FRANCISCO JAVIER AMEZCUA MÁRQUEZ PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Vemos con preocupación a últimas fechas la gran influencia que han ejercido los países musulmanes en la toma de decisiones de la ONU y la UNESCO en detrimento y menoscabo de los valores culturales de Israel y el pueblo judío en su propio territorio. Pero esa amenaza se entrelaza con una más antigua que sigue con su necedad de legitimar su existencia, haciéndose llamar “Palestina” o “Palestinos” y con ese pretexto, hacer desaparecer el Estado de Israel.

El Emperador Romano Adriano fue quien castigó a los judíos que sobrevivieron a la rebelión contra el Imperio Romano en Judea en el año 70 D.E.C., debido a que los Romanos saquearon en forma vil a Jerusalén. Éstos cometían robos constantes a los bienes de valor de los sacerdotes judíos, y después de cometer dichas fechorías, los extorsionaban pidiéndoles una recompensa para que les fueran devueltos.

Venció el Imperio Romano y de castigo, el Emperador Adriano nombró a Jerusalén como Aelia Capitolina y a Judea como Filistea, que en español, significa Palestina, ya que los antiguos “Filisteos” o “Palestinos”, eran una raza que enemiga del pueblo judío, pero que desapareció posteriormente, como desaparecieron los pueblos maya, incas, entre otros.

Es importante destacar que la Biblia no utiliza el término de “Palestina” o “Palestinos”, “Filistea” o “Filisteos”, para algún punto o lugar geográfico específico. Tanto la Biblia como los diversos historiadores siempre se refieren a Judea y, no hay ningún rey o gobernante que haya sido o sea de la denominada “Palestina”. Por lo tanto, el término Palestina no es legítimo ni real. Siempre y en realidad, fue Judea.

Adriano escogió el nombre para provocar animadversión y disgusto entre los judíos. Por lo tanto, los musulmanes que utilizan el vocablo “palestinos” para identificarse con dicha raza o pueblo,se equivocan. Ellos dicen que habitaron la tierra de Canaán antes que D-os se la entregara a Israel. En realidad existe una gran ignorancia al respecto de parte de los musulmanes que insisten en “piratear” o “plagiar” dicho término y, también existe una gran ambición para apropiarse del territorio que pertenece a Israel hace más de tres mil años.

Los cananeos y filisteos originales emigraron en la época de David y Salomón. No se puede negar la migración árabe a Judea, pero ello no significa que hayan sido los primeros que se asentaron en dicha área geográfica.

Recordemos que transcurrió tiempo desde que los Hijos de Israel salieron de Egipto, pero finalmente llegaron a la tierra prometida antes que cualquier otro pueblo o raza diferente. Mucho tiempo después, el pueblo de Israel peleó contra el Imperio Romano para ser un pueblo libre y soberano. Fueron forzados a abandonar Tierra Santa para salir expulsados hacia la diáspora.

Posteriormente, a pesar que el Imperio Musulmán se asentó en la mal llamada “Palestina”, no estableció ninguna ciudad como su capital política y económica, sino más bien, construyó templos musulmanes para establecer a fuerza su religión.

La Declaración Balfour de 1917 fue una carta dirigida al Barón Rothschild, representante del Congreso Sionista Mundial por parte de la Gran Bretaña, que le prometía el retorno a su antigua tierra de Israel, mal denominada “Palestina”.

La Primera Guerra Mundial interrumpió intempestivamente las negociaciones de compra venta del territorio mal llamado “palestino” del Congreso Sionista con los Turcos para que los judíos se establecieran en su tierra ancestral. Es entonces cuando Inglaterra traicionó a los sionistas y dejó de implementar la famosa Declaración Balfour, estableciendo un emirato árabe en 90,000 kilómetros de territorio que estaba destinado a los judíos. Es entonces que los árabes hashemitas establecen el emirato de Transjordania que sería llamado el Reino Hashemita de Jordania, en 1946; lo que causó el gran problema árabe-israelí que antes no existía, en el cual Gran Bretaña prohibió la migración judía a su tierra durante la Segunda Guerra Mundial, cuando precisamente en esos momentos, el régimen nazi exterminaba a los judíos en gran parte de Europa.

Por fin el Congreso Sionista, tras negociaciones con la Gran Bretaña, declaró la independencia del Estado de Israel al concluir el Mandato Británico, el 14 de mayo de 1948.

A través del tiempo, las dictaduras musulmanas, por medio de los “palestinos”, le han quitado territorio a Israel por cientos y cientos de kilómetros cuadrados, amenazando todavía hoy en día, a Judea, Samaria, las Alturas del Golán y con quitarle su patrimonio cultural establecido hace miles de años en Jerusalén.

Es necesario crear una verdadera conciencia, ante la actual coyuntura entre las naciones, de reconocer al Estado de Israel como legítimo propietario de su territorio y su cultura, y reconocer la falsedad de aquellos que se hacen llamar “palestinos” o “filisteos”, que sólo desean eliminar al Estado de Israel y al pueblo judío.