BENJAMIN IVRY / De haber conocido a su primo, Ana Frank podría haber reformulado una declaración famosa que dijera: “A pesar de todo, todavía creo que la gente es realmente elegante de corazón”.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El judío francés diseñador de interiores Jean-Michel Frank, a pesar de una vida de tragedia casi constante – se suicidó en 1941 a la edad de 46 años – logró crear elegantes muebles espartanos hechos con materiales raros que siguen atrayendo a admiradores y coleccionistas. El biógrafo de Frank, Maarten van Buuren, es profesor de literatura moderna en la Universidad de Utrecht, Países Bajos. Un experto en Proust y Zola, su “Un lugar para el alma” sobre Frank está en traducción alemana de Fischer Verlag y, es de esperar, le seguirá una versión en inglés. Recientemente, Benjamin Ivry de The Forward habló con el profesor van Buuren sobre el talentoso y trágico primo de Ana Frank.

Benjamin Ivry: ¿Jean-Michel Frank conoció a Ana Frank?

Maarten van Buuren: No, probablemente no. Conoció bastante bien a su padre Otto Frank, pero después de que Otto trasladó a la familia a Ámsterdam, los contactos eran bastante difíciles entre los miembros de la familia dadas las circunstancias [históricas] a finales de los años treinta. Jean-Michel era un poco inconformista en el sentido de que era homosexual y consumía drogas, y un miembro de la familia me dijo que el resto de la familia, mientras admiraba lo que había logrado, seguramente mantuvo a los niños alejados de este tío extraño

En una memoria, la diseñadora Elsa Schiaparelli afirma que Frank “inventó un nuevo estilo de mobiliario que combina la sencillez con un lujo considerable. Era pequeño de estatura y tenía un complejo de inferioridad terrible y desesperado, pero ingenio ilimitado”. ¿Su complejo de inferioridad empeoró por antisemitismo u homofobia?

Por ninguno de los dos, creo. Sus dos brillantes hermanos mayores murieron [en la Primera Guerra Mundial], talentosos abogados y artistas que habrían seguido al padre de Jean-Michel como directores bancarios. Desde el principio, Jean-Michel era el frágil hermano menor, como un pajarito que cayó del nido. Era una persona muy enferma, en contraste con sus robustos hermanos. Y luego, encima de todo esto, sus dos hermanos murieron en un mes, y su padre se suicidó unos meses después, dejando a Jean-Michel con un complejo de inferioridad. Además de ser el hermano pequeño que no podía lograr lo que tenían sus hermanos, tenía la culpa de ser el único que quedaba en la familia. Él nunca jamás tuvo un problema con ser homosexual.

La estética extraña de Frank, que usaba materiales raros o inesperados en formas espartanas y a veces severas -como un sillón de roble y nogal o un gabinete de yeso y bronce patinado- fue inspirada por la mecenas chilena Eugenia Errázuriz. Ella vinculó el diseño con la moralidad hasta el punto de finalmente tomar instrucción religiosa en la Iglesia Católica. Si hubiera sobrevivido a la guerra, ¿podría Frank haber sido atraído por estudios rabínicos u otra espiritualidad?

No, no hay ni un solo indicio que apunte en esa dirección. Yo no describiría a Errázuriz exactamente como espartana, si acaso como una espartana muy particular. Tenía este ideal de simplicidad en el diseño que atraía en gran medida a Jean-Michel, pero también decoraba sus casas con pinturas de Picasso, y todos los escasos muebles que tenía costaban mucho dinero. Tener algunos ideales en el campo artístico que pueden estar asociados con algún orden monástico no implica que fuera una persona espartana; ella no lo era.

La historiadora de arte Joanna Merwood-Salisbury sugiere que a diferencia de los modernistas heroicos que usaban diseños de repuesto de maneras futuristas, Frank carecía de retórica heroica porque como “homosexual judío discapacitado desde su nacimiento, presentaba una alternativa trágica al habitante universal físicamente apto y sexualmente inequívoco imaginado para la arquitectura moderna”. ¿Está de acuerdo?

Uf. Creo que aquí hay una confusión de heroísmo con austeridad que viene de la forma de Jean-Michel de diseñar interiores y su gusto artístico. Es modernista, pero no es la misma austeridad que Le Corbusier. La austeridad de Jean-Michel es con un ambiente muy caro y distinguido, mientras que Le Corbusier tenía ideales más populares para servir a la gente, donde podían vivir a bajo precio. Esto no era en absoluto el ideal de Jean-Michel.

En 2008, el crítico Jed Perl afirmó que Frank diseñó “ambientes pasivos – habitaciones que esperan a los ocupantes; pero su pasividad tenía un aire de agresión o terror. Había algo inquietante en la falta de adornos.

Al contrario. Esto está invirtiendo el efecto que Jean-Michel buscaba. Estoy profundamente convencido de que el ideal de todo su trabajo de diseño era crear un espacio donde el alma pudiera ir a descansar. Es una atmósfera meditativa lo que él buscaba. Como un perro en su canasta. Así que la escasez y los materiales exquisitos que utilizó eran para dar a la gente algo comparable a los espacios monásticos diseñados para quitar dolores diarios y dar espacio a su alma. No es nada inquietante. Toda su vida estuvo tratando de escapar a un espacio donde su alma pudiera descansar. Invita a sus clientes a acomodar sus espíritus a los espacios que crea.

Una pintura importante para Frank fue el díptico “El Juicio de Cambises” en Brujas por Gerard David mostrando a un juez corrupto antiguo que es desollado vivo. ¿Se identificó Frank con esta imagen como una metáfora de lo que los franceses llaman un ‘écorché vif’, una persona sensible a la que le falta su capa exterior protectora de piel?

Exactamente. En la década de 1930 [Jean-Michel] visitó Bélgica y los Países Bajos y encontró una postal que envió a Giacometti. Es un resumen de toda su vida, de que Jean-Michel fue en realidad un ‘écorché vif’.

En 1940, Frank escapó de la Europa fascista en compañía de su amigo estadounidense William Thaddeus Lovett, salvado por Aristides de Sousa Mendes, cónsul portugués en Burdeos, quien emitió miles de visas de salida a los refugiados. Entre los que huían también estaba el artista Salvador Dalí, quien escribió a un amigo común en 1935 que el suicidio del poeta René Crevel afligía tanto a Frank que Dalí dijo: “Temo por la vida de Frank”. Si Dalí, de todo el mundo, estaba preocupado por la salud mental de Frank, las cosas debían de ser muy malas. ¿Cómo manejó Frank tales logros artísticos originales, a pesar de los episodios de abuso de opio y cocaína y la depresión nerviosa?

Exactamente. Esa es la gran pregunta que se cierne sobre mi libro, y es una de las razones que me incitó a escribir el libro. ¿De dónde sacó su genio al diseñar interiores? Él nunca se instruyó en esa profesión, aun así él aparece y de repente era el diseñador más grande. Después de todos los años, viviendo la vida que vivó. Utilizó toneladas de cocaína y heroína en Italia, mientras también hacía encargos muy importantes. No entiendo donde encontró la resistencia.

Escritores anteriores afirmaron que Frank saltó por la ventana de su apartamento en la Calle 63 Este, pero usted estableció que murió en la cama de una sobredosis de barbitúricos, dejando una nota de suicidio afirmando estar enfermo y pidiendo a sus amigos que le perdonaran. Dadas sus tragedias familiares, ¿era esto inevitable, o las presiones como el exilio añadían estrés adicional?

Es, en cierto sentido, una pregunta muy grande, porque allí estaba él en la cumbre de su celebridad, siendo celebrado en Nueva York con importantes encargos y también en Sudamérica. Creo que tienes que leer su nota [de suicidio] como un mensaje a sus amigos para que no se sientan culpables, agradeciéndoles por haberle ayudado toda su vida. Pero esconde la verdadera razón por la que pienso que [Jean-Michel] se suicidó, que fue la enorme carga de tragedia que había acumulado toda su vida, la muerte de sus hermanos y su padre y el derrumbe de su madre y haber sido expulsado a otro país una vez más. Fue demasiado. Así que la pregunta sería cómo pudo una persona seguir adelante tanto tiempo como él. En cierto momento era demasiado, y en cierto sentido, el destino le abrumaba. Tengo la impresión de que corría, corría, corría haciendo todo lo que podía para no ser atrapado por el destino. Entonces, en un momento estaba allí, y el destino se lo llevó. Había una negación masiva de las grandes tragedias en su vida. Esa fue una razón por la que nunca fue a recibir tratamiento psiquiátrico, aunque habría sido un caso perfecto para tratamiento. Él estaba en perfecta negación de todas las cosas que lo destruyeron.

Fuente: The Forward – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico