RYAN BELLEROSE / La arqueología, la genealogía, y la historia apoyan la demanda judía de origen autóctono. Existe un debate sobre este tema sólo porque nos han alimentado con una falsa narrativa de que los árabes palestinos también tienen una reclamación a la tierra de Israel.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Por no decir que dos pueblos no pueden ser indígenas de una sola tierra. Los palestinos sí tienen los legítimos “derechos de presencia de larga data” en Israel, pero esto no supera el estatus indígena del pueblo judío, 90 por ciento de los cuales pueden trazar directamente su genética al Levante. Sin embargo, la génesis cultural, la espiritualidad, el lenguaje y los lazos ancestrales de los árabes palestinos se remontan al Hejaz (una región en la actual Arabia Saudita). En el Corán, el Hejaz es donde Mahoma nació y donde estableció una comunidad de seguidores.

Decir que los árabes palestinos fueron los primeros habitantes de la tierra de Israel es problemático para los pueblos indígenas como el pueblo judío, los amazigh, los coptos, los asirios, los samaritanos y otros que fueron conquistados, subsumidos y convertidos. Literalmente sería similar a los europeos blancos en América del Norte haciendo esa misma afirmación. Los pueblos conquistadores pueden llegar a ser indígenas a través de la génesis cultural y la coalescencia. No pueden, sin embargo, llegar a ser indígenas simplemente mediante la conquista de pueblos indígenas.

La condición indígena es específica de ciertas áreas, al igual que en Norteamérica, donde ciertas tribus son indígenas de regiones específicas. Las mismas reglas deben ser aplicadas en Oriente Medio. Así como los Cree no reclamarían territorios Mohawk, los árabes no deberían tratar de reclamar territorios judíos, amazigh, kurdos o asirios. Cada uno de esos pueblos tiene territorios claramente definidos que datan de la época precolonial.

El principal argumento que promueve la falsa narrativa de que los judíos no son indígenas de la tierra de Israel es que son en realidad descendientes de colonizadores europeos. Esto puede ser fácilmente reprendido. Estudios recientes apoyan la idea de que alrededor del 80 por ciento de los hombres judíos, y el 50 por ciento de las mujeres judías, pueden rastrear su ascendencia a Oriente Medio. Los primeros estudios genéticos demográficos también confirman que “la mayoría de los grupos de la Diáspora judía se originaron en Oriente Medio”.

Otro estudio muestra que incluso los primeros judíos europeos Ashkenazi eran por lo menos en su mitad de Oriente Medio.

El siguiente argumento contra los judíos como pueblo indígena deriva del hecho de que Abraham era de Ur. Y, mientras que él es considerado el padre del pueblo judío, no se convirtió en un pueblo en Ur, sino en el Levante, específicamente, en la Judea y Samaria moderna.

Según la tradición judía y la espiritualidad, la Torá fue dada al pueblo judío en el Monte Sinaí, pero tenían su Génesis cultural en la tierra de Israel. De las 613 mitzvot, la inmensa mayoría solo puede ser completada en la tierra de Israel. Los patriarcas y matriarcas del pueblo judío están enterrados en la tierra de Israel. Los sitios más sagrados en el judaísmo están localizados -adivinaron- en la tierra de Israel. Abraham era ciertamente de Ur, pero el pueblo que surgió de él es, sin duda, de Israel.

Esto está estrechamente relacionado con la cuestión de Jerusalem, que tanto los musulmanes palestinos como los judíos israelíes reclaman como propia. Basta con mirar el Tanaj, donde se menciona a Jerusalem unas asombrosas 699 veces, y luego al Corán, donde Jerusalem no se menciona ni siquiera una vez, para resolver esta disputa.

Luego está el argumento cananeo, una pieza relativamente nueva de propaganda palestina que argumenta -porque la Torá afirma que los cananeos fueron expulsados por los israelitas- que los judíos no son, por lo tanto, indígenas de Israel. Los arqueólogos sugieren, sin embargo, que los cananeos no fueron destruidos en absoluto, sino subsumidos por el pueblo hebreo ascendente.

Parece que una vez que los árabes palestinos comprendieron que su pretensión de ser descendientes de los filisteos era falsa -como los filisteos, derivados de la palabra hebrea peleshet, no tienen conexión étnica, lingüística o histórica con el pueblo de Arabia- decidieron que descendían de cananeos en su lugar.

En un discurso de 2012, un portavoz de Mahmoud Abbas dijo: “La nación de Palestina sobre la tierra de Canaán tuvo una historia de 7.000 años. Esta es la verdad, que hay que entender, y debemos notarlo, para decir: “Netanyahu, eres incidental en la historia. Somos el pueblo de la historia. Somos los dueños de la historia'”.

Este comentario del campo de Abbas es completa basura. En primer lugar, los cananeos han estado extinguido durante 3.000 años y poco se sabe hoy de sus descendientes directos. En segundo lugar, los árabes preislámicos, de los cuales los palestinos son descendientes directos, aparecieron por primera vez sólo en el siglo IX aC, no en el año 7000 aC. Tercero, en 1946, antes del establecimiento de Israel moderno, los líderes árabe-palestinos solo reivindicaban una conexión con la tierra de Israel que no se remontaba más allá del siglo VII, cuando los seguidores de Mahoma conquistaron el norte de África y la región circundante.

También se puede preguntar: ¿Qué construcciones espirituales, culturales o tradicionales del pueblo cananeo tienen los árabes palestinos? La respuesta es ninguna.

Pero esto no debe sorprender. Incluso el investigador más novato que busque las falsedades perpetradas por los líderes palestinos rápidamente encontraría otras mentiras descaradas destinadas a deslegitimar la historia del pueblo judío, como la vez que Yasser Arafat le dijo a Bill Clinton de que nunca hubo un templo judío en Jerusalem o lo que Ekrima Sabri, Ex-mufti de Jerusalem y presidente del Consejo Supremo Islámico en Jerusalem, dijo: “Después de 25 años de excavaciones, hay unanimidad entre los arqueólogos en que no se ha encontrado una sola piedra relacionada con la supuesta historia judía de Jerusalem”.

Estos son los defensores de la falsa narrativa tratando de reprender el estatus indígena del pueblo judío en la tierra de Israel.

Me involucré en esta lucha porque estaba viendo pueblos no indígenas hacer argumentos que son perjudiciales para los indígenas actuales, argumentos que intentan reescribir nuestra historia. La idea de que los conquistadores “árabes palestinos” pudieran llegar a ser indígenas mediante la conquista del pueblo judío, aunque el término “palestino” sólo se usara en referencia a los judíos antes de 1948, es un anatema. Si bien los árabes afirman estar relacionados con los descendientes de Israel a través de la sangre, es sólo otra manera de decir que actuaron como todos los conquistadores, violando y saqueando y luego asentándose y subsumiemdo a los lugareños. Los nativos norteamericanos comprenden especialmente que simplemente conquistar a los pueblos indígenas no otorga estatus indígena.

La construcción de un monumento sobre nuestros lugares sagrados no los hace suyos. Nada menos que UNESCO declarando el Monte del Templo como un sitio sagrado musulmán porque construyeron una mezquita sobre la iglesia que fue construida sobre las ruinas de la Templo judío. Es una tradición básica en el ethos occidental respetar a los que vinieron antes; incluso se ha incorporado en la mayoría de nuestras leyes respetar la reivindicación anterior, y eso es lo que realmente son los derechos indígenas. Respetar los derechos de los que vinieron antes que usted.

Fuente: Tablet – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico