RUTH SCHUSTER / Después de desarrollar mutación para la tolerancia, las bacterias pueden desarrollar mutación de resistencia a los antibióticos 20 veces más rápido, dicen los biofísicos de la Universidad Hebrea. 

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Todos sabemos y tememos pensar en la superbacteria gonorrea, no qué hablar del cólera. Casi medio millón de personas al año contraen tuberculosis multirresistente, dice la Organización Mundial de la Salud. Incluso las bacterias que participan en el acné común pueden volverse mortales y no tratables. Ahora los científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalem han obtenido una visión crucial de la evolución de las superbacterias, lo que podría conducir al desarrollo de nuevas drogas.

Hace tres años, el equipo de Jerusalem demostró que algunas bacterias pueden sobrevivir a los tratamientos de antibióticos si están inactivas durante el tratamiento antibiótico. Sin embargo, si el antibiótico sigue allí cuando despiertan, mueren – a menos que también desarrollen resistencia a la droga.

Cuando una bacteria es inundada con antibióticos y sobrevive gracias a una mutación aleatoria que causa un mecanismo de latencia transitoria, eso se llama tolerancia. Cuando una bacteria muta para vivir feliz para siempre en un mar de droga, eso se llama resistencia.

Y ahora los científicos de la Universidad Hebrea tienen algunas noticias realmente malas, informaron hoy en Science que después de desarrollar una mutación, el mecanismo de latencia, las bacterias pueden desarrollar resistencia 20 veces más rápido de lo normal.

Detener su desfile
Ayuda saber que algunos antibióticos erradican las bacterias, impidiendo su reproducción.

Este mecanismo fue detectado por la Prof. Nathalie Balaban e Irit Levin-Reisman, quienes expusieron los gérmenes a una dosis diaria de antibióticos hasta que se estableció resistencia.

Una dosis letal del fármaco mataría la mayoría de las bacterias en la placa de Petri, pero no todas. Algunas sobrevivirían entrando en latencia temporal, durante cuyo tiempo no se reproducen. Su “sueño” las protegió de los antibióticos que apuntaban a las bacterias que proliferan.

Los experimentos se realizaron en bacterias intestinales, Escherichia coli – dos cepas inocuas de laboratorio y una cepa patológica aislada de un paciente. Los resultados de la investigación sólo se aplican a E. coli, pero, Balaban señala, se ha demostrado la tolerancia en casi todos los tipos de bacterias, e incluso en la levadura. Es cierto que en teoría el experimento tendría que repetirse por especie, pero está segura de que el principio seguirá siendo el mismo.

Lo que el equipo encontró es que una vez que E. Coli mutó para ser tolerante (dormir cuando el fármaco está cerca), podría adquirir rápidamente mutaciones a la resistencia.

¿Por qué? La explicación es matemática, dijo el profesor Balaban. “No es que algo en la bacteria que se transforma en superbacteria sea particularmente diferente”, dice.

La tolerancia se logra con bastante facilidad, porque muchas mutaciones pueden conducir a ella, explica Balaban. Las mutaciones se desarrollan y desaparecen en las poblaciones. Pero el acoplamiento de las mutaciones de tolerancia y resistencia aumenta grandemente la capacidad de supervivencia de la mutación de resistencia.

Sin embargo, es la primera mutación, enviando a los queridos a dormir, que actuó como trampolín para la siguiente mutación que confirió resistencia. O, como dicen tristemente en las salas de hospitales, que creó la superbacteria.

La solución para este enigma particular parece ser desarrollar antibióticos que también funcionan en bacterias latentes. Balaban señala que la latencia puede surgir de forma espontánea o puede ser causada por antibióticos. Matarlos también sería útil. De lo contrario, en algún momento el antibiótico desaparecerá, se despertará y proliferarán.

“No hay muchos antibióticos que puedan hacer eso, y los que existen a menudo tienen efectos secundarios graves, por lo que no se usan sin una buena razón”, dice Balaban. De ahí la necesidad de desarrollar otros nuevos que tengan preferentemente menos y menos costosos efectos secundarios.

Fuente: Haaretz – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico