiares muy religiosos y eso me causó mucho shock porque mi sueño es que vengan y me acompañen en este importante momento”, explicó.

El mexicano sabe que hace música para todos, por lo que tiene confianza de que en sus próximos conciertos no tenga necesidad de hacer esa división. En su canto hay de todo: está lo religioso, la ópera, el pop romántico y hasta composiciones de su autoría.

“En nivel México no sé qué tan famoso soy, apenas estoy saliendo, si tu gente no es la que te va a apoyar ¿entonces quién? Pero por otro lado también tengo gente que no es de la comunidad que también quiere venir. ¿Cómo le hago para buscar un intermedio? Lo que quiero es subir y soltar, ofrecerles un buen concierto”.

El tema no se queda ahí, pues va a ofrecer un recital con canciones positivas también de otros autores que, explicó, de alguna manera, “censuró”, sobre todo sentimientos de infidelidad o ruptura. A raíz de eso sus músicos le han aplaudido porque ofrece una propuesta distinta a estar cortándose las venas como la mayoría de las letras.

“Tengo dos vertientes de escribir: una con esta ‘censura’ para poder ofrecerle a la comunidad lo que pide, pero también escribo de otras cosas y hasta me pidieron un tema para una película que se filmará en Puebla”.

Él define a su propuesta como un pop arabesco. Desde chico se acercó al canto ya que su sueño era ser el solista del Templo Mayor de la Ciudad de México, lo que consiguió a los 20 años.

“Eso era mi mundo. Yo fui el que empecé a meter ópera mezclado con árabe, inclusive fui el que fomentó meter melodías de canciones de música romántica en los templos, era novedoso. Pasó el tiempo y me abrí a la música en general para grabar álbums”.

Para este nivel de la industria afirma que la preparación es distinta, así como los movimientos escénicos y hasta hacerse acompañar por músicos en vivo. Anteriormente participó como actor en la obra de teatro musical para niños Dany Daniel, en el Teatro San Rafael, por lo que ya conoce el sentimiento.

A los 18 años se fue a estudiar a Israel porque eso es algo común dentro de la comunidad judía y casi todos sus amigos lo hicieron. “Desde aquel entonces escribía y tomé algunas clases”.

Hoy cuenta con cuatro discos con canciones en hebreo y en español. El primero de ellos lo grabó con una orquesta árabe a los 13 años, después ha experimentado con canciones suyas, algunas de religión, otras románticas o israelís que hablan de esperanza, alegría e incluso hay una alusión al Muro de los Lamentos.

 

Fuente: el universal.com